¿Será cierto?, pregunta una amiga en un grupo de WhatsApp a sus 25 contactos. con un audio atribuido al conocido neurólogo Facundo Manes, en el que se escuchan datos sobre el coronavirus.
A los 10 minutos, otra sube un mensaje del propio Manes advirtiendo que está circulando un audio que se le atribuye pero que no es suyo. Pero la mitad de aquellos 25 contactos ya lo habia reenviado a otros. Eran cientos los que ya lo tenían y que a su vez lo multiplicaban.
Lo mismo pasa con un audio de una supuesta médica de España, o un texto de un presunto especialista chino. U otro que manda una amiga que dice tener una conocida que trabaja en una clínica de Córdoba, o de Barcelona, o de Milán.
Los virales en redes, y sobre todo en WhatsApp, tienen la misma geometría multiplicadora de tipo exponencial que el virus made in China que preocupa al mundo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró al coronavirus como una pandemia, lo que implica una propagación mundial de una nueva enfermedad. Pero, a la vez, advirtió sobre una “infodemia”, es decir la rápida propagación de rumores y contenidos falsos a través de las redes sociales.
Esa información inexacta o falsa suma confusión e incertidumbre, en un terreno en el que se requieren más certezas para saber cómo actuar en lo personal y cómo contribuir en lo social.
Hasta hoy, todo parece indicar –según el criterio de la mayoría de los especialistas en todo el mundo– que actuar de manera responsable y limitar el contacto social es la mejor manera de protegernos individual y colectivamente.
¿Por qué tanto pánico si no hay tantos casos ni el coronavirus tiene tan alta mortalidad?. Es una pregunta que se repite. Porque se contagia muy fácil y un porcentaje importante de los contagiados necesitará hospitalización y puede ser crítico para el sistema de salud el número si el contagio hace un pico. De allí que se sugiera “aplanar” la curva de casos, para evitar ese pico, y en ese marco –refuerzan los expertos–resultan clave las medidas de aislamiento.
Eso podemos hacer ante la pandemia. Pero ante la “infodemia”, cada uno podemos hacer más.
Por lo pronto, no compartir contenidos con otros haciendo un fácil click en el teléfono o la computadora, sin analizarlos ni dudar sobre su veracidad. Verificar, al menos, que provenga de organismos con autoridaden la mayeria o por medios de comunicación reconocidos que tienen modos de chequear los datos que circulan.
Cómo chequear
Sirven, en ese marco, algunos consejos que propone Chequeado.com, una organización argentina dedicada específicamente a constatar información, de todo tipo, para advertir cuáles pueden ser engañosas o falsas (o fake news). En tiempos de “infodemia”, su rol se acrecienta.
Desde ese sitio, su directora Laura Zommer sugiere, por ejemplo
- Prestá atención a la fuente del contenido que consumís y no compartas aquella que no sea información oficial (de los ministerios de Salud o la OMS). En medio de una pandemia, las proyecciones y especulaciones no deben confundirse con los hechos.
- Cuidado con las alertas falsas. Difundilas solo si provienen de organismos oficiales, para no ayudar a crear más miedo y confusión.
- Si recibís una cadena de WhatsApp que dice “Reenviado”, prestá especial atención, porque eso significa que el autor de ese contenido no está claro y no es quien te mandó el mensaje.
- Tener también cuidado con la información parcial o sacada de contexto. A veces, las decisiones oficiales o los estudios científicos se comparten de forma incompleta.
- Si un título te llama la atención en redes sociales, antes de compartirlo, es importante copiarlo y pegarlo en cualquier buscador (el más popular es Google). Si la noticia aparece entre los primeros resultados del motor de búsqueda con fuentes de información consideradas confiables (como medios de comunicación reconocidos u organizaciones científicas), es más probable que la información sea cierta. Si no aparece nada, sospechá y no lo compartas.
- Si recibís imágenes sin conocer la fuente ni la autenticidad, alcanza con ir a Google Imágenes y hacer click en el ícono de la cámara para saber si ese contenido ya fue publicado antes y corresponde o no a una fuente confiable.
- En tiempos de coronavirus, cuando reemplazamos las manos por los codos y los abrazos por los saludos a prudente distancia, también necesitamos evitar los compartidos a tontas y a locas. Ante el miedo, información chequeada.