Hubo un día en el que en Córdoba no se habló de otra cosa. Fue el 9 de julio de 2008. El nombre y apellido de
Héctor Luis Cuevas
fue el más mencionado en la radio, en el diario, en los bares y veredas, en barrio Jardín y en Alberdi.

En tiempos donde las redes sociales no explotaban con la virulencia de la actualidad, hubo un goleador que paralizó la ciudad. Cuevas, “el Tanque”, hizo lo que más nadie se animaría desde allí: pasar de manera directa de
Talleres
a
Belgrano
(o al revés) en la historia. Fue el último.

Cuevas, hoy con 37 años, toma con orgullo haber tenido esa valentía. Ese “episodio” forma parte de una larga carrera de 15 años en el fútbol que se acaba de terminar.

En este 2020, aceptó ponerse nuevamente la camiseta de Las Palmas, el club de sus amores, para jugar el Regional Amateur 2020. Se desgarró a pocos días del debut y apenas pudo jugar dos partidos entrando desde el banco. Pero se dio el gusto de jugar en AFA con el club de su barrio.

Su vida ahora pasa por otro lado. Trabaja en una empresa relacionada a la construcción, formó una familia y es padre de tres hijos (Jeremías, Dalma y Zaira). Está feliz, satisfecho por lo que fue su camino en el fútbol. Mirando hacia adelante.

“Me di el gusto de jugar en Las Palmas. Es el club de mi barrio. Donde me crié. Hoy la vida pasa por otro lado: por darle el tiempo a la familia, ya que fue lo que dejé de lado 15 años. Me han llamado ahora equipos del Federal para ir como reemplazo como Juventud Antoniana de Salta, pero ya está. Ahora quiero jugar en la Ucfa, con mis amigos. El fútbol profesional se terminó, colgué los botines”, se sincera.

“Hoy capaz podría estar jugando. Mirá ‘Pepe’ Sand en Lanús (de 39 años). Pero seguramente no tiene los tobillos como los tengo yo (los muestra, están hinchados). Me infiltraron mil veces. Sabes como me duelen. Por eso también el fútbol ya fue. Fue hermoso. Jamás me imaginé vivir 15 años del fútbol. Mi carrera fue un regalo de Dios para mi y estoy muy feliz con lo que logré”, agrega “el Tanque”, que mira poco fútbol, pero guarda más de 80 camisetas, fotos y recortes de esa “otra vida” detrás del gol.

“Con la gente de Belgrano y Talleres tengo la mejor onda. En esa época no estaban las redes sociales… Hoy hubiera sido distinto. Yo no logré ganar plata importante con el fútbol. Además me llegó de grande. A los 25 años, cuando estaba en Talleres, empecé a estar un poco mejor económicamente. Yo estaba en Morteros (en 9 de Julio) cuando doy el salto y vengo a Racing de Nueva Italia y ahí no había una moneda. Tenía que elegir si comer o pagarme el colectivo para ir a entrenar. Por eso cuando me cuestionan por haber pasado de Talleres a Belgrano yo les digo eso. ‘¿Sabes de dónde venía yo?’. Como no iba a agarrar cualquier oportunidad así”, relata.

Cuevas jugó la temporada 2007/08 para la “T” con un buen paso: 14 goles en 40 partidos. La campaña siguiente se puso la camiseta del Pirata (estuvo entre 2008-2011). Sus números no fueron tan positivos: 9 goles en 78 cotejos.

El paso entre los clásicos rivales de la Docta era algo común en la década del ‘30 y ‘40. En los Nacionales de Primera, se prestaban jugadores mutuamente: Alberto De Sá, Héctor Artico, Luciano Frattura, entre otros.

Más cerca en el tiempo hay dos casos resonantes: José Omar Reinaldi, de Talleres a Belgrano en 1981, y Javier Villareal, de la “T” a la “B”, en 1999.

Cuevas tiene cinco ascensos en el lomo, muchos goles y se dio el lujo de jugar en el exterior (México y Grecia). Una carrera más que digna. Hizo el curso del DT pero no tiene en mente dirigir en este momento.

¿Es hincha de Belgrano o Talleres?  Otro mito que Cuevas “desmitifica”: “Yo soy fanático del fútbol. Soy hincha de Las Palmas y de los buenos jugadores. Cuando era chico lo seguía mucho a Diego Garay. Me encantaba. Iba a ver a Talleres por él. Mi tía sabía conseguir entradas. Pero también iba a ver a los otros clubes, eh. Mis amigos me decían: ‘Vos sos de Talleres’. No, yo soy de Garay. Ahora me pasa con Messi. Veo poco fútbol. Casi nada. Boca y River. Algún partido importante. Y cuando juega Messi”.

-Sin repetir y sin soplar, cantidad de equipos en los que jugaste.

-Son 11. Universitario, Las Palmas, 9 de Julio de Morteros, Racing, Talleres, Belgrano, Atlético San Luis, Sarmiento, Douglas Haig, PAS Giannina de Grecia… Y Central Córdoba de Santiago del Estero.

