El cordobés Bruno Núñez Romagnoli tiene 27 años recién cumplidos y la ilusión de los que están dispuestos a dejarlo todo “para llegar” en la meca del cine. 

Se define esencialmente como actor y escritor, y desde hace cinco años está instalado en Hollywood. De hecho, el año pasado consiguió participar en una pequeña escena junto a Samuel L. Jackson en una publicidad de la película Shaft, y en dos episodios de Modern Family, una exitosa sitcom de FOX.

Su historia, igualmente, todavía está lejos de los grandes reflectores y muestra más lo dura y cruel que puede ser la vida para quien quiera hacer carrera en esa industria.  

Oriundo de Villa María, estudió cine en San Telmo y actuación con Lito Cruz, y a principios de 2015 se fue a vivir a Los Ángeles. Allá estudió actuación, y tras un año consiguió la extensión de su visa de estudiante a visa de trabajo, y actualmente tiene una como artista. 

Por su aspecto, dice que siempre lo llamaron para personajes italianos o árabes. “Mi apellido paterno es Núñez, pero yo uso artísticamente Romagnoli que es el de mi vieja. Allá pega más, porque hay demasiados latinos y el apellido Núñez ya es repetitivo, entonces aposté por el otro”. 

Es que alguien que llega a una megaurbe como Los Ángeles sin contactos, para hacer pie en una industria feroz tiene que inventarse desde cero apelando a todo. De hecho, Bruno ya hablaba inglés pero estudió durante dos años “para neutralizar el acento y sonar americano”. 

“Enviar”

El sitio IMDB es la base de datos más grande y actualizada del mundo del cine a nivel mundial. Ahí Bruno descubrió que en su variante paga (IMDB Pro) en ciertos lugares aparecen los mails personales de muchas personas influyentes en la industria. “No aparecen actores, pero sí agentes y mánagers. Y pocos lo saben a eso. Como yo tenía hechos varios cortometrajes y reels (videos en los que resume su trabajo) que traía de Argentina, debo haber mandado unos 450 mails presentándome. De esos me respondieron 30, y de ahí unos 10 encajaban con lo que yo buscaba. Me reuní con esos y conseguí un mánager bien groso, llamado Dino May”. Esto fue a finales de 2016. 

A principios del año pasado, May le consiguió la otra pata que necesita un actor para trabajar: una agencia. Mientras el mánager se encarga de construir la carrera y la imagen del actor, el agente se preocupa de que facture. 

“Entré a Brogan Agency, y ellos me mandaron a todos lados. Conseguí el papel con Samuel Jackson, estuve cerca de ser el nuevo Power Ranger rojo, y me consiguieron un personaje pequeño en uno de los nuevos capítulos de Modern Family. Soy el novio de la hermana de Sofía Vergara, y aparezco en dos escenas, pero mi mánager ya me dijo que no me entusiasme porque generalmente eliminan un montón de escenas en esa serie. Gracias a mi agencia me conocen todos los directores de casting y me llaman ya continuamente”, dice entusiasmado. 

Además, firmó contrato con una empresa que se llama Streetlight Films con los que hizo una película el año pasado llamada Safe House. “Ahí soy más protagónico: mi personaje les vende información a unos narcotraficantes, para que maten a una chica que tiene una recompensa. Y con ellos tengo contrato para tres proyectos que vienen este año. Uno se llama Cat & Mouse, es una serie basada en una historia real de un traficante de droga muy conocido en Estados Unidos llamado James Bonfiglio; otra serie es para 2021 que es una fusión entre Tom Radier y un western, y la última es una película de terror que se llama Devil´s Canyon, que soy el protagónico completo”. 

Recién ahora este sueño empieza a tomar forma, pero hubo momentos muy duros en los que pensó en abandonar todo. “No podía ni trabajar, porque si me agarraban me quitaban la visa y no vuelvo a entrar al país por 10 años. Muchos amigos míos zafaron, pero conozco otros que los vetaron”, relata. 

El 80 por ciento de los que quieren ser actores trabajan en otra cosa. “Tengo amigos que trabajan en Uber, otros en restaurantes y les queda poco tiempo para dedicarse a lo que realmente quieren que es la actuación”. 

Por eso al principio su sustento eran sus padres, pero ahora se mantiene por su cuenta. 

“Los Angeles es un lugar muy competitivo, no sólo en el cine sino en la música, y es muy solitaria la vida. En Hollywood ves un montón de gente con sueños destruidos a más no poder. Es muy difícil hacer amigos. Los pocos que tenía los fui perdiendo porque no tenían visas. Yo tuve mucha fortuna en conseguir la mía. Y si no tenés mánager y agente, es difícil que te insertes. Pero para eso tenés que tener fotos con ciertos estándares de calidad, tu reel, o sea, al menos cuatro escenas tuyas actuadas y bien filmadas, entre otras cosas”. 

La publicidad, el salvavidas

En ese contexto, las publicidades son un oasis. “Los comerciales pagan demasiado allá”, se sincera Bruno. Las películas rinden cuando sos un actor de renombre, pero una publicidad te salva. “Si quedás en un comercial que esté dentro de S.A.G, el gremio de los actores, para una empresa grande, podés llegar a cobrar hasta 35 mil dólares en un día de trabajo. Con esa plata yo salvo el año completo. Imaginate con renta y auto pago 1.500 dólares al mes. Yo he hecho comerciales de hasta 18 mil dólares”. 

Él ultimo que hizo fue para Volkswagen en Ciudad de México, y le pagaron 2.500 dólares por un día de trabajo, más el viaje y los viáticos. “No tenía ni líneas, sólo tenía que manejar un auto”. Entre otros, Bruno hizo comerciales para empresas como Subway y Honda. 

En Estados Unidos un actor cobra en relación al presupuesto de la película. Hasta 250 mil dólares es “ultra bajo presupuesto”, y el mínimo que se le tiene que pagar al actor por día son 125 dólares. “Compará eso con el comercial”, grafica Bruno. 

Una película con presupuesto de un millón de dólares, pagan como mínimo 550 dólares al día, y una de alto presupuesto (de 10 millones para arriba) se le paga a un personaje secundario un mínimo de 65 mil dólares por toda la película. 

“A los pibes de Stranger Things, por ejemplo, en la temporada 1 no los conocía nadie y cobraron por episodio 15 mil dólares. Eso representa dos semanas de rodaje. Cuando hicieron un nombre, pasaron a cobrar 300 mil dólares por cada episodio rodado”.  La cuenta se hace por sí sola. 

En los videítos de La Mona Jiménez

Bruno volvió a Argentina por unos meses en diciembre del año pasado. Y por contactos, consiguió dirigir algunos videos publicitarios que protagonizó Carlos “la Mona” Jiménez. Hizo uno para una empresa de plantillas, escribiendo el guión y hasta actuando junto al mandamás. “El primero que subimos fue uno de los más vistos en su instagram, el de la caja misteriosa. Jiménez es lo más grande que hay, un divino”.

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