La Organización Internacional de la Energía Atómica (Oiea) considera que el agua contaminada en la central nuclear de Fukushima Daiichi es uno de los “desafíos” por abordar en los próximos años pese a la “tendencia muy alentadora” en los progresos de Japón para paliar el accidente nuclear registrado en la planta el 11 de marzo de 2011.

El director general de la Oiea, Rafael Mariano Grossi, señaló que la organización viene trabajando desde el primer día tras el accidente nuclear y ha visto “todo este progreso”.

“Todavía hay desafíos que abordar en los próximos años”, admitió, no obstante, al tiempo que apuntó que uno de ellos es la eliminación de la generación de agua contaminada en la planta que actualmente está almacenada en este sitio.

En todo caso, Grossi ha destacado los esfuerzos de Japón tanto para desmantelar el sitio afectado como “para revivir la región más amplia que también se vio gravemente afectada por el tsunami de 2011 y el posterior accidente nuclear”.

En este contexto, garantizó que la Oiea está lista para seguir apoyando al país nipón en estos esfuerzos.

“He sido testigo de un esfuerzo muy sistemático y meticuloso para hacer frente a cada obstáculo que han encontrado en el camino”, manifestó Grossi en una reciente visita a Fukushima.

Nueve años después del fatídico accidente, la Oiea señala que la situación está estabilizada y que ahora los visitantes a la planta pueden ir “a gran parte del sitio sin ropa protectora” a diferencia de los primeros años después del accidente.

El responsable de la Oiea visitó recientemente la J-Village, una instalación deportiva a 20 kilómetros al sur de la central nuclear de Fukushima Daiichi, que cuenta con 11 campos de fútbol y rugby que fueron estacionamiento para miles de trabajadores de la emergencia tras el accidente, pero que desde 2019 ha vuelto a recibir equipos deportivos de elite y que en verano de 2020 será el punto de partida del relevo de la antorcha olímpica de los Juegos Olímpicos Tokio 2020.

“Las instalaciones de capacitación de J-Village pueden verse como un símbolo para la reconstrucción de la región cerca de la planta de Fukushima”, concluyó Grossi tras visitar las instalaciones.

En contra

En contrapartida, la organización nipona Ecologistas en Acción denunció que Fukushima todavía “sigue siendo una amenaza” y aseguró que los vertidos y residuos radiactivos del accidente se acumulan en la zona mientras el Gobierno de Japón “obliga a la población a regresar”.

La ONG apoya la campaña internacional ‘Juegos Olímpicos libres de nucleares 2020’ y defiende que “el riesgo de la energía nuclear es inasumible”.

En concreto, alerta de que “casi todo el combustible” sigue en la central de Fukushima y necesitará refrigeración durante años, y considera que la planta “probablemente” verterá de nuevo agua radiactiva al mar.

Los residuos radiactivos de la limpieza s e acumulan en la zona y los Juegos Olímpicos se celebrarán apenas a 20 kilómetros de la zona cero.

Ante el contexto de los próximos juegos olímpicos el próximo verano japonés (ahora en duda por el avance del coronavirus en todo el mundo), la ONG denuncia que el primer ministro Shinzo Abe quiere “arrinconar la catástrofe nuclear con la llama olímpica” que partirá del centro deportivo J-Village.

Habilitan al tránsito una de las ciudades afectadas

Días atrás, el Gobierno de Japón abrió a la circulación parte de Futaba, la última ciudad que fue evacuada debido la radiación desde el desastre nuclear de Fukushima hace nueve años, en un gesto simbólico para mostrar la recuperación de región de cara a los Juegos Olímpicos de Tokio. Parte de los 70 mil habitantes de Futaba comenzaron a transitar las calles, aunque los residentes no podrán regresar hasta 2022, según informaron las autoridades.

Desastre. La central de Fukushima sufrió severos daños. (AP / Archivo)