El 10 de febrero pasado, la tonelada de soja cotizaba en la Bolsa de Comercio de Rosario a un precio similar al actual: 15 mil pesos. Esto significa que un camión cargado con 30 toneladas de la oleaginosa tiene un valor de unos 450 mil pesos.

Esa misma fecha es la que utilizó el estudio de contadores que elaboró la nómina de acreedores que integra el expediente del concurso preventivo de la empresa Vicentin, que se está tramitando en el Juzgado de Primera Instancia Distrito N° 4 en lo Civil y Comercial, Segunda Nominación, de Reconquista (Santa Fe), para realizar el “corte” y calcular el pasivo de una de las empresas agroindustriales más grandes del país.

La suma en la calculadora arrojó un monto total de 99.345,2 millones de pesos que adeuda a 1.895 personas (físicas y jurídicas) por compra de granos; a 586, por bienes y servicios; a 37 entidades financieras; a 19 organismos fiscales y aduaneros; a 98 accionistas y a tres sociedades vinculadas.

La deuda equivale, entonces, a unos 220 mil camiones de soja, de los cuales unos 11.400 corresponden a proveedores de Córdoba.

La Voz accedió a la planilla completa de acreedores de Vicentin y pudo establecer que son 518 los particulares y compañías cordobesas que quedaron con algún saldo pendiente de pago por parte de la firma agroexportadora.

En total, estas acreencias suman casi 5.200 millones de pesos, 5,2 por ciento del total.

Desgranados

El grueso de las deudas de Vicentin con Córdoba son por compra de granos: 5,163,6 millones de pesos sobre un monto exacto de 5.197,8 millones, y 509 proveedores sobre los 518 totales.

Traducido: productores, acopios y cooperativas del interior son los principales damnificados en la provincia por haberle enviado soja, maíz y trigo a la compañía santafesina que después esta no abonó en tiempo y forma.

El total que quedó debiendo Vicentin a nivel nacional sólo por compra de granos es de 25.656,9 millones de pesos; es decir, que Córdoba representa un 20 por ciento de esa cifra.

En la cantidad de afectados, la participación es superior: 27 por ciento (509 damnificados sobre 1.895 en total).

Repartido entre cada acreedor, significa una deuda promedio de 10,1 millones de pesos por cada uno, pero la realidad es que como la nómina involucra a todos los que quedaron con algún tipo de crédito a favor, aparecen casos a los que sólo les deben algunos centenares de pesos y otros que son multimillonarios.

Una firma de Monte Maíz concentra el 10 por ciento de las acreencias: 520 millones de pesos. Cerca de esa localidad, en Justiniano Posse, dos cooperativas agrícolas quedaron con un saldo impago en conjunto de más de 450 millones de pesos.

Siguen en el listado cerealeras y acopios de Marcos Juárez, con 320 millones; de Matorrales, con 200 millones; y de Wenceslao Escalante, con 190 millones de pesos.

Con acreencias por más de 100 millones figuran también sociedades de Adelia María, Coronel Moldes, Del Campillo, Villa María y Laborde.

En lo que respecta a deudas por compras de bienes y servicios, son sólo ocho las empresas cordobesas que quedaron con cuentas pendientes y que suman una acreencia total de 34,1 millones de pesos.

El grueso corresponde a una fábrica de packaging de Arroyito que quedó con un saldo de 27,2 millones.

En este rubro, la participación de Córdoba es ínfima, si se tiene en cuenta que las acreencias totales por este concepto suman 2.292 millones de pesos: la mayoría de los proveedores de bienes y servicios de Vicentin son de Santa Fe, Buenos Aires y Capital Federal.

Los bancos: Principales acreedores

De los casi 100 mil millones de pesos de pasivo que tiene Vicentin, el grueso es deuda financiera: 63.961,5 millones les adeuda a 37 entidades nacionales e internacionales. El mayor acreedor es el Banco Nación, con 18 mil millones de pesos. Le siguen una empresa de Estados Unidos y otra de Holanda, con 16.500 millones y 9.228 millones, respectivamente. En el listado figura el Banco de Córdoba, pero con un monto insignificante: 3.791,53 pesos.

Al grano. El 25 por ciento de la deuda de Vicentin es con proveedores de cereales y oleaginosas. (La Voz/Archivo)