A partir de que empezó a extenderse el coronavirus por el mundo, la empresa con sede en Córdoba Translation Back Office lleva realizadas traducciones en más de 60 idiomas para clientes en más de 25 países.
La firma encabezada por Charles Campbell trabaja principalmente en la traducción de notificaciones, gacetillas con información pública e instrucciones sobre cómo las personas deben manejarse ante el avance del Covid-19.
“Hemos trabajado en documentos para clientes tan diversos como la Organización de Naciones Unidas (ONU), sobre contenidos sanitarios y médicos, o un consorcio de departamentos en Wisconsin (Estados Unidos), que nos pidió traducir en 10 idiomas recomendaciones sobre cómo manejarse con la enfermedad”, comentó.
La empresa fundada en Córdoba hace 15 años ha logrado compensar la caída de las traducciones para las industrias y grandes empresas, que empezó profundizarse a partir de los países empezaron a dictar medidas de reclusión para frenar la pandemia.
Para el emprendedor, que llegó a General Cabrera desde Nueva Zelanda hace dos décadas y media, la recesión “va a golpear fuerte” porque está generando problemas en la cobranza.
“Hay clientes que están paralizados. En el mundo, toda la industria frenó las traducciones de manuales técnicos y documentos para maquinaria. La facturación de la empresa no ha decaído, pero esto va a poner a prueba a todos”, advirtió.
Según el empresario, la mayor cantidad de trabajo proviene de California y Seatle, Estados Unidos, sedes de las principales compañías tecnológicas. Ante el avance de la cuarentena en el mundo, cada vez hay más demanda de plataformas de seguridad, juegos on line, deportes virtuales, e-learning (plataformas para formación virtual) y educación a distancia.
Además de tener un equipo en Córdoba, Campbell trabaja con traductores en los distintos continentes del mundo.
“Los lenguajes más exóticos en los que nos tocó traducir fueron los africanos. Tuve un golpe de suerte, porque en febrero estuve en Tanzania, participando de un congreso en el que fui disertante; allí me reuní con colegas y conseguir traductores y recursos linguísticos que nos faltaban y cuya demanda aumentó en estos días”, mencionó.
Unidos por plataformas
A partir del pasado viernes 20, su equipo de 120 personas trabaja de manera virtual, cada uno en sus hogares.
Para comunicarse con sus clientes, utiliza plataformas de comunicación verbal como Skype y el correo electrónico. Pero para la conexión interna, aplica un software del tipo workflow system (plataformas que automatizan la interacción y el intercambio de documentos) que importó desde Alemania hace dos años, en el que invirtió 30 mil dólares y que financió con un crédito productivo a tasa subsidiada.
Esto le permitió empezar a implementar el llamado teletrabajo o home office, sobre todo en mujeres que terminaban su licencia por maternidad o profesionales jóvenes que tenían adultos mayores a cargo.
Cuando el Gobierno nacional impuso la emergencia sanitaria, ya estaba preparado para que la empresa siguiera en funcionamiento los siete días de la semana durante las 24 horas, ya que tiene clientes con diferentes usos horarios, pese a tener su personal en cada uno de sus hogares.
“Esto genera mil nuevos desafíos, pero lo importante es que estamos trabajando. Yo preferiría estar con la gente, porque eso tiene un valor incalculable; espero que la interacción personal se puede recuperar en los próximos tres a cuatro meses. Mientras tanto, hay que enfocarse en el bienestar de nuestros empleados, de los proveedores, de los clientes y sus familias”, resaltó Campbell.