La viceministra de Educación, Adriana Puiggrós, dijo hoy que “evaluar no es un elemento de la enseñanza, es un instrumento de control”.
“Evaluar no es un elemento de la enseñanza, es un instrumento de control y de selección y está pensado desde una lógica empresarial. Lo que busca es reducir cantidad de alumnos, de docentes, desde una idea meritocrática”, publicó el sitio web El Cohete a la luna.
Según las declaraciones que aparecen en El Cohete a la Luna, Puiggrós agregó: “La evaluación tiene una enorme tradición en la Argentina. Todas las personas han sido evaluadas en algún momento. La idea es que la evaluación es un elemento posterior del proceso enseñanza-aprendizaje. Lo que tenemos que hacer ahora es enseñar, dialogar con los actores, con las provincias, con los docentes. Es la directiva del ministro”.
Y adelantó que el Ministerio está trabajando para salirse del modelo de evaluaciones estandarizadas que se aplicaron durante el gobierno de Macri.
“La decisión del Ministro, siguiendo las directivas del Presidente, es que nuestra gestión es federal pero estamos tratando de construir un nuevo tipo de federalismo”, afirmó Puiggrós.
“La primera tarea, que no ha terminado aún, es organizar nuevamente el Ministerio, porque habían deshecho los niveles y modalidades de la educación, porque no se cumplía con la Ley de Educación Nacional”, explicó.
Privatización
En la nota, también se hace referencia a un trabajo de investigación realizado por La Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA) que contó con la participación de la propia Puiggrós, junto a Myriam Feldfeber, Susan Robertson y Miguel Duhalde.
El trabajo se titula “La privatización educativa en Argentina”, y allí se aborda la presencia del sector privado en la definición e implementación de la política educativa a través de fundaciones, empresas y ONGs que significa un financiamiento educativo a las corporaciones.
Según la nota, el Estado estuvo siempre lejos de poner alguna restricción para que los planes corporativos y empresarios no dirijan la educación y en los últimos cuatro años el gobierno de Macri fu el vehículo para su ingreso.
Y hasta “el propio Esteban Bullrich forma parte de las fundaciones”.
Puiggrós afirma que “no a todas las fundaciones se las puede poner en la misma bolsa”, y marca la diferencia entre “UNICEF, UNESCO o alguna fundación privada con fines sociales, con Enseñá por Argentina”.
Describe que la clave para frenarlo es “mayor presencia del Estado y legislación”. Explica que las empresas privadas y fundaciones ven a la educación como un negocio sin fin.