-¿Te acordás del número de goles que tenés en tu carrera?

-El número exacto… en el fútbol de AFA creo que son 112. En AFA. Después me faltan los equipos de Liga, pero ando superando los 200. Te hablo de Las Palmas. Jugué mucho tiempo en Primera de Liga Cordobesa. Jugué en la Liga de San Francisco y en la Liga Colón.

-De todos esos goles, cuál es el más especial y el más recordado.

-El más especial, los que hice en Primera. Me quedo con los que les hice a River, Independiente, Vélez. Pero especial, el que nos dio el ascenso con Sarmiento contra Colegiales. Íbamos empatando 0 a 0, ‘el Pocho’ Cerutti tira un centro en el segundo tiempo, cabeceó y fue gol. La cancha llena, hacía mucho tiempo que Sarmiento estaba ahí y no se daba… Era un karma, porque veníamos peleando y perdiendo los ascensos. Y se nos dio. 

-¿El goleador tiene que ser egoísta?

-No. El goleador tiene que ser servicial. Los goleadores que son serviciales van a tener más chances de gol. Yo creo que el egoísmo en el fútbol no va, porque primero necesitás de todos. Y cuando vos sos egoista, tus compañeros te tildan de egoísta y no te dan una.

-El mejor y peor técnico que tuviste en tu carrera. Los motivos:

-El mejor, Sergio Lippi (en Sarmiento). Y el peor ‘Mostaza’ Merlo. Lippi, un trabajador, un señor de persona. También lo podría agregar ahí a ‘Teté’ Quiroz, muy buena persona. Me gusta la gente frontal, honesta y trabajadora. En ese grupo está Quiroz, Lippi. Lo conocí poco a ‘Panchito’ Silva, pero también. Y hay otros que no los conocen mucho y han sido muy buenos técnicos. ‘Mostaza’ fue todo lo contrario. Lo agarré ya de grande. Me parecía una persona que ya había perdido el tren de dirigir.

-¿Por qué crees que fuiste el último jugador que pasó directamente de Talleres a Belgrano, o al revés, de la historia?

-Porque después más nadie se animó (risas)… Había que animarse. Lo mío más que todo era un reto. Mi carrera arrancó desde muy abajo. Yo amo el fútbol de Córdoba y jugar en Talleres y Belgrano para mí era un reto. Después, se puede hablar de lo económico o no. No pasó tanto por ahí. Era otro tiempo, no se pagaba tanto. No es como ahora. Era más que todo un reto. Y me encantó, lo disfruté, jugué en los dos mejores clubes de Córdoba y la verdad es que la pasé muy bien. Haber jugado en los dos es como un trofeo… Todos te dicen, ‘cómo podés, cómo hiciste eso’. Sabes a cuántos les hubiera gustado jugar en Talleres y en Belgrano. Yo fui el último que se animó… Pero miles les hubiera gustado. Andá a preguntarle a cualquier jugador de la Liga de Córdoba… ¿Jugarías en Talleres y Belgrano o seguirías en Libertad, por decir un club? Jugaría en Talleres y Belgrano. Yo jugaba en Las Palmas y si me decían si quería jugar en Talleres y Belgrano decía que sí.

-¿Cómo crees que hubieras vivido eso hoy, con las redes sociales?

-No se hubiera podido. No lo hubiera hecho. En esta época, no lo hubiera hecho seguramente. Porque ahora también tenés que pensar en la familia, en los amigos, que es muy difícil. Ya tenés claros ejemplos. Le pasó  a Mauro Zárate, que sin ser el clásico rival, pasó de Vélez a Boca y lo defenestraron. Y muchos otros casos que han pasado, (Julio) Buffarini de San Lorenzo a Boca… Son cosas que como sociedad deberían cambiarse. El fútbol no deja de ser un trabajo, más allá que uno lo hace por pasión y deporte, cada uno elige lo mejor. Cada ser humano elige lo mejor para trabajar y el jugador de fútbol es igual.

-Una anécdota o detalle de las horas en las que se dio el pase.

-Estábamos yendo a Tucumán (para firmar con San Martín), ya estábamos llegando y nos llamaron que Belgrano nos quería. Yo en Talleres había tenido un gran año y no me renovaron. Ni a mí, ni a Borghello, ni a Matías Quiroga y a varios más. No nos renovaron. Nos dieron la mano, ya está, muchas gracias. Me estaba yendo a Tucumán, a San Martín que había ascendido a Primera. Nos llamaron que nos quería Belgrano, pero yo quería jugar en Primera. Y cuando llegamos a Tucumán, no me gustó mucho el trato. No sé si fue excusa o noté cierta indiferencia, que iba de relleno. Hablé con el dirigente que nos juntamos para firmar el contrato. Habíamos arreglado el alquiler y después no, que si jugaba ‘x’ cantidad de partidos me pagaban el alquiler. Me sentí menospreciado. Yo tenía de representante a ‘Chichi’ Ledesma y le dije: ‘Si está lo de Belgrano, nos volvemos a Córdoba’. Me dice: ‘lo de Belgrano está, nos volvemos’. Salimos de noche de Tucumán, huimos como unas ratas (risas). Frenamos en Deán Funes, paramos a dormir y al otro día a las siete de la mañana salimos para cerrar con Belgrano.

