El turismo fue uno de los primeros sectores que sintieron el impacto de la pandemia mundial de Covid-19.
Antes de establecer políticas de cuarentena obligatoria en sus propios países, la primera decisión de la mayoría de los estados fue cerrar las fronteras y evitar el ingreso de ciudadanos posiblemente contagiados desde otros puntos de la Tierra.
Eso pegó de lleno en una de las industrias que más dinero movilizan a nivel mundial, y más aún en Argentina, donde fue un segundo gran golpe luego del que había recibido a fines del año pasado, cuando se aprobó el Impuesto Pais, que encareció 30 por ciento los paquetes turísticos en dólares.
“Estamos con facturación cero, con la empresa cerrada, y el único trabajo que hacemos desde la casa es reprogramar los viajes de quienes tenían contratados paquetes entre abril y junio. También, realizando capacitaciones y ordenamiento de procesos, esperando que llegue alguna buena noticia, como una vacuna”, expresó Juan Cruz Lozada, presidente de Lozada Viajes.
La compañía oriunda de Córdoba tiene una red de 80 franquicias distribuidas en 11 provincias del país, y lógicamente este escenario complica las operaciones en el sector.
“Algunos planteos de cancelar contratos hemos tenido, pero los estamos acompañando a todos para que puedan mantenerse y esperar estos meses a que la actividad de a poco comience a reactivarse”, reconoció Lozada.
Estrategias
Los problemas más graves que enfrentan los franquiciados son el pago de los salarios y de los alquileres.
Para ayudarlos a enfrentar esta coyuntura, desde Lozada elaboraron un “check list” que les están enviado a las franquicias con una veintena de acciones, trámites y ajustes que pueden desarrollar para reducir costos.
Por ejemplo, intentar un acuerdo con los empleados para una baja temporal del sueldo, renegociar alquileres, gestionar una reducción de tarifas por ejemplo de internet o de honorarios profesionales, o tramitar las ayudas del Estado.
Para estos objetivos, la casa central de Lozada ofrece asesoramiento. Además, desde el primer día en que se paralizó el mercado, decidieron eliminar el cobro del fee que perciben por parte de los franquiciados por el uso de la marca y por el apoyo logístico y de marketing que esto representa.
“Tenemos que reestructurar nuestros costos prácticamente al mínimo para sobrepasar estos cuatro o cinco meses en que no vamos a tener facturación”, resumió Lozada.
Según el titular del rupo, “todavía no se bajó ningún franquiciado” y a los que no están logrando conseguir un acuerdo por los alquileres les están sugiriendo que devuelvan el local, pero que mantengan la matrícula para trabajar por home office.
Sobre este punto, Lozada deslizó la posibilidad de que en el futuro puedan desarrollar alguna modalidad de franquicias “virtuales”.
“Estamos contemplando que un porcentaje de los franquiciados evalúe poder cambiarse a algún modo free lance, pero legal, con todas las condiciones formales y exigencias que tiene nuestro negocio, pero sin estructura física”, adelantó.
Una esperanza
En este contexto, dijo que, si bien todavía queda un largo trecho para que la actividad comience a normalizarse, es posible que este proceso se acelere debido a que las compañías aéreas y hoteleras están preparando ofertas agresivas para captar ventas que ayuden a compensar el rojo que generará la pandemia global.
“La infraestructura está: hay hoteles que son monstruos completamente vacíos y las aerolíneas para que la operación sea rentable tienen que llenar los aviones. Por eso se esperan ofertas que sean muy traccionadoras de la demanda”, comentó.
Un ejemplo es que compañías aéreas internacionales que operan desde Córdoba, como Latam y Copa Airlines, ya están ofreciendo pasajes a un año al exterior a tarifas superpromocionales (700 dólares a Europa, por ejemplo), con la posibilidad de cambiar hasta tres veces la fecha sin sufrir penalidades.