La interna del peronismo cordobés parece haberse colado en la pata local de la gestión nacional: cientos de delegaciones se mantienen acéfalas, mientras crece la influencia del tándem Gabriela EstévezCarlos Caserio, que tiene en esas sillas una afilada arma de negociación.

El senador y la diputada, que en teoría se enfrentaron en la última elección, conformaron una sólida y pragmática alianza que les está dando buenos resultados en política real: controlan el Pami y la delegación del Ministerio de Desarrollo Social, y esperan poder sentarse, a través de interpósitas personas, en las sillas de la Anses y de Fabricaciones Militares.

El Pami está a cargo de Rubén Ovelar, intendente de La Cumbre, y de Dante Heredia, expresidente del peronismo capitalino, ambos de la estructura del senador; mientras que a la delegación Río Cuarto, la más importante del interior provincial, la dirige el camporista Fernando Bossio, de Huinca Renancó, secundado por Ayelén Celeste Ortiz y Ana Glineur Berne, expresa política que ocupó la jefatura local del Pami durante el Gobierno de Cristina Fernández.

El jueves asumió la titularidad de la sede del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación Rubén “Capi” Bustos, dirigente social del norte provincial y cercano a Estévez. El delasotismo había pedido por el concejal Bernardo Knipscheer, pareja de Natalia de la Sota, ese sillón. Cerca de la legisladora sostienen que el “albertismo” pedía algo que De la Sota no está dispuesta a hacer: plantársele a Schiaretti, desconociéndolo como líder del PJ Córdoba. Por eso el pedido habría naufragado.

También estaban “desilusionados” con la designación de Bustos los 200 dirigentes cooperativistas que habían postulado para ese cargo a Pablo Tissera, titular del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos y autoridad del Partido Solidario, la estructura de Eduardo Fernández, cabeza de lista de diputados del Frente de Todos.

“Se está priorizando la interna del PJ Córdoba por sobre la subsistencia de un kirchnerismo competitivo”, sintetizó uno de los dirigentes desilusionados.

Acefalía

A casi 100 días de gestión, la mayoría de las dependencias nacionales con cierta importancia en la provincia siguen sin timonel.

En la oficina del Ministerio de Trabajo, los empleados esperan las designaciones que no llegan: se lo mencionó al líder de los mercantiles, Pablo Chacón; y también sonó el nombre de Ilda Bustos, de Gráficos, como segunda, a cargo de la Gerencia de Empleo y Capacitación Laboral. Pero, hasta ahora, ambos nombres no salieron del modo borrador.

A los suyos, minimizando el ninguneo, Chacón les dijo que no le preocupaba si se le daban o no la delegación de Trabajo. Palabras más, palabras menos, les anticipó que “conducir el gremio es más importante que una oficina local” del Gobierno nacional. En ese marco, deslizó que si finalmente le ofrecieran ocupar la oficina de 27 de Abril 351, el recomendaría a un dirigente de su confianza.

El nombre de Ilda Bustos, en cambio, está en un borrador. La postularon para que ocupara el ala más activa de Trabajo, la Gerencia de Capacitación Laboral, que ejecuta planes de reconversión y enseñanza de oficios. A diferencia del delegado nacional, que tiene una preponderancia administrativa y de negociación, este cargo tiene injerencia territorial.

Las dificultades operativas por la ausencia de dirección política se siente mucho más en la Anses, el organismo nacional que más prestaciones brinda en Córdoba; lugar de origen político de Estévez, quien lo condujo en el último Gobierno de Cristina Fernández.

Por eso, se daba como natural que fuera Estévez quien designara un dirigente de su confianza como gerente regional, y se repartieran las 15 jefaturas de las Unidades De Atención Integral (Udai); 15 sillas de alto valor en la rosca peronista. Antes de este paréntesis, Martín Gila, de Bell Ville, era el nombre que más se escuchaba para el codiciado cargo de gerente regional.

En Fabricaciones Militares, el reparto vuelve a explicitarse: el kirchnerista Francisco Tamarit quedaría al frente de la planta de Villa María y el empresario José “Pecho” López, promovido por Caserio, conduciría la de Río Tercero. Esas designaciones esperan la firma de Agustín Cejas, flamante jefe del Ejército.

La batalla por las sillas del gobierno nacional en córdoba

Gabriela Estévez

El titular de la delegación local del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, Rubén Bustos, responde a la líder de La Cámpora. Al quedarse con Desarrollo Social, bloqueó a Natalia de la Sota y a Eduardo Fernández. Su objetivo: Anses.

Eduardo Fernández

Cabeza de la lista de diputados del Frente de Todos. Por ahora, no tiene incidencia directa en las delegaciones del Gobierno nacional en Córdoba. Busca articular en el kirchnerismo a organizaciones y a sectores no PJ.

Pablo Chacón

Fue el referente de Sergio Massa en la lista de diputados. Se lo mencionó como delegado de Trabajo de la Nación, pero la repartición sigue sin conducción política. Ilda Bustos fue propuesta para secundarlo. No hay definición.

“Pecho” López

Sería el director de Fabricaciones Militares en Río Tercero, impulsado por Caserio, quien lo llevó a ver al Presidente. En Villa María, con el aval de La Cámpora, Francisco Tamarit ocuparía la dirección de la empresa estatal.

Carlos Caserio


Controla la estructura del Pami en Córdoba, la primera delegación en tener autoridades locales. Mientras lleva intendentes a Buenos Aires, suma poder para negociar con Schiaretti en el marco del esquema de unidad del PJ.

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