Familias y jóvenes fueron el público mayoritario este martes, en la última noche del Festival de Peñas de Villa María. El cierre con Sebastián Yatra era lo más esperado de la noche y la ausencia de Jimena Barón lo más comentado.
La empresa que representa a la cantante había comunicado que J Mena suspendería sus próximos shows, entre ellos el del festival de Villa María, porque no se sentía “emocionalmente en condiciones de realizar los shows”.
El origen del mal momento de la cantante fue la polémica que se originó en torno a la manera en que promocionó su nueva canción: con un afiche que imita a los avisos de prostitutas que se suelen ver en la calle.
Para ocupar el lugar que dejó Jimena Barón en la grilla, la organización sumó a Los Caligaris. Una incorporación de último momento que bien podría haber estado desde el comienzo, porque siempre que la banda cordobesa pisa un escenario la fiesta está asegurada. Y eso pasó el martes en el Anfiteatro de Villa María.
Comienzos
Pero antes fue el turno de MyA. El dúo de pop urbano formado por Maxi Espíndola y Agus Bernasconi apareció en el escenario y los gritos inundaron el lugar, que ya estaba repleto.
Aunque uno es tucumano y el otro es cordobés, tanto para hablar como para cantar, los artistas no tienen acento que los asocie a sus provincias. Suenan más cerca al español de Centroamérica, pero a la vez con cierta neutralidad.
Maxi y Agus repasaron los temas de su único disco hasta el momento, Hoy, y todo se vino abajo cuando interpretaron los hits Te olvidaré, Día y noche y Amor prohibido.
Con una gran apuesta por las redes sociales y por YouTube, plataformas que fueron cruciales en su popularidad, era difícil imaginar cómo sería MyA en vivo.
Lo cierto es que el dúo se manejó con soltura y dio un show redondo, plagado de canciones pegadizas y en constante intercambio con el público más joven.
Fiesta a lo grande
Los Caligaris le hicieron honor al nombre de su espectáculo, “La noche más feliz del mundo”. Agustín Cuadrado, trompetista de la banda, le había adelantado a VOS que la idea era trasladar a Villa María lo que hicieron en el Foro Sol de México hace un par de meses, cuando convocaron a más de 60 mil almas.
La banda puso en escena a 30 personas que convirtieron el escenario en un caos alucinante y divertido.
El humorista Nazareno Mottola, que aportó humor a la jornada, se animó a hacer saltos ornamentales con el cantante Martín Pampiglione (no siempre con éxito) y hubo acróbatas que ocuparon todo el escenario.
Como era de esperar, no faltaron los hits como Asado y fernet y Nadie es perfecto, pero también sonaron canciones de su nuevo disco Salva: Todos tenemos problemas, Queda en esta noche y Voy a volver, tema que contó con Natalie Pérez como invitada.
La actriz y cantante se ha ido convirtiendo en una fija en las presentaciones de los cordobeses y da gusto ver el resultado de esa sociedad creativa.
Tras la fiesta desatada por Los Caligaris, se esperaban los shows de Fran Núñez, Mau y Ricky y el cierre a cargo de Sebastián Yatra, el número internacional más esperado de la noche.
Números redondos
La edición de la edición número 53 del Festival de Villa María cerró con un balance más que positivo.
Las cinco noches fueron con entradas agotadas y entre el recorrido peñero de 13 días y las jornadas de festival pasaron por la ciudad más de 550 personas, según números de la información.
Y si bien todas las noches agotaron tickets, la diferencia fue que algunas se agotaron antes que otras. Como en otras ocasiones, el lunes del cuarteto fue la que más rápido vendió todas sus entradas.
Así, Villa María cerró otra edición musical variada de su festival, que reunió en un mismo escenario a los locales Ulises o Damián Córdoba; que despidió a José Luis Perales en su última gira; que se sorprendió con la chilena Mon Laferte y declaró su amor al mejicano Carlos Rivera.