Un día después de ser absuelto en el Senado, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, habló este jueves en “una celebración” que organizó en la Casa Blanca frente a gobierno, sus aliados más cercanos y las personas que fueron clave en su defensa en el juicio político, un proceso al que calificó como “una desgracia” y “una caza de brujas” impulsada por “policías corruptos, filtraciones y mentirosos”.
“Fue una caza de brujas”, dijo Trump.
“Fue una caza de brujas que empezó el día en que bajamos de la escalera mecánica con la futura primera dama y anunciamos mi candidatura”, hace tres años, aseguró el mandatario y agregó en un discurso televisado: “Primero fue con Rusia, Rusia, Rusia y fue todo mentira. Después fueron con la investigación de Mueller.”
“Eso (las acusaciones) debería haber tomado un día pero tomó años, pero al final fue una de las grandes victorias de todos los tiempos”, continuó, en referencia a la investigación legislativa que impulsó la oposición sobre la presunta interferencia rusa en las elecciones en 2016 y su vínculo con la campaña de Trump.
El presidente estuvo relajado, triunfante, improvisó todo el tiempo y atacó sin sutilezas al Partido Demócrata.
A diferencia de su discurso del Estado de la Unión del martes pasado, en el que se mostró moderado y no se salió del guión, el presidente estuvo relajado, triunfante, improvisó todo el tiempo y atacó sin sutilezas al Partido Demócrata y a sus principales líderes en el Congreso.
“Fue una desgracia…fue malvado, corrupto. Fue políticas corruptos, filtraciones y mentirosos. Esto no debería pasarle de nuevo a otro presidente, nunca. Todos lo superamos juntos”, celebró el mandatario antes de calificar a todos los que lo escuchaban como “guerreros” en un discurso por momentos inconexo y que pareció más una charla unilateral con amigos.
Pese al tono triunfante, Trump advirtió varias veces que los demócratas “van a buscar otra cosa”.
“Estoy seguro que van a buscar otra cosa, irán por Nueva York, cualquier otra cosa…porque odian a Estados Unidos y quieren destruirlo”, aseguró en referencia a los reclamos de una corte de esa ciudad para que entregue su declaración jurada y toda la documentación tributaria de sus empresas.
Calificó a los demócratas como “pésimos políticos y personas horribles” porque tienen “políticas pésimas” como “fronteras abiertas, ciudades santuarios (para evitar algunas deportaciones de inmigrantes sin papeles) y subir los impuestos a todos”.
Y agregó que el Partido Republicano llega más fuerte a las elecciones generales de noviembre próximo que el Partido Demócrata.
No habló solo de la oposición en general, sino que dio nombres: Adam Schiff, presidente de la comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes, y Nancy Pelosi, la presidenta de esa cámara.
También atacó personalmente al único senador republicano que votó a favor de su destitución por el cargo de abuso de poder, el ex gobernador de Massachusetts Mitt Romney.
“Fue un juicio partidista, el único voto que perdimos fue de un tipo que no puede aceptar que hizo la peor campaña presidencial de la historia”, aseguró en referencia a la candidatura de Romney contra la reelección de Barack Obama en 2012.
Horas antes, Trump se había encontrado con Pelosi y gran parte de la dirigencia política de Washington en una de las citas anuales obligadas para ambos partidos, el Desayuno Nacional de Oración.
Con la líder demócrata a solo unos metros de distancia, el presidente la acusó a ella y a sus colegas de haber “hecho todo lo posible” destruir su gobierno.
“Con ello han hecho mucho daño a nuestra nación. Saben que lo que están haciendo está mal, pero se ponen a sí mismos por delante de nuestro gran país”, agregó, citado por CNN.
Pelosi no hizo del Desayuno Nacional de Oración un escenario de discusión. En cambio, dio una conferencia de prensa para responderle al mandatario.
“Está imputado políticamente para siempre, no importa lo que diga o los titulares que muestre. Está imputado para siempre. Nunca se va a sacar esa cicatriz y la historia siempre le recordará que fue imputado por socavar la seguridad de nuestro país”, aseguró la líder demócrata, citada por Efe.
También criticó con dureza su discurso del Estado de la Unión de esta semana.
“Usó el Congreso de Estados Unidos como escenario de un reality show (…) Estaba en un estado mental que no tenía contacto alguno con la realidad”, sentenció Pelosi y calificó el discurso como “un manifiesto de mentiras”.