Difícilmente la edición de 2005 de Roland Garros pase al olvido. Mucho menos para los españoles y para los cordobeses. Este viernes se cumplen 15 años del día en que un joven Rafael Nadal, con musculosa y pelo largo, lograba el primero de sus 12 títulos en el polvo parisino. Su rival era el sanfrancisqueño Mariano Puerta, que por aquel entonces tenía 26 años y un historial repleto de alegrías, frustraciones y momentos intensos.

De lo que luego pasó con el mallorquí se sabe mucho en todo el mundo. Pero…¿qué fue de la vida de Puerta? Tras dejar de jugar en 2009 tuvo una etapa como entrenador de Brian Dabul durante un año. Y en enero de 2014 participó de las exhibiciones de La Legión pero desde ese momento no dio notas y no se supo más nada de él.

El extenista hace más de seis años que vive en Estados Unidos y en diálogo con Mundo D recordó sus días felices en Francia y habló sobre su pasado y su presente.

“Hace seis meses que vivo en Miami. Estuve en Boston dos años entrenando a un pibe y luego cuatro años en Dallas con una chica muy buena. Estuve muy cerca de volver a Buenos Aires, pero el resultado de las Paso me hizo volantear”, contó Puerta, quien además de entrenar a tenistas se dedica a la construcción.

Y agregó: “Me es inevitable no recordar por estos días la final con `Rafa` por cómo está el mundo con las redes sociales. Te llegan imágenes o fotos, te lo hacen saber. Más pasa el tiempo y más me doy cuenta de lo difícil que es llegar a la final de un Grand Slam, sobre todo en Roland Garros que para nosotros es el mejor torneo”.

Aquel certamen le permitió a Puerta pasar del 37º lugar del ránking al 11º. La final tuvo picos de mucha emoción y la ganó Nadal por 6-7, 6-3, 6-1 y 7-5 en tres horas y 24 minutos de una batalla intensa.

A puro palo, arriesgando, el cordobés sacó coraje ante “Rafa” para sorprenderlo en más de una ocasión. Estuvo “a nada” de mandar la final a un quinto set (desaprovechó tres set-points).

Ese domingo Puerta no se reprochó nada. Dio su máximo esfuerzo en cada punto. Y simplemente le tocó perder ante el mejor jugador que se haya visto sobre el polvo de ladrillo de la pista Philippe-Chatrier.

“Yo nunca me voy a olvidar que cuando gané la semifinal me puse a ver el partido entre Nadal y Federer. Mientras me hacían masajes hacía fuerzas por Roger. Yo me veía ganador contra él. Yo sabía la que se me venía con `Rafa` a cinco sets. Estaba muy firme él”, explicó Mariano.

Y agregó un dato que pocos sabían: “Yo en el quinto set de la semi con Davydenko tuve un desgarro de 1,5 centímetros. Y en la final sentí un tirón feo, pero el trainer me ayudó y pude jugar sin problemas”.

Sorpresa, pero no tanto

Le decían “el Gordo” a Mariano Puerta. Y había motivos. Pero para aquel torneo de Roland Garros logró bajar siete kilos y el gran responsable fue el pesista olímpico Darío Lecman, quien comenzó a entrenarlo en agosto de 2004.

Planificaron juntos una pretemporada de siete meses, con trabajos de doble turno todos los días. Tras solucionar su problema de peso se centraron en mejorar la potencia. Y lo lograron. En lo que fue el pico de su carrera, Puerta se tornó en un jugador “agresivo”, que siempre trataba de imponer su ritmo. Se movía muy bien en la cancha. Antes de eso también era potente, solo que logró llegar a Paris mucho más flaco y bien físicamente.

El camino no fue fácil. Puerta pasó de los hoteles cinco estrellas en 2000 (fue 18° del mundo), a jugar Futures con 10 mil dólares en premios en Chile cuando apenas faltaban siete meses para el torneo de Roland Garros en 2005. Fueron años de lesiones y una suspensión por doping por usar un medicamento (prohibido) para tratar su asma.

