Los comercios reabrían el lunes en la ciudad china que fue el epicentro del brote de coronavirus, aunque todavía escaseaban los clientes. Las autoridades han empezado a levantar las restricciones impuestas contra el virus, las cuales mantuvieron a decenas de millones de personas en sus casas durante dos meses.
“Estoy tan emocionada que quiero llorar”, dijo una mujer en el centro comercial peatonal de Chuhe Hanjie. La mujer, que solo se identificó por el nombre en inglés Kat, dijo ser maestra en la ciudad oriental de Nanjing. Estaba visitando a su familia en Wuhan cuando el gobierno aisló la ciudad a finales de enero para frenar la propagación del virus.
Entre el 70% y el 80% de las tiendas abrieron el lunes, aunque muchas impusieron límites al número de personas que podían aceptar al mismo tiempo. Los tenderos colocaron dispensadores de desinfectante de manos y comprobaban la temperatura corporal de los clientes para descartar que tuvieran fiebre.
El servicio de autobús y metro de Wuhan se reanudó, moderando unas normas que cortaron el acceso a la ciudad de 11 millones de personas el 23 de enero. La estación de tren reabrió el sábado, llevando a miles de personas al núcleo de manufactura y transportes de la China central.
“Tras dos meses atrapada en casa, quiero saltar”, dijo Kat, dando saltos de emoción. “Quiero hacer compras de venganza”.
Las autoridades locales recibirán de buen grado ese sentimiento, dado que han recibido instrucciones de reavivar la manufactura, el comercio minorista y otros sectores, al tiempo que evitan un repunte de las infecciones conforme la gente vuelva a trabajar.
Los controles a los desplazamientos en la provincia de Hubei, donde se encuentra Wuhan, se levantaron el 23 de marzo. Las últimas restricciones que impiden a la gente abandonar Wuhan expiran el 8 de abril.
Para el domingo a medianoche, China había registrado 3.186 muertes por coronavirus, incluidas 2.547 en Wuhan, según la Comisión Nacional de Salud. El país tenía un total de 81.470 casos confirmados. Según la Universidad Johns Hopkins, hay unos 738.000 personas infectadas en todo el mundo y 35.000 muertos.
En la mayoría de los pacientes, el virus causa síntomas leves o moderados como fiebre y tos, que duran unas pocas semanas. Pero otros, especialmente ancianos y personas con problemas médicos previos, pueden morir o sufrir complicaciones graves como neumonía.
Las automotrices y otras fabricantes en Wuhan han reabierto, pero dijeron que necesitaban reanudar el flujo de componentes antes de que la producción volviera a la normalidad. Algunos esperaban el regreso de empleados que fueron a sus localidades natales por el feriado del Año Nuevo Lunar y se quedaron varados cuando se interrumpieron los servicios de avión, tren y autobús a Hubei.
Hoy se veían algunos padres con sus hijos en la calle, aunque aún había poco tráfico.
La propietaria de una tienda de dulces en el centro comercial de Chuhe Hanjie dijo que cuatro empleados habían vuelto a sus puestos, aunque no estaba segura de si los demás querrían regresar.
“Solo hemos preparado algo de mercancía, porque la mayoría de la gente sigue teniendo miedo del virus”, explicó la propietaria, Li Zhen.
Un cartel colocado en la entrada del centro comercial pedía a los clientes que llevaran barbijos, que cooperen con los testeos de temperatura y mostraran un código en una aplicación de su smartphone que monitorea la salud y los desplazamientos de los usuarios. Cerca se veía otro cartel con el mensaje “Wuhan está regresando. Gracias”.
Dos mujeres con ropa de protección que las identificaba como personal médico se vieron rodeadas por peatones que ondeaban banderas chinas como gesto de gratitud. Li les dio bolsas de dulces. “Puede que tengamos que esperar un poco para ver cuándo pueden volver las cosas a la normalidad”, dijo Li.