“Mami, si no vengo a las 3 de la mañana me quedo a dormir en la casa de Enzo”. Esas fueron las últimas palabras que Álvaro Zarandón (16) le dijo a su mamá Sandra.
El 7 de febrero de 2013, a las 23, el muchacho agarró su bicicleta y partió hacia la casa de la abuela de su amigo Enzo Gómez. Fue en aquel lugar donde encontró la muerte tras un sangriento operativo policial del que participaron 13 policías.
A siete años del crimen, el caso sigue impune en Laboulaye y la madre de Zarandón sigue pidiendo justicia.
“Hasta hoy la muerte de mi hijo está impune. Que Dios me fortalezca porque voy a seguir. Quiero conocer la verdad de lo qué pasó con mi hijo esa madrugada y que el hecho no quede en el olvido”, dijo Sandra a La Voz.
En todos estos años, pasaron muchas cosas. El cabo Maximiliano Celi, el único policía acusado de haber matado al chico, fue absuelto en septiembre de 2014 en el juicio que se desarrolló en Laboulaye y ahora deberá volver a comparecer ante un tribunal, luego de que el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) anule el juicio y ordene hacer otro en Río Cuarto.
Esa disposición del TSJ fue en noviembre de 2017. Pasaron más de dos años y el juicio en Río Cuarto no se hizo, pese a que ya se sortearon los jurados populares.
“Yo creo que hay encubrimiento policial porque si hubiera sido otra persona todo esto hubiera sido diferente”, expuso tajante la mujer, y añadió: “A la mayoría de los policías que participaron del operativo donde murió Álvaro me los cruzo a diario en la calle. Voy al hospital y están haciendo adicionales, voy al banco y también están”.
Sobre el caso
Álvaro Zarandón perdió la vida en un operativo policial la madrugada del 8 de febrero de 2013 en Laboulaye. El dermotest practicado en el cuerpo del joven para ver si él había disparado dio positivo. No obstante, el exfiscal Berger, quien instruyó la causa en aquel entonces, había confirmado a este diario que es un método antiguo que utiliza la Policía de Río Cuarto que podría ser un falso-positivo, que en un contexto puede ser una prueba, pero en el marco de la investigación por la muerte de Álvaro “no suma nada”, puesto que el joven no usó armas.