Los que lo conocen a
Malcom Braida
saben que tiene una idea en la cabeza, una meta. Y cuando eso sucede, trabaja incansablemente para conseguirlo.
A sus 23 años, este habilidoso extremo surgido de la cantera de
Instituto
ha tenido que sortear dificultades en su carrera.
Y si hay algo que todos le destacan es su contracción al trabajo, sus ganas de seguir aprendiendo y mejorando. Y, además, que sabe bien lo que quiere.
Por eso, antes de iniciar la cuarentena en su localidad,
Colonia Caroya
, le pidió varios elementos de entrenamiento al club.
“Kako”, su apodo”, se cuida al máximo desde lo físico y también en la alimentación, intentando siempre superarse y achicar el margen de error, en todo.
Así, en silencio y con sacrificio, va preparando el momento en el que le toque volver.
“Estuve en mi casa, con mi familia, tratando de pasar de la mejor manera todo este tiempo. Seguí siempre entrenando con el plan que nos pasa el PF (Ernesto Colman) cada semana. Acá es ‘zona blanca’, se flexibilizó, y puedo salir a hacer la parte aeróbica afuera. Del club me traje varios elementos para entrenar, y mi hermano tenía unas pesas, con eso fui trabajando. Algunos días también hice bicicleta, que me ayudó a respirar un poco y te despeja un montón. La parte mental es clave, estar tanto encerrado no es sencillo, y la bici fue una ayuda”, le cuenta Malcom a Mundo D.
“Kako” es “fanático” del entrenamiento y de los cuidados, por eso no quiere “pasarse de rosca”.
“Uno intenta no perder la rutina, pero tampoco me quiero volver loco. El ‘profe’ hace un laburo bárbaro. Con el peso vengo bien, no he tenido problemas. Uno se pone en la piel de los compañeros que viven en departamentos. ¿Qué hacen? He tenido suerte de estar en mi casa, con mi gente y con espacio para entrenar. Acá, en Colonia Caroya, no tuvimos casos de coronavirus. Cuando volvamos, vamos a necesitar uno o dos meses de una buena pretemporada. Yo hago todo y me cuido muchísimo, pero está claro que este parate tan largo te mata físicamente”, agrega.
¿Qué es lo que más se extraña? “Uno extraña el entrenamiento en grupo, con tus compañeros, compartir el día a día. También el vestuario, las charlas, los mates, la adrenalina previa a un partido. Sabemos que cuando volvamos, no estará la gente en los estadios, pero se extraña ese folklore, la intensidad, esa pasión con que se vive. Hay que esperar, no queda otra. Hay que ser fuertes y resistir esperando que se tomen las mejores decisiones desde el Gobierno y la AFA”.
Braida ya suma 54 partidos en la Gloria desde su debut. Y en 2019 extendió su contrato con el club hasta junio de 2021.
“El momento que más me marcó hasta ahora fue el partido que jugamos contra Defensores de Belgrano (4 a 3, en septiembre de 2018), las cosas me salieron muy bien. Fue un punto importante. Y en cuanto a rendimiento, en el partido con Tigre (3 a 0, por la sexta fecha del actual torneo) me sentí muy bien. Jugamos bien en general, el ambiente de la cancha esa noche fue increíble. Nos sentíamos bien a nivel grupal, yo me sentía con mucha confianza. A lo largo de este tiempo, he crecido mucho, no solo en la maduración, sino también en adaptarme a otros puestos. Hace poco cumplí 23 años y sé que no soy más el pibe de 17 o 18. Siento que fui creciendo y estoy preparando para lo que se viene”, señala.
Justamente, en ese partido ante Defensores de Belgrano su juego explotó, y el cotejo era televisado por TyC Sports, algo que puso su nombre en la escena nacional.
Los comentaristas le vieron movimientos de Neymar. “A uno le da risa, pero fue lindo”, dice.
Malcom ya es seguido por varios equipos de Primera y la empresa que lo maneja (Lucas De Vicente es su representante) trabaja con varios futbolistas que están en Europa. Algo a lo que apunta Braida y para lo que trabaja: jugar en el Viejo Continente.
“Yo tengo la meta de jugar en Europa. Creo que la mayoría anhela jugar allá. Es un sueño que todos tenemos de chico, de jugar en las ligas de elite. Uno sabe que para eso tiene que trabajar mucho. Todavía sigo siendo joven y tengo mucho por delante. Y voy a tratar de aprovechar todo para seguir creciendo, me voy a seguir sacrificando cada día más. Hice mucho esfuerzo desde chico, en inferiores, y fui consiguiendo cosas paso a paso. Eso te motiva para seguir adelante. Mi anhelo sería lograr algo con Instituto. Y en un medio o largo plazo, conocer y tocar el fútbol de elite, llegar a Europa. Voy a esforzarme para eso. Quizá después lo podré lograr o no. Pero que lo voy a intentar, lo voy a intentar”, se sincera, sin vueltas.
Y cierra: “Yo cuando renové, lo hice para intentar dejarle algo al club. Tengo un aprecio por Instituto y si me toca irme en algún momento, voy a intentar ayudar a la institución. Ahora espero recibir la noticia en los próximos días para volver a entrenar, que es lo que todos queremos. Y seguiremos trabajando para crecer”.
Fotos: Gentileza Prensa Instituto / Instagram Malcom Braida