El exjefe de sicarios del fallecido narcotraficante colombiano Pablo Escobar, Jhon Jairo Velásquez Vásquez, alias “Popeye”, murió ayer a los 57 años en un hospital de Bogotá tras permanecer hospitalizado desde el pasado 31 de diciembre de 2019 por un cáncer de estómago.

“Popeye” no fue un miembro más del hampa. Se trata de un criminal que reconoció haber cometido 300 asesinatos y haber organizado otros 3.000 durante las oscuras décadas de 1980 y 1990. Fue una época de terror para un país en el que el narcotráfico alcanzó un poder descomunal.

“Cuando mataba no empezaba a sudar ni a fumar marihuana. Mataba, me iba a mi casa, me bañaba, me ponía a ver televisión y vivía normal porque soy un asesino profesional”, dijo hace un tiempo.

El sicario confesó que asesinó a sangre fría a su novia Wendy Chavarriaga Gil, quien había sido una de las adolescentes elegidas por el “Patrón” para tener encuentros sexuales. “Cometió el craso error de quedar embarazada, porque ‘el Patrón’ le tenía prohibido eso. De mala intención se hizo embarazar. Escobar le mandó un médico e hizo que le sacaran el bebé”, le contó al periodista Ricardo Canaletti en 2015.

“Me enamoró para que le dijera dónde estaba Escobar y entregarme para poder llegar a él. Caí como un bobo”, contó.

Velásquez admitió también que, por encargo de su jefe, mató a su mejor amigo, “Quico” Moncada.

En 2009 narró cómo llegó hasta Pablo Escobar. “Un día un ingeniero amigo me dijo que lo acompañara a una finca donde debía realizar un trabajo. Fuimos a la hacienda Nápoles y vi armas, mujeres bellas y animales exóticos y pensé: ‘Esto es lo mío’”.

Nunca ocultó su admiración y su cariño por su jefe, abatido en 1993. “Era un genio, tal vez un genio del mal, pero en todo caso un genio. Tenía una mente privilegiada y un detector de mentiras en el cerebro. Si usted decía algo que no era verdad, inmediatamente lo captaba. Y eso podía costarle a uno la vida. Inspiraba una lealtad infinita en todos los que creíamos en él. Yo llegué a creer que era inmortal. El día más triste de mi vida fue el día que lo mataron”.

“Youtuber”

“‘Popeye’ fue asesino, youtuber, cuentero, mitómano, agitador, incendiario, protagonista de una época en la que dormíamos y despertábamos con miedo a morir despedazados por una bomba. Mató aquí y allá por dinero, y luego convirtió en negocio el relato verboso de sus crímenes’’, lo describió en Twitter el escritor colombiano Alberto Salcedo Ramos.

Sensaciones

“Sentí un gran alivio al saber que murió ‘Popeye’, y sentí otro alivio al saber que murió de cáncer de estómago. Creo que el que las hace las paga. Dios fue muy justo. Después de matarnos 527 policías, mi Dios se acordó de él. Sé que ya debe estar en el infierno”, expresó en los medios el general retirado de la Policía Nacional Rosso José Serrano.

“Cuando veo el tour narco y la gente sacándose fotos con él pienso que es bueno recordarle a la gente y, sobre todo, a los jóvenes que su jefe Pablo Escobar le pagaba entre 2 mil y 3 mil dólares por cada policía asesinado, según el grado. Esto es gravísimo y hay que contarlo para que la historia no se repita”, agregó.

Lejos de exhibir rencor, el comandante del Ejército, general Eduardo Zapateiro, lamentó la muerte del criminal. “Hoy, como comandante del Ejército, presento a la familia de ‘Popeye’ nuestras sentidas condolencias. Hoy ha muerto un colombiano, haya pasado en su vida lo que haya pasado. Estuve también comprometido en la lucha contra el narcotráfico en ese año 1993. Quiero decir que lamentamos mucho la partida de ‘Popeye’, somos seres humanos, somos colombianos”, dijo.

Terror y muerte

Velásquez nació en Antioquia y fue uno de los más temibles asesinos del Cartel de Medellín. Sus acciones delictivas estuvieron ligadas a sucesos que en Colombia causaron gran consternación como el asesinato del excandidato presidencial Luis Carlos Galán Sarmiento, el 29 de septiembre de 1989; el secuestro y posterior asesinato del procurador Carlos Mauro Hoyos en 1988; el atentado al avión de Avianca que dejó 107 muertos, el 20 de noviembre de 1989, y la bomba al edificio de la policía secreta de Colombia, el 7 de diciembre de 1989.

En 2016, en el tiempo que estuvo libre, “Popeye” proyectaba una vida en la política. Decía que quería ser senador. “De mí se habla mal todos los días, pero yo sigo para adelante… Cuando la justicia se haga efectiva en el país yo me pienso lanzar al Senado de la república’’, soñaba.

Velásquez fue a prisión en 2018 tras ser acusado de extorsión en Medellín.

Perdón, sí; olvido, no

El hijo de una víctima

“Se cierra un capítulo, hay perdón, pero no olvido. Con la muerte de ‘Popeye’ no sucede nada porque el país sigue mal, hay mucho narcotráfico y mucha corrupción”, afirmó Carlos Mario Zuluaga, hijo del magistrado Gustavo Zuluaga Serna, asesinado en 1986 en Medellín. “Era psicópata, orgulloso de todos sus actos delictivos. No creo que se haya arrepentido”, agregó.

Atracción. “Popeye” logró cautivar con la historias que contó sobre su vida al lado de Pablo Escobar. (AP)