En el mar de incertidumbre que rodea a la Caja de Jubilaciones de Córdoba, hay una certeza: la situación es más complicada que lo que admiten en el Centro Cívico. Más temprano que tarde, el gobernador Juan Schiaretti deberá tomar decisiones para tratar de achicar el déficit de ese recipiente sin fondo que parece ser el organismo previsional cordobés.

El primer desembolso de 478 millones de pesos de la nueva gestión de Alberto Fernández fue una gota en el desierto, más que una solución

El gobernador ha dicho que la Administración Nacional de Seguridad Social (Anses) reconoció la deuda (más de 2.600 millones, luego del último pago) que tiene con Córdoba.

Más de la mitad de esa acreencia fue dejada por la anterior gestión macrista. Pero la gran preocupación de Schiaretti no pasa por la deuda. La cuestión es cómo seguirá el financiamiento del rojo de la Caja entre la Provincia y la Nación.

Córdoba había logrado del macrismo el reconocimiento de que el Gobierno nacional debía hacerse cargo del 66 por ciento del déficit de la Caja.

Con la llegada de Alberto Fernández al poder, este acuerdo podría tener un cambio drástico. La nueva cúpula de la Anses cree que no podrá aportar ni la mitad de los 16 mil millones de pesos que pretende el Gobierno provincial.

El déficit de la Caja desafía cualquier pronóstico. En 2019, el rojo fue de 17.772 millones de pesos. Las estimaciones para este año hablaban de unos 22 mil millones. Esa cifra quedaría alejada de la realidad.

Ninguna fuente oficial provincial lo admitirá, pero en la Casa Rosada manejan números extraoficiales que indicarían que el déficit superará largamente los 25 mil millones de pesos.

La política

Como siempre ocurrió en la pulseada con la Nación por los fondos previsionales, se mezcla la política con los fríos números.

Schiaretti fue el gobernador opositor más cercano a Macri y se mantuvo prescindente en la pasada campaña presidencial

Para Alberto Fernández, esa decisión política favoreció al entonces presidente, que terminó perdiendo las elecciones.

Este es el trasfondo de la distante relación institucional entre el Presidente y el gobernador.

Córdoba es una de las 13 provincias que no ha transferido su sistema previsional a la Nación. No es la única que tiene un déficit galopante. Hay provincias como Entre Ríos y Santa Fe que están más complicadas.

Este es un argumento que tiene Schiaretti para sentarse a negociar con la Rosada. Aunque por ahora no tuvo oportunidad de estar cara a cara con el Presidente, como sí lo hicieron el santafesino Omar Perotti y el entrerriano Gustavo Bordet.

Se sabe: Schiaretti es hermético en el ejercicio del poder. Ese silencio se agudiza cuando siente que tiene un problema y la solución depende de terceros, como es caso de la Nación, por el tema de la Caja.

El mandatario provincial sigue con atención el tema y desde hace tiempo guarda en un cajón varias medidas que tiene a mano para achicar el déficit. Ninguna de ellas es neutra. Generarían un fuerte rechazo y costos políticos.

El diferimiento por seis meses para los jubilados de los aumentos que reciben los activos fue una medida que le sirvió a José Manuel de la Sota para patear para adelante el problema. Hoy tendría escaso impacto si la inflación sigue en baja.

La medida más impopular sería armonizar el sistema de Córdoba con el nacional, pero los beneficios serían a largo plazo. El problema es cubrir el rojo cada 30 días.

Algún legislador oficialista consultó por una propuesta –de un paquete de medidas– que impulsó el legislador opositor Aurelio García Elorrio: suspender por tres años nuevas jubilaciones.

“Es impracticable”, razonó un funcionario provincial. “Aunque algo hay que hacer”, coinciden por lo bajo los oficialistas. Pero a la lapicera la tiene Schiaretti. El gobernador esperará hasta abril para tomar decisiones.

 
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Caja. Schiaretti, preocupado, analiza distintas alternativas. (Facundo Luque)

 

 
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