Guillermo Antonio Álvarez, “El Concheto”, es uno de los mayores criminales de la historia argentina, condenado por cometer asesinatos en serie.
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El viernes fue uno de los cuatro presos que firmó el acuerdo con los representantes del Ministerio de Justicia de la Nación, durante la negociación que se llevó a cabo durante el motín en la cárcel de Villa Devoto.
Quién es “El Concheto”
Álvarez tiene condenas por cuatro homicidios. El primero de ellos en 1996, como jefe de la denominada banda de los “chicos bien”, protagonizó un raid delictivo en que asesinó a Bernardo Loitegui, María Andrea Carballido y el subinspector de la Policía Federal, Fernando Aguirre.
El cuarto asesinato que cometió fue el de Elvio Aranda, un preso con el que compartía pabellón en la vieja cárcel de Caseros.
Según informó La Nación, el nombre del “Concheto” apareció en el acta firmada entre los representantes de los pabellones I, II, III, IV y VI de la cárcel de Villa Devoto.
“Guillermo A. Álvarez”, así se consignó la identidad de uno de los delegados que representó a los presos y que llevó adelante la negociación con las autoridades del Servicio Penitenciario Federal y del Ministerio de Justicia.
Prisión perpetua
“El concheto” fue condenado a prisión perpetua por los cuatro asesinatos cometidos, pero sin embargo, en diciembre de 2015 los jueces de la Cámara de Casación Ángela Ledesma y Alejandro Slokar consideraron que la pena de prisión perpetua no podía exceder los 25 años y le otorgaron la libertad.
No obstante, fue detenido nuevamente en 2015 por efectivos de la comisaría 2ª de la Federal quienes lo atraparon en la esquina de Balcarce y México, acusado de haberle robado a un hombre un morral con $67.000 que había retirado de una financiera.
Los uniformados que lo apresaron estaban afectados al operativo de seguridad por la visita del presidente de los Estados Unidos Barack Obama, en la Casa Rosada.
Robledo Puch
Álvarez residía en su lujoso chalet, ubicado en la Barrancas de San Isidro, en el que conservaba recortes de diarios con notas periodísticas sobre los asesinatos de Carlos Eduardo Robledo Puch, de quien se manifestó ser un gran admirador.