Las medidas para combatir la propagación del coronavirus varían de país en país. En algunos casos, como en China, Corea del Sur, Vietnam e incluso la Argentina se optaron por medidas bastantes estrictas, como una cuarentena obligatoria y la prohibición de circular por las calles, salvo para aquellos con tareas esenciales.

En el caso de China, el país donde se inició la pandemia en enero, el bloqueo a la ciudad de Wuhan, primero, y luego a la provincia de Hubei, fue absoluto durante más de un mes. En Corea del Sur, en tanto, la opción elegida fue someter a la mayor cantidad posible de gente a los tests y así ir aislando a quienes daban positivo, de manera tal que el virus no se propagara.

Una situación ejemplar y poco conocida es la de Vietnam, que ha optado por adelantarse a la pandemia con medidas como las cuarentenas masivas y un rastreo exhaustivo de los posibles contagios, lo que le ha permitido resistir con 194 infectados y ningún muerto hasta el momento.

“Para explicar el éxito de Vietnam se pueden destacar tres puntos: la inversión realizada en tiempos pacíficos, la pronta activación del sistema de respuesta y la manera en que toda la sociedad lo ha encarado con un liderazgo fuerte desde arriba”, explicó Park Kidong, funcionario de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Hanoi.

El virus llegó pronto a Vietnam, el 23 de enero, de la mano de dos ciudadanos chinos y en unas fechas peligrosas: al inicio del Año Nuevo Lunar, las vacaciones más largas del año en las que millones de vietnamitas aprovechan para viajar dentro y fuera del país, visitado también por miles de turistas chinos.

Para entonces, el país llevaba semanas en guardia y a principios de enero, cuando se hicieron públicas las primeras infecciones por el coronavirus en China, ya realizó evaluaciones de riesgos y creó un comité especial de gestión.

En cambio, Italia y España, los dos países con más víctimas fatales en el mundo, reaccionaron tarde y ahora sus funcionarios políticos y de salud lo están lamentado.

Los casos de Brasil y de Estados Unidos resultan menos comprensibles desde ese punto de vista. Pese a que sus presidentes, Jair Bolsonaro y Donald Trump, ya conocían lo que había sucedido en Asia y en Europa, se mantuvieron firmes en la idea de no frenar la economía.

Los resultados están a al vista. En Brasil , ya murieron 159 personas y hay 4.579 infectados mientras que en Estados Unidos ya rozan los 150 mil contagios y se contabilizan unas 2.900 víctimas fatales.

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Imagen ilustrativa (AP/Archivo).