Héctor Cuevas
se retiró hace algunos meses y en la revisión de su carrera, detalló cómo fueron sus comienzos, cuando ingresó como arquero a
Instituto
y desde Villa Azalais. Como muchos, jugaba al fútbol porque no había otro entretenimiento más lindo que ese; luego, de ir a la escuela.

“Mi historia en Instituto es muy simple. Yo era arquero en Villa Azalais, vivía en el barrio y Santos Turza, que era amigo de mi viejo, me llevó a una prueba en Instituto. Quedé. Andaba bien con los guantes. Tendría que haber seguido con eso. A lo mejor tenía mejor futuro. Era chico, tenía 10 años y entré a los cebollitas. No había categorías de AFA”, comentó “el Tanque” a
La Voz del Hincha Albirrojo 
y en diálogo con el periodista Damián Bizzi.

“Empecé de arquero; luego, jugué de dos; más tarde de ocho y finalmente de delantero. Ya casi no quedaban puestos, ja. Ya iba para afuera. El fútbol no era como ahora. En las redes sociales, los jugadores ya saben como quieren ser. Yo no soñé nunca con ser futbolista. Lo hacía porque me gustaba. Jugar en ese momento en Instituto, Talleres, Belgrano o Racing era el boom”, agregó el ex futbolista, que al final, vistió todas las casacas que mencionó.

“La última vez que pisé la Agustina fue en 1997 y había llegado en 1993. Nada que ver como es ahora. Antes teníamos la cancha principal y los vestuarios. Estaban las canchas de tenis. Esperábamos que nuestros padres nos vinieran a buscar en el Castillo.  Era ir a la escuela, a la mañana, y al club a la tarde. No existían los videojuegos más que el Atari o el Family”, afirmó Cuevas.

“De mi división, nos juntamos casi todos los años. Vergara, Ortega, Bernabei, Chaparro, Bustos, Ficarra. También se suman Julio Moreyra o ‘Pacha’ Capdevila. Lo de la variedad de puestos, qué vergüenza. No había donde ponerme. Al DT Walter Saracho, que ya tenía varios arqueros, le decía: ‘Dejame jugar un ratito al centro…’. Y me ponía. Le daba resultados. Fuimos a jugar un torneo a Villa Huidobro y era de siete. Cómo iba a tener dos arqueros. Así que jugué de central. Fuimos subcampeones. Me iba mucho al ataque. Por eso empecé a subir en la cancha. Llegué a jugar de ocho. Luego, Roca me dejó libre y me fui a
Las Palmas
. Ahí empecé a jugar de 9. Ya en el segundo año”, recordó
“el Tanque”
, que en su carrera llegó a marcar 152 goles.  

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