-¿Cómo te tratan los hinchas de Talleres y Belgrano con el paso del tiempo?

-Hay respeto, respeto… La verdad, indiferencia también. Siempre el saludo. Siempre que me reconocen. A lo mejor si estaba en esta época, con las redes sociales, con la foto, te conocen más. Hoy a un jugador de Talleres o Belgrano lo conocés de taquito. A los ex jugadores, que han pasado hace 10 años atrás, como es mi caso, seguramente te conocen poco. Más las nuevas camadas de hinchas. Pero bien. La gente grande me trata con respeto. Ahora en el trabajo que hago alguno me reconoce, me pregunta cómo ando, me pide que le cuente historias de fútbol. Alguna cargada, nada más.

-El mejor momento de tu carrera fue en…

-En Sarmiento de Junín. Tuve la suerte de jugar en tres categorías diferentes, de salir campeón dos veces y ascender en tres oportunidades.

-¿Alguna vez fuiste incentivado para ir “para atrás o para adelante”?

-La incentivación siempre que sea para ir para adelante, no está mal. Porque el jugador siempre quiere ganar, pero si de paso te dan una plata, por ganar… Siempre estás incentivado. Porque el club donde estás te paga por ganar. Si de afuera te agregan más, no está mal. Nunca me ofrecieron plata para ir para atrás. Creo que una vez nos intentaron ‘calmar’ un partido… No pasó nada y terminamos perdiendo 4 a 0 igual. Era contra Patronato, nosotros ya estábamos descendidos con Sarmiento. Quisieron en el entretiempo, ‘ché, terminemos 0 a 0’. Nosotros dijimos, ‘vamos a ganar, queremos terminar bien’. Perdimos 4 a 0, ja.

-El compañero que más goles te hizo hacer fue:

-Ezequiel Cerutti, ‘el Pocho’, en Sarmiento… hice muchos goles por él. Después, ‘el Memo’ Borghello (en Talleres) y ‘Chelo’ Bergese, en Racing, también.

-¿Qué sentís cuando critican a Messi en redes sociales?

-Creo que la gente, hasta mismos colegas o periodistas, critican… Yo al Diego (Maradona) lo vi poco, tengo los videos, pero lo saco de contexto. Messi es lo mejor que he visto. Es por el único tipo que puedo levantarme a las cuatro de la mañana para ver un partido. Que lo hice, en el Mundial de Clubes con Barcelona. Me llena los ojos. Hasta el día de hoy sigue siendo el mejor. Indiscutido, solamente discutido por nosotros, los argentinos…

-¿Qué compañero tuviste en tus comienzos qué creíste que iba a llegar lejos y no se le dio?

-Siempre te topas con alguno, pero uno de los mejores jugadores que tuve al lado fue Gonzalo Godoy, que después se cambió el apellido como Gonzalo Romero. Llegó a jugar en la primera de Las Palmas conmigo mucho tiempo. Todos lo querían, de Newell’s, de Boca, pero todos lo mandaban de vuelta porque era una ‘pulguita’, como Messi. Le decíamos el ‘Enano’ Godoy nosotros. Era el mejor, un crack, jugaba de enganche. No he compartido con un jugador que sea tan bueno. He tenido compañeros en el fútbol profesional que vos decís, ‘cómo pueden hacer estas cosas’. Pero Godoy era un crack, jugó en la Liga Cordobesa y el interior. No llegó a triunfar porque antes se miraba más la estatura que otra cosa. 

-Última. Complete la frase. Héctor Cuevas es un…

-Héctor Cuevas es un apasionado del fútbol. Y si es de Córdoba, más aún.

Aquí podés escuchar la entrevista con Héctor “el Tanque” Cuevas:

Los inicios del goleador. Jugando en Liga Cordobesa de Fútbol. (Archivo / La Voz)
En Sarmiento. Vivió su mejor momento, según su visión. (Javier Ferreyra / La Voz)
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En Talleres. Llegó desde Racing y rindió muy bien en la “T”. (Archivo / La Voz)
En el Pirata. Estuvo más tiempo, pero no logró explotar sus goles. (Archivo / La Voz)
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“El Tanque”. Cuevas con todas las camisetas que usó en su carrera. (Javier Ferreyra / La Voz)
En Sarmiento. Vivió su mejor momento, según su visión. (Javier Ferreyra / La Voz)
En Talleres. Llegó desde Racing y rindió muy bien en la “T”. (Archivo / La Voz)
En el Pirata. Estuvo más tiempo, pero no logró explotar sus goles. (Archivo / La Voz)
Los inicios del goleador. Jugando en Liga Cordobesa de Fútbol. (Archivo / La Voz)