Hacia finales del 2019, el coronavirus era noticia al otro lado del océano. Por entonces, el avance del Covid-19 se percibía lejano. Con las fronteras abiertas, unas semanas después, ocurrió lo esperable: el virus se esparció por todo el mundo, y en pocos meses se contabilizaron más de cuatro millones de casos y más de 300 mil muertos a causa de la pandemia.

Los epidemiólogos observan que en Argentina el Covid-19 sigue avanzando principalmente a través de eventos puntuales, es decir, focos específicos donde se produce un gran número concentrado de contagios, como geriátricos, centros de salud o barrios vulnerables. El país no sufre un salto descontrolado en la cantidad de infectados como ocurre en Brasil o sucedió en Estados Unidos. 

La enviada general de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para Covid-19, Mirta Roses, explicó semanas atrás a La Voz que “se habla de foco cuando un cluster o conglomerado (agrupamiento de casos relacionados o contactos con un caso índice identificado positivo) muestra un número más alto de casos que lo esperado en un área dada y en un período establecido. También se le dice ‘área o zona caliente’”.

Puntos definidos

En Argentina hoy se registran zonas calientes muy definidas, como algunos sectores de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Caba), y puntos específicos del Conurbano bonaerense, Córdoba, Santa Fe, Chaco, Río Negro, Neuquén y Tierra del Fuego.

El primer caso de coronavirus confirmado en nuestro país fue el 3 de marzo. Se trató de un hombre de 43 años que había visitado Italia y regresado al país el 1° de ese mes. Sin medidas de distanciamiento social decretadas, durante los días siguientes la pandemia se fue esparciendo en la mayoría de las provincias.

Ariel Depetris es médico sanitario y epidemiólogo. Fue consultor de la Organización Panamericana de la Salud / Organización Mundial de la Salud (OPS / OMS). En comunicación con La Voz, el profesional explicó que en una primera etapa, en el país prevalecieron los casos importados y sus contactos. Luego sobrevino la etapa de brotes en conglomerados. Actualmente, en muchas áreas se evidencia la llamada “circulación comunitaria” y el nivel de intensidad que puede ir de mayor a menor según la zona.

“Es muy importante señalar que las dinámicas determinadas según las provincias y las ciudades. Hay provincias que no han tenido casos, como Catamarca y Formosa. En otras hay muy pocos casos, y después están los lugares del Área Metropolitana de Buenos Aires (Amba) y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) que concentran la mayoría de los casos “, dijo Depetris.

Córdoba fue una de las primeras provincias, después de Buenos Aires, en confirmar contagios de coronavirus. El primero fue el 6 de marzo: un caso importado de un hombre del interior provincial que había regresado de Europa.

Dos focos de contagio aumentaron de forma significativa la curva. Uno fue en un geriátrico de Saldán, en el Gran Córdoba, donde se contagiaron 65 personas.

El segundo y último foco en la Capital fue, hasta ahora, en el Hospital Italiano, ubicado en el barrio General Paz. Allí, el 1º de mayo se informaron 10 casos de Covid-19. El número fue en aumento hasta llegar a 91 casos el viernes 15. Solamente entre esos dos focos se explica más de la tercera parte del total general de casos en la provincia de Córdoba.

Otros focos afectados en Argentina tuvieron o tienen lugar en las provincias de Chaco, Neuquén, Tierra del Fuego, Río Negro y Santa Fe.

En Chaco el primer caso detectado fue el 9 de marzo. Se trató también de un caso importado, aunque días después se confirmó la noticia de que Argentina ya contaba con su primer caso autóctono de Covid-19. Y Chaco fue nuevamente el escenario: un niño infectado en la ciudad de Resistencia.

En la provincia de Neuquén, las autoridades del Ministerio de Salud confirmaron que el primer contagio de coronavirus fue el 20 de marzo. Loncopué, un pueblo de seis mil habitantes, fue el foco de la infección donde decenas de personas se contagiaron luego de un asado familiar que, para algunos, terminó siendo mortal. El Comité de Emergencia aisló por completo la localidad y, durante cinco días, nadie pudo salir del pueblo.

En Tierra del Fuego, el primer caso se detecta el 31 de marzo. El mayor número de infectados fue en efectivos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) que prestaban funciones en el aeropuerto de Ushuaia, adonde arribaban muchos viajeros desde el extranjero. Actualmente, la provincia tiene 148 casos de Covid-19 pero no cuenta con víctimas fatales.

En Río Negro, el número de contagios duplica a los de la provincia de Neuquén. Los primeros en dar positivo, el 9 de marzo, fueron una pareja y un empresario de Cipolletti. Luego, un sanatorio privado de esa misma localidad concentró el contacto de decenas de trabajadores de la salud. Hasta el momento, hay 11 pacientes fallecidos en esa provincia.

