El Servicio Penitenciario brasileño informó que más de 1500 presidiarios se fugaron este lunes de cuatro penitenciarías del estado de San Pablo: Mongaguá, Tremembé, Mirandópolis y Porto Feliz.
Los reos gozaban hasta entonces en un régimen semiabierto, que permitía trabajar al aire libre durante el día y regresar a prisión para dormir en la celda en las noches. También les daba derecho a ciertas “salidas” anuales. La próxima de ella sería por Semana Santa y Pascuas.
El motín comenzó cuando se empezó a rumorear la posibilidad de prohibir la salida de Pascuas y la visita de familiares ante la amenaza del coronavirus. La Justicia de San Pablo evaluaba las restricciones a pedido del gobierno del Estado, como una medida para detener el brote de la infección.
Algunos funcionarios de las prisiones fueron tomados de rehén y los reclusos aprovecharon la confusión general para huir del encierro.
Brasil fue designado hoy como “zona de transmisión sostenida”, con 200 casos confirmados. San Pablo, Río de Janeiro y Brasilia son los principales centros urbanos afectados por el brote.