Alemania no sale de su estado de conmoción tras el peor ataque xenófobo de las últimas décadas.

“El racismo es veneno. El odio es un veneno que existe en nuestra sociedad y que es culpable de muchos crímenes”, exclamó la canciller Angela Merkel, horas después de que un alemán de 43 años, que proponía por internet el “exterminio completo” de muchas “culturas y razas”, asesinó a 11 personas de ascendencia extranjera en un bar y en otros sitios cerca de Fráncfort, antes de ser hallado muerto en su casa junto al cuerpo su madre, en un aparente suicidio y asesinato.

“Hay muchos indicios de que las acciones del agresor tuvieron motivaciones de extrema derecha y racistas. Que actuó por odio a personas de otros orígenes, de otras religiones o de apariencia diferente”, agregó la dirigente.

La matanza llega en medio de crecientes temores a la violencia de extrema derecha, en una nación aún atormentada por su pasado nazi, y de esfuerzos cada vez más importantes por reprimirla, como la detención de la semana pasada de unas 10 personas sospechadas de planear ataques contra políticos e integrantes de minorías.

El hombre, identificado como Tobias Rathjen, inició su ataque en el centro de la localidad de Hanau, donde mató a varias personas al disparar contra un bar de pipas de agua y un café cercano, y luego se trasladó 2,5 kilómetros y abrió fuego contra un auto y una tienda deportiva, provocando más víctimas.

El fiscal general alemán, Peter Frank, dijo, tras allanar la casa donde se encontró el cuerpo del sospechoso, que la evidencia hallada –que incluye un video y un manifiesto de 24 páginas subidos por Rathjen a internet– “muestra una actitud profundamente racista”.

En el texto, que fue retirado de internet, Rathjen dice que se acercó varias veces a las autoridades para denunciar sus teorías conspirativas. No tenía antecedentes penales ni había estado en el radar de los organismos de inteligencia internos de Alemania, según la Policía.

Compró el arma homicida por internet en 2014 y renovó su permiso para portarla el año pasado. Se trata del mismo tipo de pistola que compró en internet el joven germano-iraní que mató en 2016 a nueve personas en Múnich.

Manifiesto

En su manifiesto, Rathjen dice que nunca estuvo con una mujer y atribuye ello a haber sido “vigilado” por servicios secretos no identificados. También defiende el genocidio.

“Hoy tenemos grupos étnicos, razas y culturas en medio de nosotros que son destructivas en todo sentido”, escribe, y agrega que contemplaba primero una “limpieza gruesa” y luego una “limpieza fina” que podría reducir a la mitad la población mundial.

“Los siguientes pueblos deben ser exterminados por completo: Marruecos, Argelia, Túnez, Libia, Egipto, Siria, Jordania, Líbano, todo la península Arábiga, Turquía, Irak, Irán, Kazajistán, Turkmenistán, Uzbekistán, India, Pakistán, Afganistán, Bangladesh, Vietnam, Laos, Camboya y Filipinas”, afirma.

David Begrich, sociólogo experto en ultraderecha, explica que esas especulaciones están muy extendidas en entornos extremistas. “Las teorías conspirativas están muy presentes en internet, no sólo es el racismo”, indica.

Las personas de origen turco son la primera minoría en Alemania, y la embajada de ese país dijo que cinco de los muertos en el ataque eran ciudadanos turcos.

Una asociación de kurdos alemana dijo en un comunicado que entre los muertos había varios kurdos, que son la primera minoría de Turquía.

Entre los muertos hubo también un bosnio y un búlgaro.

Según adelantó el fiscal Frank, “la meta de la investigación es determinar si hubo o hay personas que sabían de los ataques o que los apoyaron”, y agregó que se investigan los contactos del atacante dentro y fuera de Alemania.

El ataque fue condenado por varias organizaciones alemanas, como el Consejo Central de Musulmanes, la Confederación de Asociaciones Kurdas de Alemania y el Consejo Central de los Judíos.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, condenó el “espantoso ataque” y pidió que se esclareciera.

Extremismo

Según consigna el diario El País, de España, Hanau no es una localidad en la que las fuerzas extremistas tengan especial fuerza. En las últimas elecciones generales, en 2017, el partido más votado fue el conservador, seguido del socialdemócrata, y Alternativa para Alemania (AfD) obtuvo el 14% de los votos, muy por debajo de las cifras que la ultraderecha logra en el este del país.

Buena parte de la clase política alemana acusa a AfD de incitar al odio con un discurso antiinmigración, de rechazo a los extranjeros. Numerosos políticos locales se encuentran amenazados por grupos neonazis y de ultraderecha. Las fuerzas políticas alemanas defienden, además, el mantenimiento del cordón sanitario por el que evitan cooperar con la ultraderecha.

Ayer, tras conocerse el atentado de Hanau, la presidenta de la Unión Cristiana Demócrata (CDU), Annegret Kramp-Karrenbauer, consideró que “en días como hoy (por ayer) se puede ver lo importante que es mantener un cortafuegos” contra AfD, que, en su opinión, “tolera a los extremistas de derecha”.

Terrorismo de fanáticos: Alerta por el aumento

Desde 2012, la cifra de individuos peligrosos trepó.

Según consigna el sitio de Deutsche Welle en español, la Oficina Federal de Investigación Criminal (BKA, por sus siglas en alemán) afirma que actualmente hay alrededor de 60 personas cuya ideología de ultraderecha podría derivar en serios actos violentos, e incluso en ataques, y que desde 2012 la cifra de individuos peligrosos se ha quintuplicado.

Un reporte de la Oficina federal para la Protección de la Constitución –una agencia gubernamental de inteligencia– sostiene que hasta 12.700 personas tendrían una “orientación hacia la violencia”. Se trata de individuos que se desempeñan en entornos digitales, en los que se esparcen sus mensajes y se radicalizan. Desde febrero de 2018, se han presentado unas mil denuncias, principalmente en el espectro derechista, informaron autoridades de Alemania.

Dolor. Tras la masacre, en varias ciudades alemanas se realizaron vigilias en homenaje a las víctimas. (AP)