Las protestas que han tenido lugar este viernes en Santiago de Chile han acabado con la detención de 35 manifestantes y 59 policías heridos, en un manifestación en la que han participado cerca de 4.200 personas.
Lo hechos más violentos se registraron en las inmediaciones de la Plaza Italia, donde grupos de encapuchados se enfrentaron a efectivos de las Fuerzas Especiales de Carabineros. El choque se saldó con varios heridos, desorden del orden público y represión.
Durante la jornada un camión con cañón de agua quedó reducido a cenizas al recibir el impacto de un cóctel molotov. Aunque los funcionarios lograron extinguir el fuego, los manifestantes volvieron a incendiarlo.
Desde el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) se ha informado de que tres jóvenes sufrieron lesiones oculares en estos disturbios y fueron trasladados de urgencia para ser atendidos. Asimismo, ha condenado “la violenta e inexplicable agresión que sufrió esta tarde en Plaza Italia uno de los observadores del INDH. Este hecho se suma a otros observados y grafican el uso desmedido de la fuerza por parte de Carabineros”.
Las protestas en Chile estallaron el 17 de octubre contra la cuarta subida del precio del metro en pocos meses y crecieron rápidamente hasta denunciar la desigualdad social y plantear la necesidad de elaborar una nueva Constitución.
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, que llegó a declarar el estado de emergencia desplegando a las Fuerzas Armadas, pidió perdón por no escuchar el clamor de los chilenos y propuso una “agenda social”. Para hacerla realidad, remodeló el Gobierno e inició un diálogo con los partidos políticos, tanto opositores como oficialistas.