Tras un nuevo triunfo, el exvicepresidente de Estados Unidos Joe Biden se reposicionó y se distanció del izquierdista Bernie Sanders en las primarias demócratas para enfrentarse al republicano Donald Trump en las elecciones presidenciales del 3 de noviembre.

En una especie de “minisupermartes”, Biden ganó en Michigan, Misuri, Misisipi e Idaho.

“Esta campaña está despegando”, afirmó con una gran sonrisa el ganador de la jornada.

La brecha entre ambos aspirantes por el Partido Demócrata es de más de 150 delegados, al alcanzar Biden los 846 y Sanders los 684, de acuerdo con las cuentas no oficiales publicadas por los medios locales.

Aún falta el recuento en los estados de Washington y Dakota del Norte, aunque se descuenta que la diferencia será difícil de descontar para Sanders.

El senador por Vermont confiaba en poder repetir la victoria que logró hace cuatro años frente a Hillary Clinton en las primarias de Michigan, las más importantes de la jornada electoral, pero se quedó en segunda posición, lo que supone un duro escollo para sus aspiraciones presidenciales.

De hecho, Sanders había centrado gran parte de sus esfuerzos de campaña en conseguir una victoria en Michigan que le diera un “segundo aire” tras las derrotas que sufrió el “supermartes” de la semana pasada, cuando se produjo la recuperación de Biden.

En tanto, pese a haber tenido un arranque muy decepcionante en los primeros compases del actual ciclo electoral, Biden ha ido recuperando terreno y en las primarias de anteayer confirmó los buenos resultados del “supermartes” del pasado 3 de marzo, afianzando su papel de favorito absoluto para alzarse con la nominación presidencial demócrata.

Además, las últimas primarias confirmaron también su superioridad en los estados conservadores del sur del país frente a Sanders y en el voto afroamericano, lo que lo coloca en mejor posición para intentar conseguir victorias demócratas en lugares donde los republicanos parten a priori con ventaja para las generales.

En las elecciones de 2016, Sanders arropó muchas ilusiones al comienzo, sobre todo por aglutinar en torno suyo al voto joven y con estudios, pero según fue avanzando la campaña fue desinflándose hasta tocar lo que los expertos llamaron entonces “su techo demográfico”.

En esta campaña parece repetirse la historia y Sanders ha mostrado ya que ese “techo demográfico” sigue ahí, sin lograr conectar con el voto afroamericano. En Misisipi sus resultados fueron de en torno al 10 % en las primarias, y en Misuri de un 24%, incluso peor que el 32% que consiguió en 2016.

Pese a que admiten que el futuro no se ve tan promisorio, los aliados de Sanders lo animan a no bajar los brazos. “Bernie Sanders no puede abandonar el movimiento. Tiene que seguir en la contienda a cualquier costo”, sostuvo Rose Ann DeMoro, exdirectora ejecutiva del sindicato nacional de enfermeras y confidente de Sanders. “Los héroes no se fabrican. Surgen cuando están arrinconados. Y él está arrinconado”, agregó.

Triunfo. Biden celebró el martes.