Fiat Chrysler Automobiles (FCA) prevé retomar la producción en la planta ubicada en el barrio de Ferreyra el próximo 11 de mayo. La decisión dependerá de si, finalmente, el Gobierno decide levantar para esa fecha el aislamiento preventivo, social y obligatorio.
“La idea es arrancar con una producción diaria de 310 vehículos y con la mayor cantidad de personal”, aseguró el CEO de FCA Martín Zuppi, a través de una videoconferencia con periodistas de todo el país. También tomaron parte el director Comercial de la empresa, Pablo García Leyenda, y el director de Finanzas, Diego Sabena.
La terminal prevé tener lista la próxima semana cómo será el régimen laboral con el que arrancará la producción.
“Estamos trabajando en distintas hipótesis, viendo las mejores opciones. No tenemos definido si vamos a hacer un levantamiento total para los mil empleados o vamos a hacerlo por turnos”, aseguró Zuppi, quien se encargó de destacar que la vuelta al trabajo será bajo estrictas normas de seguridad para el personal.
En un principio, la planta arrancará trabajando tres días a la semana y, en función de la demanda, irá aplicando el programa de suspensiones que tiene vigente.
Con alrededor de 2.100 empleados, FCA abonó los sueldos de marzo y no descarta recurrir a la asistencia del Gobierno nacional para hacer frente a las retribuciones futuras.
“Todavía no solicitamos ayuda, eso no significa que no vayamos a pedirla; pagamos marzo y lo estamos analizando”, sostuvo Sabena.
Producción
En el arranque del año, la proyección de la automotriz para 2020 era de un año mejor al anterior. Antes de la pandemia, proyectaba producir un 30 por ciento más de unidades –10 mil autos–, cálculo fundado a partir de un incremento de las exportaciones a Brasil, según los números de la propia terminal.
Inclusive con esta previsión, el complejo iba a utilizar sólo 50 por ciento de su capacidad instalada, un nivel que obligaba a continuar con el esquema de suspensiones.
“A comienzos de año preveíamos una producción en Córdoba de 45 mil vehículos, que ahora se redujo a unos 30 mil. Habrá que ver cómo evolucionan el mercado interno y la exportación a Brasil luego de la pandemia para poder mejorar esa previsión”, sostuvo Zuppi, quien adelantó que será muy difícil poder retomar la proyección de 45 mil unidades en 2020.
En la planta de Ferreyra, FCA produce el modelo Cronos, que tiene al mercado brasileño como principal destino de exportación. Es más, la mayor producción inicial prevista para 2020 tenía su fundamento en el crecimiento de la demanda de Brasil. Sin embargo, y a pesar de que la cuarentena en el vecino país es más flexible que en Argentina, la comercialización allí también está paralizada.
En ese escenario, en FCA aseguran que recién en julio podrían retomarse los envíos a Brasil, debido al alto stock disponible en el vecino país.
Con una industria automotriz que lleva más de 35 días paralizada, desde las terminales proyectan una demanda doméstica para 2020 de alrededor de 250 mil unidades cero kilómetros. Dentro de ese mercado, FCA prevé crecer en participación.
Según Zuppi, la aspiración es llegar al 15 por ciento, por encima del 12,4 por ciento que obtuvo la compañía en 2019 con todas sus marcas. “Es la participación que tuvimos en el primer trimestre del año”, sostuvo el CEO.
Comercialización
Además de proyectar el regreso a la producción, la empresa también da forma a lo que será su estrategia comercial después de la pandemia. Para poner en marcha la actividad en las concesionarias la terminal lanzó esta semana una línea de financiamiento en pesos a tasa fija a seis años de plazo.
“En los primeros días de la operatoria ya se registraron en algunas concesionarias el doble de boletos que durante los días anteriores”, comparó Pablo García Leyenda, gerente comercial de FCA.
La grieta que se abrió durante la cuarentena en el tipo de cambio conformó un cliente de oportunidad para determinados modelos de vehículos, en especial de gama media y alta.
Sin embargo, las dificultades para la venta están en los vehículos que conforman los modelos de volumen, a los que la caída en el poder adquisitivo los ha relegado en las preferencias de consumo.