Gran parte del mundo asiste con estupor a la crisis desatada por el Covid-19. Sin embargo, la pandemia del coronavirus no es el único mal que golpea al planeta por estos tiempos.

Con diferencia de apenas unos días, se registraron ataques terroristas reivindicados por grupos islamistas que dejaron decenas de muertos en África y en Asia.

En Kabul, al menos 26 personas murieron y otras 15 resultaron heridas en un ataque suicida a un templo de la minoría sij, una operación que se prolongó durante horas y que fue reivindicada por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).

Todas las víctimas fatales del ataque eran miembros de la minoría sij, precisó el portavoz del Ministerio del Interior, Tariq Arian.

El EI reivindicó el atentado a través de la agencia Amaq, vinculada al grupo yihadista, que informó del ataque “suicida” en la capital de Afganistán.

Hasta ahora, ni las autoridades afganas ni el EI dieron detalles sobre el número de implicados en el ataque.

Los talibanes negaron inmediatamente su participación, mientras las voces de condena no tardaron en llegar.

“Otro ataque terrorista despiadado y cobarde contra un lugar de culto en Kabul. El Gobierno afgano condena enérgicamente el ataque sin sentido”, indicó en Twitter el portavoz del Palacio Presidencial, Sediq Sediqqi.

En Chad

Extremistas de Boko Haram mataron al menos a 92 soldados chadianos en el ataque más mortal contra las fuerzas del país, según dijo el presidente de Chad.

El ataque ocurrió la noche del domingo al lunes en la localidad de Boma, en la provincia de Lac, junto a la frontera con Nigeria y Níger.

El presidente, Idriss Deby, lamentó la pérdida de sus compatriotas. “Nunca en nuestra historia habíamos perdido tantos hombres de una vez”, dijo.

Los extremistas de Boko Haram han matado a decenas de miles de personas y obligado a millones más a abandonar sus hogares durante sus más de 10 años de insurgencia.

Han realizado numerosos ataques en la región del lago Chad, donde se encuentran Camerún, Chad, Nigeria y Níger.

El grupo fue creado en 2002 en la localidad de Maiduguri (noreste de Nigeria) por el líder espiritual Mohameh Yusuf para denunciar el abandono del norte del país por las autoridades.

En aquel momento efectuaba ataques contra la Policía nigeriana, al representar al Estado, pero desde que Yusuf fue abatido por agentes en 2009 el grupo se radicalizó más.

Desde entonces, el noreste de Nigeria está sumido en un estado de violencia provocado por Boko Haram, que busca imponer un Estado de corte islámico en Nigeria, país de mayoría musulmana en el norte y predominantemente cristiano en el sur.

Durante su sangrienta campaña, el grupo asesinó a unas 27 mil personas y causó dos millones de desplazados, según la ONU

Según denunció en enero el representante especial de la ONU para el Sahel, Mohamed Ibn Chambas, en los últimos meses la región experimentó “un devastador aumento en los ataques terroristas contra objetivos civiles y militares” y cifró en más de cuatro mil los muertos en 2019, una cifra que quintuplica los 770 que dejaron las acciones de los grupos terroristas en 2016.

En Nigeria

El grupo yihadista Estado Islámico en África Occidental (ISWA) reclamó ayer la autoría del ataque ejecutado el lunes pasado en el estado nigeriano de Borno (noreste), que se saldó con la muerte de unos 70 militares.

En su comunicado, ISWA elevó a cien el número de soldados nigerianos muertos y afirmó que “respondió a un ataque del apóstata Ejército nigeriano y sus milicias” en la localidad de Goniri.

Asimismo, manifestó que los combates se saldaron con “la destrucción de tres camiones militares” y con la captura de varios vehículos y armamento. “Los apóstatas quedaron frustrados y decepcionados, gracias a Dios”, cerró.

Según las fuentes militares consultadas por The Cable, las tropas nigerinas de la operación ‘Ayiso Tamonuma’ habían avanzado en la zona del bosque de Alagarno el sábado y el domingo, cuando se toparon con una emboscada en la que no hubo víctimas.

El lunes, sin embargo, se toparon con una segunda emboscada cuando se dirigían hacia Goniri y se vieron superados por los milicianos que “eliminaron a todo un batallón de artillería”. Según este medio, algunas víctimas perecieron calcinadas.

Según el sitio HumAngle Media, que dirige el periodista Ahmed Salkida, experto en la materia, los muertos serían al menos 100 y formaban parte de la operación de limpieza ‘Ayiso Tamonuma’ contra ISWA, el grupo que se escindió de Boko Haram en 2016. Además, un número indeterminado de soldados habrían sido secuestrados.

Kabul. Al menos 26 personas murieron en un ataque suicida a un templo de la minoría sij. (AP)