Catastróficos. Así calificó el presidente de la Cámara de Corredores Inmobiliarios de Córdoba (Cacic), Agustín Tea Funes, los resultados que arrojó el índice de ventas que elabora de manera mensual esta entidad.

Los datos a los que tuvo acceso La Voz, correspondientes a marzo, son elocuentes. Las ventas totales de inmuebles se retrajeron 53,6 por ciento con respecto a febrero y 61,8 por ciento en relación al mismo mes del año pasado.

Este desplome estuvo traccionado por el segmento residencial, que bajó 51,3 por ciento en un mes y 62 por ciento en un año.

La comercialización de departamentos fue la que más sufrió, con un descenso interanual del 70,8 por ciento. En los lotes, la reducción fue del 60 por ciento y en casas y dúplex, del 33,3 por ciento.

En el caso de locales comerciales, “durante marzo no se registraron ventas”, precisa el reporte.

El índice de ventas totales se ubicó en 10,2 puntos, el menor valor desde que la Cámara comenzó con estas mediciones, a fines de 2017. El anterior piso había sido enero, con 15,1 puntos.

La base 100 del relevamiento es agosto de 2017: esto significa que de cada 10 inmuebles que se comercializaban en aquel momento, en marzo se vendió sólo uno.

En la lona

“El sector inmobiliario arrastra dos años de actividad económica recesiva, que llevaron a mínimos históricos el nivel de ventas. La propagación del Covid-19 y las medidas de aislamiento social preventivo dispuestas por el Gobierno nacional terminaron de darle el golpe de nocaut”, subraya la Cacic en el primer párrafo de su relevamiento.

En otras palabras, la cuarentena complicó aún más un escenario que ya venía muy deteriorado por la crisis económica, anterior a la aparición de la pandemia global.

La serie estadística muestra que, salvo algunos altibajos puntuales, las ventas no han parado de descender desde mayo de 2018, cuando ocurrió el primer pico devaluatorio de los últimos años.

Hoy, ni siquiera se pueden concretar las pocas operaciones que podría haber en este contexto, admiten desde el sector.

“A la incertidumbre de los clientes de no saber qué va a pasar de ahora en adelante se suma el problema de que no podemos salir a mostrar los inmuebles, no podemos cerrar operaciones porque los escribanos no pueden operar; las firmas digitales todavía no son una opción en la que confíen los operadores y no podemos hacer chequeo de las documentaciones. Es realmente muy complicado”, describió Tea Funes.

Excepcionalidad

De todos modos, consideró que hay que tener cuidado a la hora de usar estos números para evaluar la situación en la que está el sector, ya que en marzo sólo pudieron trabajar 14 días hábiles.

“Esto no es una realidad de mercado, es una situación muy excepcional. Antes ya veníamos complicados, pero estuvimos 10 días sin poder operar en marzo. A abril directamente habría que saltearlo de la estadística, porque va a ser un índice cero. Salvo algún desarrollista que ha podido hacer operaciones con firma digital, en las inmobiliarias no hay movimiento”, remarcó.

Cero ventas. Por las medidas de aislamiento, las inmobiliarias no pueden operar: en marzo sólo trabajaron 14 días hábiles; en abril, nunca. (Pedro Castillo)