Luego de haber visitado los Estados Unidos, Barbie Simons respetó la cuarentena preventiva como cualquier argentino. Ayer regresó a su puesto de trabajo en Hay que ver y contó cómo vivió esos días en su casa. Pero más allá de las molestias obvias, la panelista se mostró preocupada por su abuelo, a quien todavía no pudo ver.

Barbie llegó al país en 11 de marzo, y empezaron los difíciles días de encierro: “Me generó mucha angustia el estar sola en mi casa. Hay días que lloro, que me levanto y quiero ver a mi abuelo”. La panelista aclaró que está al tanto de la vida y salud de su abuelo a través de videollamadas, pero manifestó una enorme necesidad de estar con el después de más de veinte días de no visitarlo.

Visiblemente sensibilizada, Barbie no pudo evitar quebrarse ante el escenario que afrontan todos los argentinos, aunque es consciente de que se halla en una de las mejores condiciones. Incluso subrayó que su hermana y amigos se ofrecieron a acercarle lo que pudiera necesitar.

Sin embargo, su mayor necesidad afectiva actual es la presencia de su abuelo, una figura fundamental en su vida con quien comparte el minuto a minuto de su rutina: “El tema de no ver a mi abuelo me mata. Mi abuelo está con su mujer, Chiche. Él tiene 90 años. Todos los días, mi videollamada con él es como mi alegría, mi vitamina de todos los días”, contó entre lágrimas.

La panelista se refirió a su abuelo como “una inyección de vida”, alguien que puede ver el aspecto positivo de situaciones difíciles como la actual. Hacia el final, Barbie compartió su reflexión sobre lo que le toca vivir: “Uno aprende de todo esto, a valorar el momento, el aquí y ahora, lo que uno tiene, no dar por sentado tantas cosas, postergar otras cosas”.

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