The Last Dance (El último baile) acercó a las nuevas generaciones de fanáticos de la NBA a la leyenda de Michael Jordan. Los seguidores de las estrellas del presente como LeBron James, Stephen Curry, Kevin Durant y hasta Kobe Bryant capaz conocían a “Su Majestad” sólo por las camisetas 23 de los Bulls y por videos en YouTube.

Con la exitosa serie de Netflix (realizada por ESPN en Estados Unidos), las nuevas generaciones se acercaron al mito que generó Jordan en la NBA de los ’90. Y para los más grandes fue recordar cada una de sus hazañas en las canchas de la NBA.

“Su Majestad” fue clave para globalizar el básquet de Estados Unidos en el mundo entero. Jordan se transformó en el deportista más famoso del planeta. También en la Argentina, en coincidencia con la llegada, de manera masiva, de la TV por cable.

MJ, además, se enfrentó al básquet argentino. Dos veces vistiendo la camiseta de su país jugó contra nuestra selección nacional. La primera, en 1983, en los Juegos Panamericanos de Caracas. Estados Unidos se impuso 88-68. Jordan era en ese momento solo “Mike” y jugaba en el básquet universitario de su país. Aún no era famoso, pero sí un crack: fue el goleador con 24 puntos.

La segunda vez que enfrentó a la Argentina fue con el Dream Team, el mejor seleccionado armado por Estados Unidos. Fue en el Preolímpico de Portland, para sacar pasaje a los Juegos Olímpicos de Barcelona 92. Jordan ya era Dios en la NBA (tenía dos de los seis anillos de campeón con los Chicago Bulls) y en todo el mundo. El Dream Team venció 128-87 y MJ fue el goleador con 24 tantos. Otra vez le metió 24 puntos a la Argentina.

En el seleccionado nacional jugaron cuatro cordobeses: Marcelo Milanesio, Héctor Campana, Diego Osella y Luis Villar, que fue la figura del equipo albiceleste en ese encuentro. Los cuatro confesaron a Mundo D que quedaron “encantados” con la serie de “Su Majestad”. También los cuatro resaltan que Jordan “es el mejor jugador de la historia de la NBA”.

A “Pichi” le gustó ver la intimidad del vestuario de esos Bulls que “se llevaron puestos a todos” en esa liga. “Algunas situaciones que nos acercan, como ver lo que hacemos todos en un vestuario ganador, como hablar boludeces y tomar una cerveza”, resaltó.

“Nosotros no conocíamos la intimidad de un vestuario de la NBA. Nunca tuvimos la oportunidad de ver cómo era, por eso me pareció espectacular eso de la serie”, suma Milanesio.

En el documental se muestra a un Jordan duro, exigente con sus compañeros. “No me pareció un tirano. Los forzaba a ser mejores. Y gastar a un compañero lo hacemos todos. Además, no me parece un imbécil, como dijo Michael Phelps (el nadador). Más bien me parece idiota lo que dice Phelps”, opinó Campana.

“Seguro que hay diferentes maneras, no sé cuál es la perfecta”, indica Milanesio. “Los potenciaba, no los maltrataba a los compañeros. Los preparaba para estar a la altura y ganar campeonatos. Además, Jordan sabía que necesitaba de los compañeros para ganar. Me parece un mensaje espectacular”, confesó Marcelo.

“Cómo líder es impresionante, impecable, asumiendo los riegos. Jordan logró la mejor versión de sus compañeros. Por ahí, en los 10 meses de la temporada lo pueden haber odiado por el trato, pero a mí dejame a un tipo así… Por ahí le erraba en las formas, pero los sacaba campeones”, aporta “el Mily” Villar.

“Ser el número uno te lleva a ser así muchas veces. Todas las miradas estaban puestas en él. Tenía encima mucha responsabilidad. Si perdía Chicago, todos apuntaban a Jordan”, cree Osella.

“Rescato la mentalidad ganadora, la forma de querer ganar los campeonatos; a sus compañeros los hizo mejor a todos. Ninguno de los compañeros se fue del equipo, se quedaron con él”, apunta Milanesio.

“Por ahí, Jordan ahora lo mira en retrospectiva y por eso se lo vio así (llorando) en el documental”, suma “Pichi”.

“Como con (Lionel) Messi ahora, o antes con (Diego) Maradona, todo el peso de esos equipos está sobre ellos. Seguro que alguna vez Jordan se pasó de rosca, que a veces se extralimitó, pero todo lo hizo por ganar”, resalta Osella.