En Santa Fe el primer contagio se detectó en Rosario. Fue el 14 de marzo. El joven infectado había viajado a Inglaterra y al llegar a Argentina solo había estado en contacto con otra persona. Si bien Santa Fe presenta 244 casos, 164 ya se recuperaron y solo tres murieron. Hace días que no se producen nuevos contagios.

En la provincia de Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se concentra el mayor número de infectados por la enfermedad.

En CABA, un geriátrico ubicado en el barrio de Belgrano, un albergue para personas sin hogar del barrio de Retiro y las villas 31, 1-11-14 y 21-24 son las zonas calientes donde el virus se propagó con mayor velocidad. En tanto, en Provincia fue en la localidad de Moreno: una fiesta de 15 detonó los casos en el Conurbano.

¿Llegará el pico de casos?

Depetris opinó que desde el punto de vista epidemiológico, el Coronavirus ha tenido una progresión lenta por las medidas oportunas que se tomaron, según provincias. El especialista explicó que el esperado “pico” de contagios, se ha ido postergando, justamente, por el motivo antes mencionado. 

“En la situación actual pareciera que vivimos en postergación de esto porque se ha aplanado la curva. Si continúa con éxito la estrategia de contención que se está desarrollando, es posible que no sea un pico tan elevado, o que no sea de la forma tradicional de aquello a lo que le llamamos pico”, explicó.

El médico hizo hincapié en la importancia de aplanar la curva, para que la respuesta de los servicios de salud pueda atender no sólo a los afectados por Covid-19 sino también a otras demandas que surgen en invierno. 

En cuanto al tiempo estimado del pico, y el hecho de que se vaya corriendo (en un primer momento se esperaba para mayo, actualmente los especialistas mencionan julio como un posible mes), Depetris explicó que se debe a la buena capacidad de reacción para identificar los casos. 

“Creo que ni los más optimistas pensaron que el factor de propagación básica iba a estar tan controlado, comparado a lo que ocurrió en otros países. Entonces, pensaron que la curva iba a ser más abrupta. Y lo cierto es que las estadísticas muestran que la curva está aplanada. Se corre el pico porque la estrategia viene siendo exitosa”; explicó.

El frío no sería determinante

Una de las principales preocupaciones en torno a la pandemia, era que la llegada del invierno coincidía con el levantamiento paulatino de la cuarentena en diferentes sectores del país. Con temperaturas más bajas y mayor circulación de personas en las calles, ¿cuál sería el resultado?

Sobre este tema, Depetris explicó que en cuanto a la llegada del invierno no hay evidencias concluyentes de que el frío aumente los casos de Covid. “Es un virus nuevo que no ha cumplido todavía un ciclo de un año para evaluarlo. La Organización Mundial de la Salud ya ha definido que no se puede vincular al calor con menos casos y al frío con mayor circulación”, indicó.

De igual manera, el profesional de la salud explicó que en lo que sí puede influir en invierno, es en los hábitos de la gente. “Esto podría generar más afectados como consecuencia eventualmente de la permanencia en lugares cerrados y la escasa ventilación de los ambientes”, agregó Depetris.

La evolución que se espera del virus

A medida que se vaya liberando la cuarentena, la responsabilidad se va desplazando del estado a las personas. Para lograr controlar la pandemia con éxito, Depetris opinó que se necesita seguir invirtiendo en educación y prevención.

“Si no se mantiene aplanada la curva de contagios, podría ocurrir que en el invierno ante la circulación de otros virus respiratorios pudieran saturar los servicios sanitario. Por eso es muy importante mantener el ritmo que venimos llevando. Continuar con las medidas de seguridad también implica la vacunación de la antigripal”, explicó el epidemiólogo.

“Si se mantienen las condiciones del distanciamiento, de los cuidados, y seguimos con este ritmo de contagio sin alterarse el ritmo de contagios, creo que la situación va a seguir controlada. Es más difícil pensar que va a haber un control absoluto. Seguramente con la liberación de la cuarentena habrá un esperable aumento en el número de casos”, agregó.

El profesional de la salud explicó que seguramente aumentará la demanda en el sistema de salud, por lo que hizo hincapié en mantener las medidas preventivas para que el Covid-19 no compita con las enfermedades estacionales. “Es muy oportuno que se hayan definido destinos específicos para pacientes con coronavirus”, opinó Depetris.

“Si la apertura de la cuarentena va a implicar grandes amontonamientos de personas, eso sin ninguna duda va a incorporar la posibilidad de que el virus se siga expandiendo”, cerró. 

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Retiro. La Villa 31, uno de los focos de contagios de Covid-19 en Argentina (Federico López Claro).
Retiro. La Villa 31, uno de los focos de contagios de Covid-19 en Argentina (Federico López Claro).
Retiro. La Villa 31, uno de los focos de contagios de Covid-19 en Argentina (Federico López Claro).
Retiro. La Villa 31, uno de los focos de contagios de Covid-19 en Argentina (Federico López Claro/La Voz).