José María Romero, más conocido como el “Chueco”, es un ejemplo de perseverancia en el automovilismo. De joven fue empleado de una gomería, pero nunca imaginó lo que vendría después. 

De joven, el “Chueco” corrió en los zonales con un Fiat 600 y tiempo después llegó el momento de saltar al Turismo Carretera. “Nunca imaginé en arribar al TC. Yo corría en en los zonales y un día me invitan a subirme a la Dodge para correr. En ese momento me metí pensando en hacer un par de competencias y terminé estando 13 años. Ahora digo que fui un elegido de dios porque la pase muy bien, aunque muchas veces, con el paso del tiempo, pienso que podría haber ganado más carreras. Antes era muy atropellado y eso te hacía equivocar”, expresó a Carburando.

Hoy, Romero tiene 60 años y es camionero. “Tengo unos camiones y uno de ellos lo manejo yo. Hago la cosecha, viajo y me entretengo”, dice el olavarriense que cuenta cómo empezó en la categoría más popular. “Yo de chico era hincha de Chevrolet. Fui de Juan Manuel Bordeu y luego de Emilio Satriano. Las vueltas de la vida me llevaron a correr en TC y en contra de Emilio. Cuando comencé lo hice con una Dodge que era de Eduardo Martínez y que había utilizado Roberto Mouras. Debuto en Buenos Aires y fuimos haciendo nuestro camino. Luego llegó el cambio a Ford que se dio por la gente del Club y por los Emiliozzi. También estaba Raúl Durán que era muy inteligente y entre todos decidimos comparar un casco. Lo hizo el Negro Giambrone que después nos abandona para ir con Walter Hernández y fue Tulio Crespi quien nos atendió. Nos fue muy bien”.

De las cuatro victorias que tuvo, el “Chueco” indicó que la primera tiene su gusto. “La primera siempre es especial, pero todas fueron importantes. Por ejemplo ganar en Balcarce fue fantástico. El público colmaba la Barrosa, era espectacular. Ahí recuerdo que la primera vez, con la Dodge, no quería ir porque no me caí bien. Después todo cambió y pude ganar con el Ford”. Recuerdo que cuando ganaba tardaba más en entrar a la ciudad que el viaje en sí. Era increíble la gente nos esperaba en la ruta para festejar. De ahí entrábamos en caravana hasta el centro”.

Por último, Romero manifestó que sigue mirando el TC y que tiene ganas de volver al zonal. “Sigo el TC para estar informado y fui a un par de carreras. Ví otro automovilismo. En cuanto a las posibilidades de volver a un auto de carreras les cuento que ando con ganas. Estoy por comprar un Fiat 128 para correr en los zonales. No creo este año pero si el que viene. Me hago un par de carreras para sacarme las ganas y después se lo doy a mi hijo”.

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