El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, aseguró que Venezuela es un “país asediado por la maldad” y ha alertado del elevado número de casos importados de coronavirus, especialmente desde Colombia, a cuyo gobierno ha vuelto a acusar de “contaminar” colectivos para contagiar a los migrantes retornados.
Venezuela ha registrado hasta la fecha 1.121 casos de coronavirus, incluidos 111 entre el sábado y el domingo. De ellos, solo 18 serían contagios comunitarios, mientras que los 93 restantes corresponderían a personas que han dado positivo tras regresar al país, 73 de ellos desde Colombia.
El régimen chavista estima que, en términos globales, tres de cada cuatro de los casos registrados en Venezuela son importados y que al menos 433 corresponden a personas llegadas desde Colombia, el país que más migrantes y refugiados venezolanos acoge -1,8 millones, según datos de la ONU-.
“Se ha comprobado que se han contaminado los autobuses, para que los venezolanos regresen a su país enfermos”, ha dicho Maduro en un discurso a la nación, en el que ha esgrimido que “es una orden (del presidente colombiano) Iván Duque”. Venezuela, ha añadido, “es un país asediado por la maldad”, según informa el diario ‘El Universal’.
El Gobierno venezolano ya anunció la semana pasada que impondría cuarentenas en la frontera para reducir el riesgo de que el virus se extienda por otras zonas del país y la vicepresidenta, Delcy Rodríguez, ha confirmado que los puestos de estados como Táchira y Apure se están “reacondicionando” para recibir a los retornados.
El enviado para la crisis venezolana del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), Eduardo Stein, ha admitido en una reciente entrevista a Europa Press que la pandemia de coronavirus ha agudizado la vulnerabilidad de los migrantes, hasta el punto de que miles de ellos habrían optado por volver.
Stein ha asegurado que las cifras oficiales serían “inferiores a 40.000”, pero solo son “cálculos razonables” a partir de los retornos consumados por “vía legal”. A ellos habría que sumar otros “miles” más de venezolanos que han regresado a su país por rutas alternativas, al margen de unos pasos que ahora el Gobierno de Maduro intenta controlar.
ONU
Caracas, sin embargo, mantiene sus críticas a la ONU, a la que acusa de no ser imparcial. En respuesta a un mensaje de Acnur en la que se alertaba de que la venezolana es una de las crisis de desplazamiento más graves del mundo, el ministro de Exteriores, Jorge Arreaza, ha lamentado que “se vuelve a prestar a la estrategia distractiva de Estados Unidos y la UE”.
Arreaza ha lamentado que “en plena pandemia” la agencia internacional utilice la migración venezolana “para otra rebatiña por recursos”. “La verdadera necesidad de fondos debería ir a la repatriación y reinserción (de) venezolanos, que hoy regresan por millares”, ha dicho en Twitter, un día antes de la Conferencia de Donantes impulsada por la UE.
Irán
Maduro agradeció “de todo corazón” al Gobierno de Irán por la llegada del primero de los cinco buques con combustible y materiales derivados para poder procesar gasolina que llegarán en los próximos días a las costas del país sudamericano.
“A todo Irán, desde el corazón, por su solidaridad, por su apoyo, por su valentía, por su decisión”, ha manifestado Maduro durante uno de sus discursos habituales desde el Palacio de Miraflores.
“Ha llegado a Venezuela, precisamente el día de ayer, el día en que finalizaba el Ramadán, el mes sagrado de nuestros hermanos, pueblos musulmanes, ha llegado el barco Fortune, el primero de cinco barcos que traen gasolina y traen insumos para hacer gasolina en Venezuela”, ha dicho.