Alfredo Cornejo, el presidente del Comité Nacional de la UCR, participa este viernes a la tarde en el encuentro que el Comité Provincia, presidido por Ramón Mestre, organizó en Villa Giardino, un espacio al que dirigentes opositores no concurrirán con la intención de deslegitimarlo como espacio de debate.
La pretensión inicial de tomar en Giardino la foto de la unidad radical no será posible: Mario Negri viajó a Mendoza y sus principales delegados anticiparon que no irán. Tampoco serían de la partida los dirigentes Juan Jure y Rodrigo de Loredo, quienes juntos a otros referentes conformaron el jueves un espacio que procura diferenciarse de Mestre y Negri, con el objetivo final de quedarse con un porción que le permita sentarse en una mesa de negociación con suficiente poder de fuego.
Con ironía, Ramón Mestre dice en referencia a las críticas que recibió el tradicional encuentro de Villa Giardino: “Quizá yo no supe explicar qué es Giardino, nadie debería desconocer que es un ámbito de debate, y eso es lo más importante. Es un seminario, no saldrá de ahí un cronograma electoral. Ojalá que dejemos de lado las prácticas que profundizan las diferencias: acá no hay grieta, hay diferencias. Con Mario (Negri) hemos hecho el mea culpa y queremos comenzar a construir un consenso”.
En ese contexto de crispación radical llega Cornejo a Córdoba.
–¿Qué puede aportar el encuentro en Villa Giardino? –le preguntó La Voz al presidente nacional de la UCR.
–Toda reunión de radicales ayuda a construir un proyecto colectivo, por lo que es saludable que se sostenga un encuentro tradicional del radicalismo de Córdoba. Obviamente no me gusta que algún sector no vaya. La construcción de una alternancia en Argentina y particularmente en Córdoba requiere un Cambiemos unido, y la unidad de Cambiemos es indispensable la unidad del radicalismo. Este es un proyecto colectivo, con reglas e institucionalidad. A quienes no van a Villa Giardino, luego los convocaremos, insistiremos.
–¿Cuál debe ser el proceso interno?
–El mecanismo lo debe elegir el radicalismo de Córdoba; pero todo dentro del partido, nada fuera del partido. Que gane el que tenga más representatividad, pero no podemos replicar la situación de mayo. La unidad es imprescindible, porque la unidad del radicalismo de Córdoba es indispensable para el partido a nivel nacional.
–¿Qué autocrítica debe hacer el radicalismo de su rol en el proceso electoral de 2019?
–A nivel Córdoba, es evidente que respecto de la división deben hacer una autocrítica las dos partes. La división hizo que perdiéramos Córdoba Ciudad, es decir la ciudad más importante de Argentina. Haber perdido la ciudad de Córdoba nos avergüenza como radicales. Y esa elección se perdió por ir en dos listas separadas. Eso se hubiese resuelto en el marco de una elección interna que no se hizo. Los atenuantes, como que no había Paso, son meros atenuantes. Se debe revisar, pero no debemos seguir metiendo el dedo en la yaga.
–¿Y a nivel nacional?
–Debimos haber sido mucho más protagónicos en el Gobierno de Macri. Nos comportamos en el marco de Cambiemos, pero podríamos haber torcido alguno de los errores políticos que se cometieron. Se le pide mucha autocrítica a los radicales, pero no a los peronistas: el peronismo creó la Triple A, el peronismo privatizó y estatizó el sistema previsional, privatizó y estatizó YPF, todo con enormes costos; el peronismo se da vuelta como una media y nunca rinden cuentas, hacen salvajadas que en un país serio no se las permitirían. El radicalismo tiene que abandonar las culpas y las autocríticas permanentes. El peronismo deja más pobre en los territorios que gobierna, deja más pauperización en el conurbano bonaerense, gobierna desde 1983 seis provincias y ninguna progresó social ni económicamente. Las autocríticas del radicalismo son irrelevantes en comparación con las salvajadas del peronismo.