Stock de mercadería, ingresos, costos, ahorros, impuestos, consumo, el rol del Estado. Estos y otros temas son los que analiza el economista Nadin Argañaraz en un análisis sobre la posibilidad que tiene la Argentina de afrontar una cuarentena obligatoria. El texto completo:

“El coronavirus está en una etapa donde la mayoría de los casos concretos tienen origen importado, más allá que en estos días seguramente aparecerán casos autóctonos. Esto abre la posibilidad de minimizar el contagio, dadas las restricciones de vuelos y de ingresos al país que el gobierno nacional ha tomado en las últimas horas. Y minimizar el contagio significa por carácter transitivo minimizar el número potencial de muertes en nuestro país.

Para minimizar el contagio se entiende que es vital minimizar la circulación diaria de personas, es decir que la población se quede en sus respectivos lugares de residencia. Esto se puede hacer voluntariamente o por obligación.

Desde lo social, los incentivos a colaborar haciendo cuarentena dependen, entre otras cuestiones, de la edad que la persona tenga. Mientras más grande se es, mayor es el incentivo, dado que el riesgo de muerte aumentaría con la edad, según la evidencia muy reciente. Esto hace que un joven, en promedio, no tenga el mismo incentivo que un adulto promedio. Obviamente, esto último no considera otras cuestiones que inciden en la decisión a tomar por cada uno.

Desde lo económico, hacer una cuarentena requiere, entre otras cosas, que se cuente con un stock de mercadería (para subsistir al menos catorce días) y con la posibilidad de resignar ingresos en caso que sea necesario. Esto implica que quien se decide a hacerla (en coincidencia con su visión social), cuenta con ahorros para usar en esta contingencia (compras del supermercado y de farmacias, pago de servicios públicos, pago de impuestos a la propiedad inmueble y al automotor, etc).

Con el objeto de simplificar el análisis, ante la posibilidad de una cuarentena obligatoria, puede clasificarse a la población en cuatro grupos:

-Personas, que pudiendo desde el punto de vista económico hacer una cuarentena, la harán por motivos sociales.

-Personas, que pudiendo desde el punto de vista económico hacer una cuarentena, no la harán por motivos sociales.

-Personas, que NO pudiendo desde el punto de vista económico hacer una cuarentena, no la harán aunque estarían dispuestos.

-Personas, que NO pudiendo desde el punto de vista económico hacer una cuarentena, no la harían voluntariamente si dispusieran de recursos.

El análisis previo determina que el grupo de personas que harían voluntariamente una cuarentena se restringe a aquellos que pudiendo económicamente, tienen los incentivos sociales o el compromiso social colectivo para tomar la decisión.

El efecto de esta decisión sobre el conjunto de la población dependerá de la importancia relativa que tienen estas personas en el total. En nuestro país descuento que es una proporción muy baja de la población.

En esta situación, el Gobierno se plantea la opción de la imposición de la cuarentena obligatoria. En primer lugar, surgen costos de control de cumplimiento por parte del gobierno. Pero automáticamente aparecen otros costos relevantes:

-El hecho que las familias se queden en sus casas lleva a que el consumo caiga, pero a su vez a que la producción también caiga. Entonces, tiene que haber un stock de bienes básicos para abastecer el combo necesario inicial para pasar la cuarentena de todas las familias. Y, a su vez, luego de la cuarentena habría que producir para recomponer los stocks iniciales y satisfacer el consumo habitual post-cuarentena. Esto implica un exceso de demanda esperado, que lo primero que puede generar es una suba inicial de precios. Por ende, es clave que el gobierno tenga organizado de antemano el marco intertemporal de desenvolvimiento de la cuarentena, de modo tal de evitar desequilibrios de precios y situaciones de desabastecimiento de ciertos bienes.

-Si se organiza bien el marco de funcionamiento de la producción y del consumo, igualmente el stock inicial de bienes para la cuarentena de las familias sin recursos necesita ser financiado por el Estado. Aquí aparece la necesidad que el gobierno, de una manera transparente, defina la vía a través de la cuál va a garantizar que esos bienes lleguen a manos de las familias que no tienen ahorros o medios alternativos para adquirirlos. Dado que hay subsidios en marcha, se requiere trabajar intensamente para lograr alcanzar el objetivo con la mayor eficiencia posible.

-Es posible que también se requieran subsidios para que las familias de bajos recursos financien el pago de servicios públicos y privados, impuestos, contribuciones, etc, dado que no generarían ingresos durante la cuarentena obligatoria.

-El Estado con su intervención debe garantizar la igualdad de derecho a la vida a todas las personas, independientemente de su situación económica. Con el mejor esquema regulatorio posible, debe cumplir con este rol igualador.

-También hay que atacar la situación de las familias propietarias de empresas productoras de bienes y servicios, que como mínimo tendrán pérdidas económicas durante la cuarentena obligatoria. El Estado debe instrumentar, al igual que con las familias consumidoras, un esquema de subsidios (no cobro y/o atraso de ciertos impuestos) que compense las pérdidas derivadas de la cuarentena obligatoria.

Reflexión final

Argentina estaría en este momento en un punto donde la sociedad debe decidir si paga un costo económico de una cuarentena obligatoria de toda la población, esperando que de esa forma disminuya la proporción de contagios y la incertidumbre sobre la salud y la economía de los próximos meses. Si bien todo es incierto, es posible que una decisión de este tipo acote el costo económico (más allá que puede ser muy muy elevado) en relación al costo integral que podría generarse en caso de una importante propagación del virus en la población, que luego implique tomar igualmente la decisión de cuarentena obligatoria.

Es importante que el gobierno esté asistido por especialistas y apoyado por toda la sociedad a la hora de tomar decisiones tan relevantes como éstas, ya que es el rol del Estado el que está en juego. Es vital que estén diseñados previamente los instrumentos económicos de acción, para que la decisión de una cuarentena obligatoria se implemente con los menores desvíos posibles.

Además, esta decisión, que no es en absoluto menor, se inserta en un marco económico mucho más amplio.

Se está en medio de un proceso de renegociación de la deuda y de cuentas fiscales sin margen.

El gobierno debería contar con el máximo apoyo de toda la sociedad y estar abierto, la política debe guardarse por un tiempo y todos debemos rezar para que Argentina tenga el mejor escenario posible de coronavirus”.

Hasta este domingo 15 de marzo hay 45 casos de coronavirus confirmados en Argentina.