Sin previo aviso, el presidente Vladimir Putin entró al parlamento de Rusia, tomó el micrófono y puso fin a los rumores que dominan la política nacional desde hace casi dos meses: si la mayoría de los ciudadanos lo apoyan en las urnas el mes próximo, se suspenderá el límite actual para una nueva reelección, podrá ser candidato de nuevo y potencialmente seguir en el poder hasta 2036.
A mediados de enero pasado, y con 67 años, Putin sorprendió con una propuesta de reforma constitucional que muchos opositores, analistas locales e internacionales consideraron que incluiría alguna forma de seguir ostentando el poder más allá de 2024, el final de su actual mandato.
La Constitución rusa no pone límites para la cantidad de veces que un ciudadano puede ser presidente, pero sí establece que no puede acumular más de dos mandatos consecutivos.
Por eso, en 2008, cuando se le terminó el primer segundo mandato consecutivo, Putin ocupó el cargo de primer ministro por un período, mientras su entonces delfín Dmitri Medvedev era el presidente. Luego recuperó la jefatura del Estado.
Desde hace dos meses, los rumores rondaban entre la posibilidad de repetir este mecanismo o mantener las riendas políticas desde el Consejo del Estado, un cuerpo consultor de la Presidencia.
La Cámara Baja del Parlamento aprobó una semana después en una primera votación la reforma constitucional propuesta por Putin, pero las especulaciones comenzaron a multiplicarse en el último mes por la postergación de la segunda sesión, en la que los diputados debían presentar y aprobar las enmiendas.
Finalmente, la sesión se realizó ayer y no fue un simple trámite como la primera.
Una vez que sus colegas habían terminado de presentar las enmiendas que ya se conocían –por ejemplo, la definición del matrimonio como una unión heterosexual basada en la fe en Dios o el establecimiento de un salario mínimo por encima de la línea de pobreza–, la diputada y exastronauta Valentina Tereshkova –una mujer famosa en Rusia por haber sido la primera en ir al espacio en 1963– propuso sumar un cambio más en el paquete de reforma constitucional.
“Propongo levantar el límite a los mandatos presidenciales o agregar una cláusula para que, una vez que la constitución modificada entre en vigor, el presidente en funciones, como cualquier otro ciudadano, pueda tener el derecho a aspirar a la presidencia”, sugirió la diputada, y la mayoría del recinto estalló en aplausos.
Mayoría y buena sintonía
El oficialismo tiene mayoría en la Cámara pero, además, la oposición legislativa –los comunistas, los ultranacionalistas y los socialdemócratas– ha mantenido una política de buena convivencia con el Gobierno, especialmente con la reforma constitucional.
La oposición más dura –la que suele convocar a manifestaciones en las calles, denuncia por las redes sociales o sufre detenciones reiteradas y arbitrarias– no tiene representación parlamentaria.
Apenas minutos después de que Tereshkova introdujo la nueva propuesta, y sin haber dado previo aviso, Putin ingresó al recinto, pidió tomar la palabra y describió al cargo que ocupa como “un garante de la seguridad del Estado, de su estabilidad interna y su desarrollo evolutivo”.
Un día después de que el rublo sufrió una fuerte caída por la disputa con Arabia Saudita y el derrumbe del precio internacional del petróleo, y apenas horas después de que la bolsa rusa cerró 10 puntos abajo –un récord para los últimos años–, Putin calificó la “estabilidad como una prioridad”, aunque aclaró que “la sociedad debería tener garantías” de alternancia en el poder.
Por eso, rechazó la primera propuesta de Tereshkova de eliminar los límites de mandatos consecutivos en la Constitución, pero abrió la puerta a su segunda idea.
“En cuanto a la propuesta de levantar las restricciones para cualquier persona, cualquier ciudadano, incluido el presidente en funciones, para que pueda presentarse en las próximas elecciones… esta opción es posible”, aseguró el mandatario.
“En principio, esta opción podría ser posible, pero con una condición: si la Corte Constitucional formalmente concluye que dicha enmienda no contradice los principios y las provisiones básicas de la ley y de la Constitución”, agregó, en referencia a un órgano judicial que hasta ahora ha funcionado en sintonía con su gobierno.
Tras escucharlo, la Cámara Baja aprobó por 382 votos a favor, 44 abstención y ninguno en contra todas las enmiendas presentadas, incluida la apoyada por Putin.
Además de desnudar finalmente sus planes para los próximos años, el mandatario rechazó también un pedido que hace semanas tomaba fuerza entre la oposición extraparlamentaria y algunos pocos diputados: adelantar las elecciones legislativas.
El primero en repudiar el discurso de Putin en el Parlamento fue el líder opositor Alexey Navalny. “Quedó todo claro. En resumen: 1. No habrá elecciones anticipadas para la Duma (Cámara Baja). 2. La presidencia de Putin durará toda la vida”, escribió en Twitter.
Putin asumió por primera vez como primer ministro en 1999; y en 2000 como presidente. Si se aprueba su reforma constitucional en la consulta del 22 de abril, podría sobrepasar a Joseph Stalin como el dirigente que más tiempo gobernó el país: 36 años.