La actriz Natalia Mazzalay Tiano y el director Horacio D’Ambra tenían ganas de hacer la obra El niño argentino y compartían una materia pendiente: la tesis de la licenciatura en teatro de la Facultad de Artes de la UNC. Por eso decidieron trabajar la obra de Mauricio Kartun para esa instancia académica. En charla con VOS, la actriz comenta: “Mauricio Kartun fue muy generoso, inmediatamente nos dijo que sí y ofreció su ayuda. Fue muy grato”.
En la Argentina de principios del siglo 20 las familias de clase ganadera solían viajar a Europa acompañadas de una vaca que daba leche fresca a a los niños durante el viaje. El niño argentino es una parodia basada en esa costumbre, que aborda la relación entre el hijo de la familia (“el niño argentino”), su peón y su vaca.
La tesis de esta puesta aborda el modo de actuación a través del modo de escritura de El niño argentino, escrita en verso rimado. “Pensamos cómo la escritura influye, desde el ordenamiento mismo, a partir de la lectura silenciosa. El cantito en la mente es lo primero. Después hacemos la puesta en voz. Hablamos de que cada uno tiene una escucha imaginaria”, dice Natalia.
Natalia y Horacio leyeron la obra cuando cursaban la asignatura de historia, con la profesora Mónica Flores en la Facultad de Artes. “Nos divirtió, nos pareció una escritura inteligente, una genialidad, de estructura impecable, con la estética de Kartun. El niño argentino es una obra concebida en un momento particular: el fin del menemismo, pero dialoga con la actualidad. Está vigente”, dice Natalia.
Se sumaron los actores Beto Bernuez y Nelson Balmaceda, el “niño” aristócrata y el peón, respectivamente. Bernuez tiene experiencia con el personaje, ya que participó en la versión que dirigió Omar Viale en Córdoba. Natalia cuenta que el actor estuvo dispuesto a repensar el rol. “Por su parte, Nelson le imprimió su marca al peón, en cuanto a la tonada, como hombre de Villa Dolores. Si bien ‘el gaucho de la figurita’ es de la provincia de Buenos Aires. Nelson además puso a disposición del grupo sus conocimientos de folklore”, señala.
El personaje de Mazzalay es el que menos participación tiene en cuanto al texto. “Me nutrí del trabajo con mis compañeros. Compartimos entrenamiento y técnicas”, cuenta. Ella es Aurora, la vaca que va en la bodega rumbo a Europa. Comenta que el registro sumó después otros estímulos cuando los “invadió” el sonido de Cruz Zorrilla (el mar, la fiesta).
“Mi personaje tiene la licencia de que es el más metafísico, más metateatral. Tenemos teorías pero no sabemos muy bien quién es. Los otros dos personajes están muy claros. Aurora le habla directamente al público. Exploramos para ver qué podía hacer. ¿Cuántos signos de vaca corresponden que tenga? ¿Es una vaca? Ellos la ven como una mujer. Yo habito el personaje: una vaca-mujer renga. La veía como Argentina, muy venida a menos, una persona que estuvo bien vestida, arreglada y terminó la fiesta de la peor manera”.
La obra de Kartun recrea y contiene de manera muy original, el imaginario argentino en ese triángulo que forman el niño, el peón y la vaca.
Otra mujer
Natalia Mazzalay, que destaca entusiasmada los equipos de trabajo de las tres obras, protagoniza también Che amame, la obra que dirige Marcelo Massa. En ese trabajo comparte escena con Diego Haas. Los dos sostienen una tragedia entre padre e hija en la cotidianidad del calor de la noche. La obra se programará en mayo en el Cineclub, en un cuarto convertido en espacio teatral. En tanto, la obra Villa, en la que también actúa, sigue haciendo presentaciones por la provincia.
El niño argentino reformula relaciones de poder instaladas en la sociedad; Che amame aborda la violencia intrafamiliar y Villa expone el debate sobre el destino de una casa, excentro de detención y exterminio durante la dictadura chilena.
Con respecto al rol del teatro frente a la demanda social para visibilizar conflictos, Natalia reflexiona: “Me confirma la utilidad de la herramienta (por decirlo de alguna manera) la gente que va al teatro, que no suele hacerlo, y después de la función me hace comentarios. Eso me entusiasma. Es importante porque los que hacemos teatro vamos al teatro y hablamos de teatro, debatimos, pero cuando veo al público en general que va al teatro y opina, eso es hermoso”.
La actriz trabajó también con el Grupo Egos, de teatro para niños, con el que hizo De pronto ¡Crash! y El fantasma de Clownterville. Por ahora, solo se ocupará del teatro para público adulto.
Para ver
El niño argentino. Autor: Mauricio Kartún. Dirección: Horacio Nina D’Ambra. Diseño sonoro: Cruz Zorrilla. Diseño escenográfico: Luciano Di Natale. Vestuario: Julia Gómez. Iluminación: Agustina Márquez. Con Natalia Mazzalay Tiano, Beto Bernuez y Nelson Balmaceda. Domingos a las 21 en La Nave Escénica, Ovidio Lagos 578. Entrada: $250.