El diputado nacional y presidente de la UCR, Alfredo Cornejo, quien jamás se expresó públicamente respecto de la legalización del aborto, presentó un proyecto de ley para que se convoque a una consulta popular vinculante que pregunta, por sí o por no, si se está a favor de la interrupción legal del embarazo.

Fundamentó que “la consulta tiene que encontrarse dotada de una imparcialidad tal que deje en aquel electorado la responsabilidad y atribución de expresarse conforme sus convicciones”,

Consultado por La Voz, Cornejo agregó: “La consulta popular vinculante es el camino más sensato para resolver este debate que genera una gran grieta. Tenemos un proyecto antecedente de la legalización que ya fracasó.  Países altamente católicos como Irlanda subsanar el debate con una herramienta similar: en Irlanda, la consulta popular primero salió negativa al aborto legal, y 10 años después salió positiva. 

–¿No se ata la conciencia de legisladores? 

–Las votaciones tienen un sentido público, no de conciencia. Acá no puede haber criterios religiosos o de conciencia en sí. Son asuntos del devenir colectivo de la sociedad. En una democracia mecanismos semi directos son útiles para saldar una grieta como ésta. Como estamos, si fracasa o se aprueba un proyecto de aborto legal, habrá otro proyecto en un sentido contrario al que gane en el Congreso; un círculo que no terminaría nunca de cerrarse. Una consulta popular cerraría el debate por el aborto al menos por un período prolongado, como ocurrió en Irlanda. 

Cornejo está en Córdoba para participar, este viernes, del encuentro de dirigentes radicales en Villa Giardino. Como presidente de la UCR, consideró “indispensable” la unidad del radicalismo cordobés y la permanencia de su partido en el frente Cambiemos como estrategia nacional. 

 –¿Cuál cree debería ser el rol de Mauricio Macri en el actual contexto de Cambiemos? 

–No nos sobra nada, menos un expresidente. Sí creo que la construcción en este nuevo rol es de mayor horizontalidad, y eso requiere de mayor tolerancia y consenso. Hemos mantenido la unidad, que es imprescindible para que haya alternancia. La estrategia del Gobierno de Alberto Fernández es la misma que la utilizada por el kirchnerismo en la década pasada: látigo y billetera para doblegar a los gobernadores.

–¿Lo dice por Juan Schiaretti?

–No me parece acertado que Schiaretti y el peronismo de Córdoba, que ha sido diferente al kirchnerismo, se integre ahora. Los gobernadores están rindiéndose al poder del kirchnerismo. 

–Este jueves la Nación envió fondos para la Caja de Jubilaciones de Córdoba luego de que los congresales del PJ se reintegraran al peronismo a nivel nacional. ¿Usted ve un vínculo directo?

–Da la impresión que esa va a ser la estrategia con gobernadores peronistas que tienen autonomía del kirchnerismo, como Schiaretti; y eso quieren hacer con los gobernadores radicales o con Horacio Rodríguez Larreta. 

–Se da la situación inédita que el peronismo tenga una oposición organizada desde el primer día de gestión…

–Comparto esa observación. El peronismo accedió al gobierno siempre en condiciones distintas a las que accedió esta vez Alberto Fernández. En primer lugar, con la necesidad de tener equilibrio fiscal: en otras instancias, el peronismo metía mano a alguna de las cajas del Estado, en YPF, en el sistema previsional. Además, el peronismo accedió al poder con la oposición dividida. En este caso, hemos mantenido esta unidad y eso es un valor en sí mismo. Estamos prestos para hacer una buena oposición, exigir un buen gobierno y ser una alternancia. Eso es una presión para el actual gobierno. Nuestro desafío es mantener la unidad y coordinar la política de oposición. 

–¿Tendrán otras fugas, además de Ricardo Alfonsín?

–No lo veo como una fuga. Él tiene una perspectiva equivocada, benévola con el peronismo, que no es la que tenía su padre: el peronismo fue un gran fragotador del Gobierno de Alfonsín. Además, asimila al peronismo con el progresismo, cuando el peronismo dio sobradas muestras de no tener un programa progresista. El peronismo se acomoda a las circunstancias. Si los derechos humanos son una bandera, se viste de derechos humanos. Pero había que ser corajudo para plantearse ante los militares al principio de la democracia como hizo Raúl Alfonsín. El progreso social depende, por ejemplo, de tener un Estado inteligente que brinda igualdad de oportunidades ante la educación y la salud, mientras que el peronismo destruyó la educación pública y la salud en su bastión electoral que es el conurbano bonaerense. Buena parte del sistema productivo del país trabaja para financiar un estado de bienestar bobo, que paga planes sin sentido. 

–¿Cuál es su balance de los primeros 100 días de gestión de Alberto Fernández?

–Interpelo a los argentinos a evaluar al Gobierno por los hechos, no por las palabras. Las palabras son grandilocuentes, pero vacías. Solidaridad social equivale a meterle la mano en el bolsillo a los jubilados, achatando la pirámide salarial y empujándolos a la mínima. Solidaridad social es meterle retenciones al agro e impuestos de bienes personales a quien tenga sólo 30 mil dólares de bienes, algo que no ocurría el año pasado. Más impuestos para los sectores medios; no es el relato forzado de solidaridad, sino que el sector productivo paga cada  vez más por un estado de bienestar cada vez más bobo. Fernández está haciendo un ajuste por doble vía: más impuestos y menos gasto. Pienso que debemos tener equilibrio fiscal, porque el déficit genera deuda. Debemos crecer para generar inversión, y este ajuste va en contra de la inversión. El peor balance es el proceso de impunidad en los hechos de corrupción, con jueces cediendo a la presión.

–¿Usted cree que ese es el fin último de la reforma previsional para magistrados?

–Hay un interés de vaciar y colonizar el Poder Judicial de la Nación. 

 

 

    

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