Kabul. Estados Unidos y los talibanes firmaron ayer un acuerdo para poner fin a casi 19 años de conflicto armado en Afganistán y permitir que gran parte de las tropas estadounidenses vuelvan a su casa tras las guerra más larga en la que ha participado Washington.

El acuerdo prevé reducir de 13 mil a 8.600 las fuerzas estadounidenses apostadas en el país asiático en un lapso de entre tres y cuatro meses.

La retirada completa dependerá de que los talibanes cumplan con sus compromisos para reducir la violencia en los próximos 14 meses.

La invasión a Afganistán fue ordenada en 2001 por el entonces presidente George W. Bush, en respuesta a los ataques de Al Qaeda contra el World Trade Center y el Pentágono, el 11 de septiembre.

Los talibanes, que gobernaban Afganistán y protegían al líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, fueron derrocados en pocos meses y sus principales combatientes cruzaron la frontera y se escondieron en Pakistán, pero la guerra se prolongó durante años.

Durante ese tiempo, Estados Unidos promovió la instauración de un gobierno laico y afín a sus intereses. Mientras tanto, los talibanes se fueron reagrupando hasta llegar a controlar hoy el 70% del territorio.

El secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, asistió a la firma del acuerdo en Qatar, aunque quien lo rubricó fue el enviado de paz estadounidense Zalmay Jalilzad. “Este es un momento lleno de esperanza, pero es sólo el principio, hay una gran cantidad de trabajo por hacer en el frente diplomático”, dijo Pompeo.

Por el lado de los talibanes firmó el líder, el mullah Abdul Ghani Baradar. “Hoy es el día de la victoria, que ha venido con la ayuda de Alá”, dijo Abbas Stanikzai, uno de los principales negociadores del grupo durante una marcha de celebración en Qatar.

El acuerdo abre el camino para las primeras negociaciones de los milicianos con el Gobierno afgano, que es frágil y depende del respaldo de Estados Unidos y de otras potencias. El problema estará en los detalles cuando los combatientes talibanes y los caudillos afganos se disputen el poder. Los afganos, y en particular los activistas por los derechos de las mujeres, temen por los escasos avances realizados desde la caída del Talibán.

Oportunidades perdidas

El expresidente afgano Hamid Karzai dice que el conflicto pudo haber sido frenado hace años. En 2010, un alto funcionario talibán, el mulá Abdul Ghani Baradar, le hizo saber al entonces presidente, Karzai, que el grupo estaba listo para hablar de paz. Pero Washington se negó a negociar con los islamistas, dijo Karzai. En lugar de ello, la CIA y fuerzas antiterroristas de Pakistán arrestaron a Baradar en una operación conjunta.

Baradar, quien fue excarcelado en Pakistán en 2018 y es ahora el principal negociador del Talibán, preparó el actual acuerdo de paz junto con Jalilzad.

Estados Unidos inició conversaciones secretas con los talibanes en 2013, primero a través de intermediarios. En septiembre de 2018, el presidente Donald Trump nombró a Jalilzad para que negociase directamente con los insurgentes, que habían instalado una oficina política en Qatar. Pero los combates continuaron, incluso mientras las dos partes se acercaban a un acuerdo. En enero, el régimen talibán propuso un cese del fuego temporal, que llevó eventualmente a la firma de ayer.

¿Aliados?

El acuerdo prevé la retirada de Afganistán de los soldados estadounidenses y de la Otan, pero no estaba claro si una fuerza antiterrorista estadounidense más pequeña quedará en el país para combatir al Estado Islámico, un enemigo tanto de Washington como de los talibanes.

El acuerdo de paz, al que no pocos observadores miran con escepticismo (no creen que el Talibán rompa tan fácilmente sus lazos con Al Qaeda), incluye además negociaciones entre los afganos a ambos lados del conflicto sobre el futuro del país y sobre un cese del fuego permanente.

Inminente reunión Trump y los talibanes

El presidente de EE.UU. celebró el acuerdo.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que se reunirá con los líderes talibanes “en un futuro no muy lejano”. El mandatario no aclaró dónde se producirá esa reunión y respondió que todavía “está por verse”, cuando un periodista le preguntó si una posibilidad es recibirlos en Washington o incluso en la residencia presidencial de Camp David.

Inicio. Estados Unidos envió sus tropas a Afganistán en 2001 tras el atentado a las Torres Gemelas. (AP)