Parece paradójico, pero no lo es: al hombre de las noticias no le gusta ser noticia. Sin embargo, Gustavo Tobi ayer tuvo que volver al estudio de Noticiero Doce para anunciar que a fin de mes dejará la conducción del emblemático informativo de El Doce. Pondrá punto final a una etapa de 51 años en el canal, sumados a 9 años anteriores en Radio Universidad. Así es, 60 años de carrera activa y con absoluta vigencia en los medios cordobeses.

De todas formas, para Tobi esto no es un adiós sino un hasta luego. En primer lugar porque continuará trabajando al frente de su programa económico Córdoba al mundo por Canal C, y porque para él ser periodista no es algo que se puede abandonar. “Nos morimos siendo periodistas. Este bicho, como el covid por ahora, tampoco tiene cura”, dice soltando una carcajada, a sus 78 años. 

Tobi no se imaginaba que iba a ser periodista. De chico le gustaba escribir y dibujar historietas en la escuela primaria, pero su destino parecía ser el de médico, la profesión de su padre que falleció cuando Gustavo tenía 12 años. Por mandato heredado cursó hasta segundo año de Medicina, hasta que ingresó a Radio Universidad como cadete y ahí cambió su mundo. 

Decisión masticada

El emblemático conductor llegó a este anuncio con la decisión tomada desde mediados del año pasado. “En realidad mi desvinculación formal de Noticiero Doce iba a ser el 17 de abril, junto con los 60 años del canal. Querían hacer un gran homenaje para mí, pero yo les dije que esas cosas no van con mi carácter. Yo soy de perfil fuerte al aire, pero bajo en lo personal. Nunca me gustó el vedetismo. Este es un laburo más que tiene una trascendencia pública. Si la gente te acepta, bienvenido. Pero bueno, llega un momento en que hay que tomar las determinaciones que son lógicas de la vida porque… ¿hasta cuándo voy a seguir al aire?”, dispara.

A partir de la pandemia por el coronavirus, Gustavo había dejado de ir al estudio, pero esta situación no tuvo nada que ver con su retiro. “En el canal hay medidas de seguridad mucho más estrictas que las que yo tengo en mi casa. Pero me parecía lógico que después de tanto tiempo volviera al estudio. Así que voy a estar estas dos semanas que vienen completas, y el 29 va a ser el último noticiero”.

Lejos del tono dramático, Tobi sencillamente dice que es una etapa larga que se termina. “Ya lo tenía internalizado, no se da de un día para otro, ni hay problemas con la empresa”.

Tobi se va siendo la principal cara visible del programa más visto de Córdoba. Del año 2000 a esta parte, Noticiero Doce se afianzó en un liderazgo que nunca más dejó. “Que un noticiero sea el primero del ranking en televisión abierta, es un caso único en el país. La preocupación más grande que ha tenido la empresa es que no sea fuerte el impacto de mi salida, pero el equipo es muy bueno, está muy preparado y bien armado para seguir adelante. Eso se lo he comentado yo a Fabiana Dal Prá que va a ser quien va llevar la batuta de ahora en adelante”, agrega. Ella estará acompañada por Jorge “Petete” Martínez, otro histórico de la casa, y el resto del equipo.

En la suya 

Siempre se asoció la figura de Gustavo Tobi a coberturas históricas para el país y el mundo, como por ejemplo su labor como notero en el Cordobazo o en la cobertura desde Cabo Cañaveral de la llegada del hombre a la Luna. Pero lejos de marcar estos hechos sobresalientes al momento de hacer un repaso de su carrera, Tobi rescata más la coherencia ideológica que mantuvo durante toda su vida y el reconocimiento de la gente. “La forma en que me han reconocido siempre, y la forma virulenta en la que han reaccionado aquellos a los que les he pegado duro, siempre, a lo largo de toda mi carrera. Eso te indica que estás en el buen camino, acertado o no, porque nadie tiene la verdad, pero por lo menos una postura coherente”. 

–¿Cuál fue tu mayor virtud y cuál tu mayor defecto?

–Mi mayor virtud viene de las enseñanzas de mi viejo de muy temprano, quien notó que era un lector ávido. Desde muy chico, mi regalo favorito era un libro. A los 7 años era Tom Sawyer, y después sí llegaron José Ingenieros, Chejov, Borges, Voltaire…  todos los pensadores que te dan una formación universal. Y por otro lado, creo que he sido demasiado estricto con mis cosas, y algunas veces me he tenido que arrepentir, porque se me fue la mano. He sido de carácter afable siempre, pero cuando me enojo es para siempre. Ese es un gran defecto. Nunca me han gustados los farabutes, los falsos profetas, y por eso me he peleado con todos los presidentes. Con Cristina no tuve oportunidad porque jamás dio una conferencia de prensa, pero si no me hubiera peleado fiero. 

–Ya sabemos en todo lo que cambió el periodismo en los últimos 50 años. ¿En qué cosas se mantiene igual?

–La esencia sigue siendo la misma. Vos podés tener una cámara muda o un celular que graba en HD y comunicarte con la Luna, pero lo fundamental es lo que el hombre le aporte en base a su conocimiento, y eso no lo sabe ninguna computadora. Lo demás es adaptación. 

–¿Cómo imaginás tu vida ahora nomás en junio?

–¡Como otro día más! Ni se me ocurre dejar de leer diarios, libros y ver lo que pasa en el mundo. Trataré de darle más atención a lo que siempre me ha gustado, como jugar al golf, ir a pescar con mosca, o compartir asado con amigos, cuando se pueda. También estoy escribiendo un poco. Eso sí, un jubilado tradicional no voy a ser nunca, jeje.

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