Las redes sociales comenzaron a aumentar la presión sobre las entidades representativas del sector comercial, con el objetivo puesto en que los pequeños y medianos negocios puedan reabrir sus puertas a partir del próximo lunes.

La necesidad de volver a tener algún tipo de ingreso agita la expectativa de los propietarios al punto de que cada vez circulan más mensajes instando a la reapertura con las precauciones sanitarias de caso, más allá de que los sectores sean o no habilitados.

La postura es riesgosa y llevó a que tanto la Cámara de Comercio de Córdoba (CCC) como la Federación Comercial (Fedecom) advirtieran que los comerciantes deben seguir a rajatabla las instrucciones emanadas desde el Gobierno nacional y desde el Comité Operacional de Emergencia (COE) de la provincia.

Hay inclusive sectores barriales que promueven para esta semana vertebrar una decisión conjunta sobre la actividad que desplegarían o no en su zona desde el 11.

Ezequiel Cerezo, titular de Fedecom, dijo no desconocer esa presión social. “Con las redes, los mensajes se replican por miles, sobre todo en una situación de aislamiento. Me parece que es una oportunidad para que las autoridades tomen ese mensaje y no haya un descontrol ni una apertura de hecho, sino que se regule para que el efecto no deseado sea el menor posible”, apuntó.

Su par de la CCC, José Viale, recalcó que los comerciantes deben respetar las normas vigentes en la cuarentena, “sin perjuicio de que nosotros como entidad hayamos trasladado todas las inquietudes que nos presentan los comerciantes a fin de liberar distintas actividades”, explicó.

La situación financiera de los negocios chicos no da para más, pese a la ayuda oficial que llegó a cuentagotas. Ayer, por ejemplo, comenzaron a salir las autorizaciones electrónicas de la Afip para acceder al crédito para monotributistas de 150 mil pesos a tasa cero. Pero sorprendió que los bancos descuenten saldos impagos de tarjetas de crédito, lo que está avalado por el Gobierno.

“La asistencia financiera demora por la burocracia propia y por reticencia de los bancos. Esta demora hace que la desesperación sea aun mayor”, explicó Cerezo. “Las obligaciones han superado al comercio, no solo las originadas en costos fijos, sino también las comerciales con los proveedores”, puntualizó el dirigente.

También comentó que las ventas electrónicas no levantan vuelo. “La incidencia en la facturación es muy baja, la gente no sale por el aislamiento entonces tampoco está necesitada de adquirir tantas cosas”, evaluó.

En el caso de Viale, el dirigente dijo conocer versiones que circulan en las redes sobre amagues de aperturas de comercios pero expreso su extrañeza porque ninguno de esos grupos haya planteado un protocolo para que la Cámara lo traslade al COE a fin de impulsar excepciones.

“La entidad no recibió hasta ahora proyectos de protocolos de comerciantes o sectores para proceder a gestionar las autorizaciones que pudieran corresponder, todos los ingresados han sido trasladados”, refirió.

Y volvió sobre el punto: “Estamos en línea con los consejos que brindan los organismos científicos. No avalamos una actitud contraria a la legislación, sin perjuicio de que cada uno es responsable de sus actos”, dijo.

Mientras tanto, en distintos barrios de la Capital y del Gran Córdoba comenzaron a verse negocios que anuncian el cierre definitivo de sus puertas. Marcela, una comerciante de lencería de Unquillo, por ejemplo, expuso esa situación en la vidriera ubicada en el centro de esa ciudad.

La dueña respetó a rajatabla la cuarentena pero prefiere evitar consecuencias mayores ya que tomó un crédito para pagar los costos de abril y mayo. “Marzo fue muy difícil y yo veo que después de esta crisis las clientas no van a tener recursos para comprar este tipo de mercadería”, puntualizó ante la consulta de este diario.

(LaVoz/Archivo).