Mariano viajó por todos los continentes cosechando puntos, y entrenó, entrenó y entrenó. Tocó fondo en el Future de Chile en octubre de 2004: el ranking ATP lo mostró en el puesto 440°.

Con su tenis y con su enorme amor propio, renació apelando a aquella disciplina y dedicación que asumió cuando, con sólo 8 años, en una habitación de El Diquecito, le contó a su padre que quería ser profesional.

Aunque ahora su vida transita muy lejos de acá, sus primeros años estuvieron muy ligados a nuestra provincia. Nació en San Francisco y a los pocos meses partió a Villa María, donde su papá Rubén daba clases en el Sport Social.

Eran días en los que el finalista de Roland Garros gateaba debajo de los canastos de pelotas en las canchas de tenis.

Cuando apenas tenía dos años, su padre le cortó el mango a una raqueta, la lijó para hacerla más liviana y se la dio al pequeño de pelo ondulado. Tras un breve regreso a San Francisco, los Puerta se instalaron en Córdoba y papá Rubén pasó por el Jockey Club, donde Mariano dio sus primeros golpes antes de partir a Buenos Aires en 1985.

Un golpe al mentón

A los pocos meses de su subcampeonato en Paris se produjo un cimbronazo en las redacciones del mundo: Puerta dio positivo de etilefrina, un estimulante, en el control que le efectuaron tras la definición con Nadal.

En diciembre de 2005 y por ser reincidente, le aplicaron una durísima sanción de ocho años que prácticamente le ponía punto final a su carrera.

En julio del año siguiente el Tribunal de Arbitraje del Deporte le redujo la suspensión a dos años y volvió al ruedo en el Challenger de Sassuolo en junio de 2007.

“Recuerdo que me sentí muy expuesto, muy señalado. Era muy difícil pensar que haya pasado otra cosa que un accidente. Yo ese año tuve 16 controles. Sabemos que por reglamento desde cuartos de final, aparte del doping de orina, tenés el de sangre. A mí me afectó un poco la opinión social. En su momento fue difícil y me tuvo muy mal. Pero llegó un día que dije basta”, explicó Puerta sobre las críticas recibidas.

Para el cierre, dejó una frase que entusiasma a sus fanáticos con volver a verlo pronto. “A mí me enorgullece decir siempre que soy de Córdoba. Me pasa de conocer a argentinos acá y me gusta decirles que soy cordobés. Últimamente he ido poco y nada. Fui a jugar una exhibición al Orfeo y luego al golf. Pero me dio mucha alegría lo del ATP en el Kempes. Me encantaría el año que viene estar aunque sea un día”. ¿Lo invitarán?

 

Puerta junto a un grupo de amigos cenando en Estados Unidos.
Mariano Puerta vuela y deja todo en un punto de la final (Foto: Archivo / AP).
El cordobés Puerta estuvo muy cerca de llevar la final a un quinto set (Foto: Archivo / AP).
Buena onda entre Nadal y Puerta en el día previo a la final (Foto: Archivo / AP).
Puerta defendió varias veces la camiseta argentina en la Davis (Foto: Archivo / AP).
El pequeño Mariano junto a su papá Rubén, quien lo había acompañado a un torneo en Mendoza.
Así luce hoy Puerta en Estados Unidos, donde entrena a jóvenes promesas.
maria_1591306613.jpg
puerta_1591310885.jpg
Nadal y Puerta recibieron sus premios de las manos de Zinedine Zidane (Foto: Archivo / AP).
Mariano Puerta vuela y deja todo en un punto de la final (Foto: Archivo / AP).
El cordobés Puerta estuvo muy cerca de llevar la final a un quinto set (Foto: Archivo / AP).
Buena onda entre Nadal y Puerta en el día previo a la final (Foto: Archivo / AP).
Puerta junto a un grupo de amigos cenando en Estados Unidos.
Así luce hoy Puerta en Estados Unidos, donde entrena a jóvenes promesas.
Puerta defendió varias veces la camiseta argentina en la Davis (Foto: Archivo / AP).
El pequeño Mariano junto a su papá Rubén, quien lo había acompañado a un torneo en Mendoza.