Todo a ganador

Michael Jordan tenía una mentalidad letal. Era el plus con el que contaba para ser el mejor.

“A lo único a que apuntaba era a ganar. Comer, dormir y entrenar para ganar, no tenía vida”, reflexiona Marcelo de lo que mostró la serie The Last Dance.

“Él no podía llevar una vida como los demás. Tenía tantas cosas, tanto dinero, pero no podía salir a tomar un café. Como le pasó a Maradona. Llega un momento en que te cansa. Imaginate en esta época con los celulares, sería aún más complicado”, apunta Osella.

“Me gusta que se lo expuso a nivel humano. Por ahí le faltó proteger a (Scottie) Pippen (siempre reclamó un mejor contrato económico con los Bulls), que era su ladero, su mano derecha”, indica Campana.

“Mily” Villar suma una mirada interesante sobre el trato de los ídolos en Estados Unidos y en Argentina. “Las diferencias entre la sociedad americana y la nuestra”, sostiene. “A Jordan, en Estados Unidos, lo protegían y, 30 años después, muy solapadamente, muestran algo de cómo era con sus compañeros. Mientras acá a Maradona, en su mejor momento, cuando era una figura, lo expusimos con sus miserias”, reflexionó.

Y Campana cerró con un pedido: “Ahora tiene que venir el documental de Atenas, de esos grandes equipos. Sería un lindo laburito”.

El partido del ’92 contra el Dream Team

El 1 de julio de 1992 Argentina se enfrentó al Dream Team. Era la primera vez que los jugadores de la NBA integraban la selección de Estados Unidos y disputaron como local, en Portland, el Preolímpico clasificatorio a los Juegos Olímpicos de Barcelona.

El Dream Team goleó 128-87. El seleccionado nacional, dirigido por el cordobés Walter Garrone, fue el equipo que más puntos le anotó a Estados Unidos en el certamen. Incluso, andie le marcó más a ese equipo soñado en los Juegos Olímpicos.

Marcelo Milanesio fue el único cordobés que entró en el quinteto titular (junto con Juan Espil, Esteban Pérez, Orlando Tourn y Hernán Montenegro). El base anotó 6 puntos. Héctor Campana fue el goleador, con 19 tantos, y Luis Villar la figura, con 18 puntos. Diego Osella colaboró con 3 tantos.

“Nosotros no competimos en ese partido, disfrutamos de ese momento”, contó “Pichi”. “Jordan era lo más”, agregó. “Era el mejor momento de Jordan; volaba, estaba en otra dimensión, indetenible”, sumó “el Mily” Villar.

“Teníamos tanta admiración por él. Era la primera vez que lo veía, estábamos más preocupados por sacarnos fotos que en competir. La diferencia física era abrumadora”, destacó Marcelo.

Milanesio, Campana y Osella, con Atenas, compartieron el McDonald’s Championship de París en 1997 con Michael Jordan y los Bulls. No llegaron a enfrentarse, aunque el Verde estuvo a 9 segundos de llegar a la final contra Chicago. Perdió en la semifinal ante Olympiacos de Grecia.

“Estaba apartado de todos, hasta de sus compañeros en Francia. Nosotros mismos, los jugadores, lo seguimos hasta el baño para sacarnos fotos con él”, recordó Osella.

En la NBA, versus Jordan

Tres argentinos enfrentaron a Michael Jordan en la NBA. “Su Majestad” ya no estaba en los históricos Bulls, sino que jugaba en Washington Wizards (entre 2001 y 2003). Juan “Pepe” Sánchez fue el único que le ganó. Con Detroit Pistons, el 14 de marzo de 2003 se impuso 90-80. El base argentino no anotó.

Antes, el 31 de octubre de 2002, Rubén Wolkowyski (con Boston Celtics) cayó 114-69 con los Wizards. “El Colo” metió dos puntos

El 31 de diciembre de 2002, Manu Ginóbili (con San Antonio Spurs) perdió 105-103. El argentino apenas jugó cinco segundos, con MJ (anotó 17) en cancha.

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El Dream Team y la selección argentina, en Portland. Varios cordobeses con las figuras galácticas. (La Voz/Archivo) .
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Michael Jordan. El ícono que transformó al deporte en general. (AP/Archivo)
El Dream Team y la selección argentina, en Portland. Varios cordobeses con las figuras galácticas. (La Voz/Archivo) .