El joven surfer que fue detenido en la localidad balnearia de Ostende por incumplir la cuarentena obligatoria aseguró esta tarde que se encuentra en un estado “catastrófico” por la situación que está viviendo, negó haber incumplido el aislamiento y explicó que la causa penal que le iniciaron puede afectar sus “planes” y su “futuro”.

Federico Llamas, (27), quien fue detenido esta tarde en la casa a la que llegó en la madrugada de hoy, de la mencionada localidad del partido de Pinamar, dijo al canal TN que desde que su caso tomó relevancia pública, le “dicen barbaridades por teléfono”, y que por ese motivo su estado es “catastrófico”.

El surfer relató que llegó a Brasil el 8 de marzo pasado, donde tenía “pensado” quedarse hasta el 8 de abril con su novia canadiense, pero que decidió adelantar el regreso por el coronavirus, una vez que su pareja pudo volver a su país.

Luego señaló que el 23 a la noche llegó a la ciudad correntina de Paso de los Libres, donde completó la declaración jurada y estableció el domicilio de Ostende como el lugar donde iba “a hacer la cuarentena”.

Llamas explicó que el vive con su padre en el partido bonaerense de Ezeiza, pero que ahora no puede estar con él porque tiene 73 años y “hace tres meses tuvo un paro cardíaco”.

Por eso, dijo que “la mejor opción” era Ostende, donde vive su mamá y toda la familia de ella.

Sobre el control de ayer en la autopista Panamericana, aseguró que cuando se encontró “con los medios” y vieron “las tablas en el techo (de la camioneta), se convirtió en carne de cañón”, y se sintió “muy expuesto” por los periodistas.

Si bien le mostró a los prefectos la foto de la declaración jurada, tal como le indicó personal de Migraciones, los uniformados le dijeron que “con el circo que se armó”, no lo iban a poder dejar ir hasta que firmara un acta y lo escoltaran al domicilio que figuraba en su DNI, en el pasaje Fabre al 1100, del barrio porteño de Flores.

Tras negarse a firmar el acta que decía que “estaba incumpliendo la cuarentena”, cuando en realidad “estaba en tránsito”, los agentes le dijeron que le “iban a poner los ganchos (las esposas) por resistencia a la autoridad”.

Tras ello, fue escoltado hacia la dirección que figuraba en su DNI, donde le pidieron que estacionara y, una vez que se retiraran, podía hacer lo que quisiera.

Por eso, luego fue hasta la casa de su padre en un country de Caninng, donde retiró ropa de invierno, y finalmente viajó hacia la Costa Atlántica, donde al llegar a la rotonda de Pinamar le pidieron los “datos”, mostró “la declaración jurada” y, tras corroborar “la dirección”, llegó a la vivienda “a las 4.30 de la madrugada”.

“Ahora tengo una causa penal y la verdad es que no lo puedo creer, porque no sé cómo va a afectar mi futuro, mis planes para irme afuera”, señaló Llamas y concluyó: “Mi plan ahora es estar bien y volver a trabajar”.

Embargo por medio millón de pesos

Según precisó La Nación, el juez federal Alejo Ramos Padilla no solo dispuso la detención domiciliaria de Llamas, sino que ya lo llamó a indagatoria, le fijó un embargo de 500.000 pesos para afrontar los costos del procedimiento de seguridad para aprehenderlo y le prohibió salir del lugar donde deberá cumplir el arresto incluso para comprar cualquier tipo de víveres.

Además, el magistrado resolvió secuestrarle la camioneta en la que viajaba y todas las tablas de surf que tenía en el vehículo. Indicó un allanamiento en la vivienda de la calle Romero al 400 y fijó una medida cautelar sobre su madre y otras personas que pudieran estar acompañándolo para que cumplan un estricto aislamiento de 14 días consecutivos.

(La Nación).