En medio de la crisis económica mundial, el oro está surgiendo como uno de los activos a salvo del “coronacrash”.

De hecho, es uno de los refugios preferidos de los inversores de casi todo el mundo en contextos de incertidumbre.

“Para los estadounidenses, el oro es un refugio de largo plazo, como es el dólar para los argentinos”, dice Matías Daghero, agente productor y docente de finanzas. Para los locales, también es una forma de dolarizar los ahorros.

Con un valor superior a los 1.700 dólares la onza, está en niveles máximos de los últimos siete años y medio y ganó 10 por ciento en lo que va de 2020.

De todos modos, Rubén Ullúa, analista técnico de mercados, advierte que la volatilidad fue importante en estos meses y que eso puede asustar a un inversor muy conservador. En marzo, el oro también sufrió el derrumbe de las bolsas de todo el mundo, pero desde entonces ha subido.

Reflejo de la crisis

“El oro es demandado por la gran emisión internacional y la incertidumbre”, explica Agustín Capra, asesor de Petrini Valores.

“Además, las políticas monetarias expansivas están volcando mucho dinero y, si eso no se esteriliza tras la pandemia, generará inflación en dólares”, agrega.

En estos momentos, el dólar sigue fortalecido porque no sólo Estados Unidos emite mucho, sino también otros bancos centrales, aunque es probable que esto no continúe mucho tiempo más.

“No ha sido el patrón normal un dólar fortalecido y también un oro fortalecido. El oro muchas veces es la contraparte del dólar”, plantea Ullúa. Una inflación en dólares se vería reflejada en un aumento del precio de los activos reales como las materias primas.

Ullúa, sin embargo, pone un signo de interrogación en la evolución de la cotización: “Probablemente no suba mucho. Hay flujo hacia este activo por la incertidumbre, pero una vez que esto pase, los inversores irán a buscar rendimiento, no refugio”.

Para Capra, el oro sirve para estar posicionado a mediano plazo y proteger el capital. “Va a generar un alto rendimiento si se mantiene incertidumbre o el mercado se desploma. Además de la pandemia y la emisión, está la tensión entre Estados Unidos y China”.

Daghero aporta: “Lo veo como inversión conservadora para resguardo de valor, no para ganar dinero. Para una muy conservadora, no tendría más de 30 por ciento de la cartera. Para un ahorrista argentino tradicional, no superaría el 10 por ciento”.

Cómo comprar

Los analistas coinciden en que no es conveniente adquirir monedas, lingotes o metal “físico”, la forma tradicional en la que la gente piensa al invertir en oro. Esta modalidad requiere almacenamiento, es difícil de fraccionar, no es líquida y tiene un elevado spread (diferencia) entre compra y venta.

En cambio, el mercado ofrece formas de posicionarse a través de activos financieros y con montos relativamente bajos.

“Como toda commodity, cotiza en el mercado spot (contado) o en futuros. Este último tiene mayor volumen”, dice Ullúa.

La forma más sencilla es invertir en fondos que replican la cotización internacional, denominados exchange traded fund (ETF, por sus siglas en inglés) que en el caso del oro tiene la denominación GLD.

“Se puede realizar con el agente de Bolsa local”, sostiene Capra. Además de una cuenta comitente en el país, hay que hacerse de dólares a través del contado con liquidación y así se puede operar.

Los ETF son eficientes porque, al ser de gestión pasiva, tienen bajos costos de administración. Capra advierte que se debe consultar con un asesor financiero porque los ETF de Estados Unidos y de Europa tienen distintas implicancias impositivas a considerar.

Otra forma es comprar acciones de empresas mineras (o fondos que inviertan en estas ellas). Desde Argentina se pueden adquirir los denominados Cedear, acciones extranjeras que cotizan en el país.

“Tienen la ventaja de que se pueden comprar en pesos argentinos (permiten dolarizarse) y no necesitan montos muy grandes para invertir, pero son acciones y tienen la volatilidad propia de una empresa, además del oro”, subraya Daghero.

Agrega que “las dos compañías mineras más importantes tuvieron un aumento enorme en moneda nacional durante este año: Barrick Gold subió 140 por ciento en pesos y Yamana Gold, 125 por ciento”.

Esta última es la canadiense que se asoció con Eduardo Elsztain para explotar una mina en Chubut. El titular de Irsa dijo esta semana que invierte en oro porque “es la única moneda que no puede imprimirse”.

Otra opción es en el mercado de futuros Rofex y se opera totalmente en pesos. Sin embargo, Capra advierte que es una colocación para personas más sofisticadas porque requiere una administración profesional.

Lingotes. Aunque es lo tradicional, no se recomienda invertir en activos físicos de oro. (AP)