Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, la banda de Indio Solari, llevó adelante una movida magistral y que nadie vio venir. 

A dos meses de un show benéfico que tuvo al líder en pantallas, el fin de semana ofreció un doblete en Ciudad Autónoma de Buenos Aires con un categórico paso adelante: interpretó cuatro temas junto a un holograma que replicó la humanidad del excantante de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, aquejado por Párkinson.  

Además, el impacto del recurso se potenció porque Solari nunca había cantado en vivo a las composiciones elegidas. Éstas pertenecen a El Ruiseñor, el amor y la muerte (2018), el disco que publicó meses después del fatídico recital que ofreció en Olavarría (marzo de 2017) y que lo obligó a un repliegue. 

El sábado, el holograma de Indio cantó Pinturas de guerra y La moda no es vanguardia; el domingo, en tanto, se cargó La oscuridad y El callejón de los milagros

Lo concreto es que, sobre todo en el primer día, la ilusión se confundió con la realidad. “En ese momento tenía todo listo para hacer un video… Pero cuando apareció el holograma, el griterío tapó al sonido. La gente entró en un desconcierto hermoso. Los de atrás, con visión más reducida, empezaron a gritar extasiados y no dudaron en ir hacia adelante”, dice Edgardo Kervorkian, fotógrafo personal de Indio Solari y profesional involucrado en la producción de esta opción audiovisual. 

“Yo laburé es en la realización de los videos. En documentar a Indio mientras cantaba en compañía de Gaspar (Benegas, guitarrita), Baltazar (Comotto, guitarrista) y Pablo (Sbaraglia, tecladista), algunos de los músicos de su banda. Me encargué de filmarlo sobre un fondo negro iluminado, en su estudio de grabación (el célebre Luzbola) adaptado a estudio para producción audiovisual”, añade Kevorkian, quien ya superó los 10 años como colaborador del artista independiente de mayor impacto en el entretenimiento argentino.   

De hecho, sus primeras contribuciones al sistema Solari se dieron en abril de 2008, cuando comenzó la gira de presentación de Porco Rex (2007) en Jesús María. 

Antes de aparecer convertido en holograma, Indio cantó desde pantallas. (Gentileza Edgardo Kevorkian)

“Ya teniendo la base del show anterior con Indio pantallas, esto fue dar un paso más para estrenar canciones del disco que él no llegó a presentar. Como la tecnología daba lugar a concretar ese anhelo, se empezó a trabajar en consecuencia”, añadió sobre este atajo innovador.  O sobre una alternativa a esas producciones para 250 mil personas y con el artista presente, que comprometen todas las capacidades de ciudades que están muy lejos de ser una megalópolis.   

Hasta ahora, la ausencia física de Indio –y su consecuente presencia virtual– puso paños fríos a la noción de “misa” y generó circunstancias ideales para programar en venues cerrados o en estadios pequeños como el Malvinas Argentinas. Habría que ver qué pasará de ahora en más con el holograma ya expuesto. 

Por otro lado, no hay tensión conceptual de ningún tipo con el pasado ni margen para la “herejía”, ya que Solari siempre se asumió un artista permeable a los progresos tecnológicos. 

Es más, este agite “virtual” entra en consonancia con la noción de audiogames, que utilizó a fines del siglo pasado con Último bondi a Finisterre (1998), el disco en el que Los Redondos comenzaron un curso decididamente biónico. 

Baltazar Comotto, guitarrista de Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, activando su arsenal. (Gentileza Edgardo Kevorkian)

Además, como antecedente informal están las entrevistas a todos los exmiembros de Los Redondos, en las que estos coinciden en que, si se produjera un acuerdo entre partes irreconciliables (Indio por un lado, Skay y Poli por el otro), la respuesta más razonable a una demanda incalculable sería un show regreso transmitido en streaming

Hay otro detalle de época que abona esta situación hipotética: la interpretación en pantallas gana peso como opción ante lo inevitable (muerte, problema de salud), e iguala a los proyectos más penetrantes culturalmente en la historia del rock argentino. Tal cual, el holograma de Indio ganó el aire casi en simultáneo con la gira de Soda Stereo, que intenta a suplir a Gustavo Cerati con invitados multiplicados en una superficie de 400 metros cuadrados. 

Sigue Kevorkian: “Se contrató a una empresa que se dedica a hacer realidad aumentada. En primera instancia, no tuve contacto directo con ellos, pero luego sí me involucré. Mi laburo puntual fue el de filmarlo y estar encima de su imagen. Explotar nuestro nivel de confianza. El intermediario entre esta empresa y Los Fundamentalistas fue Matías Mera, el mánager de la banda. Como él es director y realizador audiovisual, participó de la relación con esta empresa y en la postproducción. No sé buscó algo hiperrealista… Indio aparece, desaparece, y su figura tiene un efecto que la muestra rota. Se jugó un poco con eso”. 

–¿Te cabe el rol de director?

–No, porque Indio interpreta a su manera. Lo que sí, conmigo se siente cómodo. Le puedo dar una indicación tipo “correte un poco más a la derecha” para una optimización más técnica, pero de ahí a dirigirlo hay una distancia importante. Él quería que esté yo, y así fue. No sé qué me pasaría con otro artista en una situación simular, quizás sí tendría que dirigirlo. Pero al indio lo conozco, él me conoce a mí, lo que hace que laburemos de manera natural y  muy cómoda.   

–¿Podrá cantar más temas el holograma en el futuro?

–Me imagino que sí. Esto fue probar para ver qué pasaba y hubo un buen recibimiento. Jugó el factor sorpresa, pero no se anunció el recurso porque no se está ofreciendo un show “de” holograma sino  un pasaje “con” holograma. De todos modos, no hay un antecedente en el país y afuera está asociado a gente que ya no está. Michael Jackson, 2 Pac, Whitney Houston. En este caso es alguien que está pero por cuestiones de salud no puede pisar un escenario. La gente lo tomó con felicidad.  

–Por ahora los shows los ofrecen Los Fundamentalistas, pero en el futuro podría abrir taquilla el mismo Indio…

–No lo doy por hecho, pero técnicamente se puede. Soda está de gira con la pantalla como protagonista. Esa interacción con la pantalla se da; ya es común que la situación de grabar algo para que sea reproducido en un show posterior. Son tendencias que para un espectador de nuestra generación puede resultar llamativo, pero no para otro de 15 años, que lo ve con más naturalidad.  

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El holograma de Indio fue trabajado a escala natural. (Gentileza Edgardo Kevorkian)