El piloto que llevaba a
Emiliano Sala
y el avión en el que viajaba el futbolista argentino no tenían las licencias necesarias para operar comercialmente, desveló este viernes
un informe
del Departamento de investigación de accidentes aéreos del Reino Unido (AAIB).
Sala falleció el 21 de enero de 2019 cuando el avión que le transportaba, junto al piloto David Ibbotson, se estrelló en el Canal de la Mancha. El argentino viajaba desde Nantes hacia Cardiff, donde se iba a incorporar a su nuevo equipo.
La investigación de la AAIB reveló que Ibbotson perdió el control de la aeronave durante un giro, lo que era “mas probable” que pasara porque el vuelo “no se realizó de acuerdo con los estándares de seguridad aplicables a una operación comercial”.
Según la AAIB, Ibbotson no tenía entrenamiento previo para volar de noche y su licencia SEP, que le permite volar un avión de un solo motor, había expirado tres meses antes del accidente.
La investigación publicada este viernes concluyó que tanto Sala como Ibbotson “probablemente” sufrieron envenenamiento por inhalación de monóxido de carbono mientras el avión se precipitaba contra el mar.
La investigación identificó los siguientes factores causales:
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El piloto perdió el control de la aeronave durante un giro de vuelo manual, que probablemente se inició para permanecer o recuperar las Condiciones Meteorológicas Visuales (VMC).
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Posteriormente, la aeronave sufrió una ruptura en vuelo mientras maniobraba a una velocidad aerodinámica significativamente superior a su velocidad de maniobra de diseño.
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El piloto probablemente se vio afectado por el envenenamiento por monóxido de carbono (CO).
La investigación identificó los siguientes factores contribuyentes:
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Se hizo más probable una pérdida de control porque el vuelo no se realizó de acuerdo con las normas de seguridad aplicables a las operaciones comerciales. Esto se manifestó en el vuelo operado bajo las Reglas de vuelo visual (VFR) durante la noche en condiciones climáticas adversas a pesar de que el piloto no tenía entrenamiento en vuelo nocturno y falta de práctica reciente en vuelo por instrumentos.
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Las inspecciones en servicio de los sistemas de escape no eliminan el riesgo de intoxicación por CO.
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No había un detector de CO con una advertencia activa en el avión que pudiera haber alertado al piloto de la presencia de CO a tiempo para que tomara medidas de mitigación.