El comercio, la actividad que genera el 18,4 por ciento de la riqueza provincial (producto bruto geográfico) y emplea a, por lo menos, 180 mil personas, está sufriendo un “mazazo” por la crisis que detonó por el coronavirus.

Hasta dónde llegará y cuál será su costo final es algo que las entidades del sector no pueden predecir, pero entre el bombardeo de llamados sus asociados hablan de una situación “catastrófica”.

Ese panorama trazan los titulares de la Cámara de Comercio de Córdoba (CCC), José Viale, y de la Federación Comercial de Córdoba (Fedecom), Ezequiel Cerezo.

Mientras los dirigentes ponen su energía en gestionar auxilios urgentes ante los gobiernos, los datos que comienzan a relevar son contundentes.

Esta semana, ganó escala la ola de “cierres preventivos”. Sólo en la zona céntrica (peatonal y alrededores), un sondeo de la CCC detectó que, mientras el lunes sólo dos comercios no abrieron, entre el martes y ayer ese número osciló de 175 a 200.

A eso hay que sumar un panorama no cuantificado en otros corredores. Según las cámaras, la Capital reúne 40 mil comercios minoristas y el interior, otros 60 mil.

Desde mañana viernes, al universo de persianas bajas hay que sumar a los shoppings, cuyo cierre desde las cero y hasta el miércoles 25 dispuso la Provincia ayer (farmacias y supermercados exceptuados).

Sólo los siete mayores (Nuevocentro, Patio Olmos, Córdoba Shopping, Paseo del Jockey, Dinosaurio Rodríguez del Busto y los paseos Lugones y Rivera) albergan al menos 1.020 negocios, según un relevamiento de La Voz en 2019.

Los complejos ya trabajaban en horario acotado y con parte de sus comercios cerrados.

El objetivo de la medida oficial es minimizar la circulación durante el fin de semana largo. Desde la CCC informaron que ya el martes los comercios céntricos habían dispuesto no abrir durante el feriado doble.

Cerezo precisó que en el interior la ola de cierres preventivos también es fuerte, aunque varía según las localidades y se cruza con las diversas restricciones de los municipios. Días atrás, intendentes del Gran Córdoba dispusieron limitar al 50 por ciento el uso de capacidad instalada de bares y de restaurantes, con un tope de 100 personas.

Sin clientes

Hay tres factores que están incidiendo: las medidas de aislamiento preventivo opcionales o dispuestas por ley; las dificultades de contar con todo el personal, y el desplome acelerado de la demanda.

Los primeros rubros que sintieron el golpe fueron los que venden productos considerados “no esenciales”: indumentaria, calzado, joyería, jugueterías, etcétera, que ya venían castigados por la crisis de consumo.

“El comercio cordobés lleva 25 meses seguidos de caída interanual de ventas. La baja había comenzado a recortarse en los dos últimos, pero con esto todo cambió”, lamentó José Viale.

Cerezo coincidió: “Constituimos una mesa de emergencia a nivel nacional, en el ámbito de la Came (Cámara Argentina de la Pequeña y Mediana Empresa), y estamos acercando pedidos de auxilio a las autoridades. Las demanda de los asociados son múltiples y dinámicas”.

Entre los pedidos, figuran declarar la emergencia de los sectores más afectados y, bajo ese paraguas, diferir impuestos, habilitar créditos blandos y ampliar plazos de pago.

También que las licencias laborales obligatorias para grupos de riesgo puedan ser cubiertas por las ART o, como segunda opción, por la Anses.

A la vez, se solicitó a la Nación que regulara el teletrabajo (home office) para ganar certidumbre.

Recesión: Sobre llovido…

Hace dos años que las ventas están en terreno negativo.

25 meses consecutivos de caída interanual en las ventas es el impacto que arrastra la recesión en comercios de la ciudad de Córdoba.

30% del total de pymes en Córdoba se dedican a la actividad comercial. A la vez, en el rubro, la mayoría de las firmas son de esa categoría.

Preocupación por el costo de las licencias

Según los últimos datos disponibles de la Encuesta Permanente de Hogares (al tercer trimestre de 2019), en el Gran Córdoba y en el Gran Río Cuarto son casi 140 mil los cordobeses que trabajan en “actividades de comercio mayorista y minorista, y en reparación de autos y de motos”. El 27 por ciento de ellos lo hacen en condición de informalidad.

Por su parte, el cálculo de Fedecom es que el comercio pyme emplea a unos 60 mil dependientes formales en toda la provincia, cifra que debe multiplicarse al menos por tres (180 mil) si se considera la estructura más utilizada y se suma al propietario del local o a un familiar directo que también trabaja.

El empleo es una variable central en la actividad y, como tal, también una preocupación acuciante en el actual contexto de crisis económica y pandemia por el coronavirus.

Desde la Cámara de Comercio de Córdoba, informaron que 9,7 por ciento del total de empleados del sector en esta ciudad tienen 60 años o más y, por tanto, es blanco de la licencia preventiva de 14 días dispuesta para los grupos de riesgo.

Un piso al que se suman embarazadas, personas con enfermedades de base y empleados que tienen que cuidar a niños en edad escolar.

En el sector celebran la pertinencia de las medidas y aseguran que, incluso, muchos locales están tomando recaudos extras para proteger a su personal, pero admiten que cunde la preocupación por el costo que tendrán y la dificultad que habrá para cubrirlo.

De allí que las entidades sectoriales planteen a las autoridades nacionales propuestas como que las ART o la Anses puedan asumir esos costos, total o parcialmente. Otra idea es la entrega de auxilios económicos a los centros comerciales para que estos puedan atender casos urgentes.

Por su parte, la Cámara Argentina de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (MPM) pidió que la Nación declarara la “emergencia” para ese sector.

Casi vacía. Una postal de ayer de la Peatonal, con poca gente y muchos locales que no abrieron. (Facundo Luque)
Grupos de riesgo. Los mayores de 60 años están alcanzados por la licencia que decidió el Gobierno nacional. (Facundo Luque)