A poco más de dos años de aquella infernal balacera que asoló a Nueva Córdoba en febrero de 2018, la investigación judicial que se abrió por este conmocionante episodio se bifurcó en seis casos paralelos, lo que da la pauta de la magnitud de lo sucedido aquella madrugada en calle Rondeau al 84.
Tal es la magnitud y la complejidad de la trama que se abrió en torno a esta historia criminal, que este domingo se presenta el libro Golpe en Nueva Córdoba. La historia jamás contada del robo que desnudó una trama de sangre y corrupción, del periodista de La Voz Juan Federico.
El libro (del que aquí se puede ver en exclusiva un extracto del primer capítulo) se podrá comprar a 539,90 pesos en todos los quioscos de diarios de la provincia de Córdoba. En él se cuenta una historia criminal, acaso el mayor golpe delictivo que la ciudad de Córdoba recuerde en años.
Pero de manera subterránea, el relato va uniendo otros hilos que tejen un sistema, una radiografía en la que conviven delincuentes, jueces, guardia cárceles, fiscales, narcotraficantes, abogados, policías, empresarios, lobistas, sindicatos y, por supuesto, políticos. Todo, articulado en torno a un trasfondo multimillonario.
Una de las patas claves de esta historia, revelar qué sucedió aquella madrugada del 16 de febrero de 2018, comenzó a ser juzgada esta semana en la Cámara 8 del Crimen, de la ciudad de Córdoba.
Quiénes
Cinco imputados se enfrentan a duras acusaciones. Ariel Murúa Rodríguez, Ariel Gramajo y Diego Tremarchi son juzgados por el delito de homicidio criminis causae, que en caso de condena sólo supone la prisión perpetua. En tanto, Teresa Mitre y Miguel Ángel Mitre, tíos abuelos de Tremarchi, responden por el delito de partícipes necesarios de robo calificado.
La mujer era empleada doméstica del dueño del dúplex asaltado, Guido Romagnoli, y se sospecha que ella le dio una copia de las llaves de ingreso a los delincuentes, además de aportar otros datos sensibles. Algo que ahora ella negó al comenzar el juicio (ver Los 5 imputados y sus estrategias frente a los jueces).
Qué
Según la causa, aquella madrugada, al llegar la Policía, dos de los delincuentes, Ricardo Serravalle y Rolando Ricardo “el Ciego” Hidalgo intentaron sendas huidas a los tiros. Esto provocó una infernal balacera con más de 90 proyectiles. En los tiroteos, los ladrones asesinaron al policía Franco Ferraro.
Serravalle e Hidalgo terminaron por ser abatidos.
Romagnoli declaró luego que los ladrones le llevaron 300 mil pesos en efectivo y 2.300.000 en cheques, algo que aún genera muchas dudas en la causa (ver El botín, la clave en el juicio por el trágico tiroteo).
En la órbita de la Justicia federal se investiga si la víctima del asalto original lavaba dinero en los departamentos.
Cómo
Pero las causas penales no se acaban acá. De la escena del crimen desapareció la pistola con la que los delincuentes mataron al agente Ferraro. Según la causa, estaba en poder del ladrón Serravalle, que luego fue abatido en medio de una alocada huida a los tiros.
Al descubrir el robo del arma homicida, el fiscal Caro llevó adelante una investigación paralela que terminó con la imputación de dos policías que aquella madrugada estuvieron en la escena del crimen, la propia calle Rondeau al 80.
Además, en la huida, al delincuente Gramajo se le cayó un cheque que acababan de robar, según se corroboró a nivel judicial a través del análisis de las cámaras de seguridad.
Al secuestrar este cheque, que tiene un valor de poco más de 100 mil pesos y está a nombre de un particular, se detectó que tenía una fecha adulterada. Se entiende que los delincuentes no tuvieron tiempo para fraguarlo en medio del robo, por lo que se abrió una nueva investigación penal que recayó en el fiscal Alfredo Villegas.
Son sólo algunas muestras de una densa telaraña que hacen del golpe de Nueva Córdoba un caso que aún genera conmoción en la provincia.